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POV Shadow.

Estaba en el techo de una de las tantas torres de vigilancia dentro de la resistencia, encontraba confort en la oscuridad y el silencio de la noche.

Dormir siempre fue algo opcional, teniendo en cuenta mi capacidad de auto-recuperación, mi cerebro a diferencia de los demás seres corrientes del planeta, jamás necesito algún tipo de reposo o lapso de inconsciencia, mis células cerebrales no se veían afectadas puesto que continuamente se regeneran a un ritmo absurdo al igual que cualquier otra parte de mi cuerpo, así es desde que tengo memoria.

Y siendo honesto, odiaba hacerlo, no siempre fue así, hubo algún tiempo en el que mis sueños no eran más que eso, sueños sin importancia, pero ahora... casi siempre solo eran pesadillas y recuerdos de... lo que alguna vez fue hace 50 años.

Prefería mantenerme despierto, atento a la zona, no bajar la guardia, y no porque me importase la seguridad de alguna pobre escoria de este lugar, es más, aborrecía a la mayoría y sé que el sentimiento es mutuo, a sus ojos no soy más que un monstruo que hace mucho que debería estar pudriéndose en prisión y puede que tengan razón, mi pasado me condenaba.

Si bien Sonic y el resto de su grupito, ya había aceptado el hecho de que yo no fui partícipe del ataque de Eggman, se que ninguno de ellos aún se fiaba de mí, lo veía en sus ojos... esa desconfianza y cautela , y si bien a Rouge no le importaba nada de eso, poco o nada hizo cuando Eggman uso mi imagen con el rubí fantasma para atacar a la gente, es posible que ella dudara pero no se molestó en mencionar la probabilidad de que no fuera yo, de que fuera falso, ella jamás lo diría, por respeto a nuestra alianza, pero creo que incluso ella en lo profundo de su mente, me cree capaz de hacer todo eso, y porque no lo haría... alguna vez estuve a punto de matar millones de personas, que son unas cuantas.

Solo había una persona... la única que en ningún momento me miró con temor o desconfianza, Amy...

"¡Lo sabía! ¡Sabía que no eras tu!"

Esas palabras, fueron las primeras que ella dijo apenas me vio, ella jamás había aceptado la idea de que había vuelto a aliarme con Eggman, como tampoco perdio la fe en que Sonic volvería.

Su fe... su fe en la gente, creer que todos tienen la suficiente convicción y bondad para ayudar a los demás, a veces no se que pensar al respecto, me parece ingenuo creer tal falacia... "que todos pueden ser buenos" es una tontería, siempre habrá gente despreciable que busque hacer daño a los demás, pero por otro lado... hace mucho conocí a una persona con esos mismos pensamientos, aquella misma bondad y fe en las personas, creo que solo por eso, me es imposible ignorar a la rosada.

— Mph.

Aparte cualquier pensamiento extraño de mi mente, no hiba permitir que nadie volviera entrar en mi cabeza, no de nuevo...

Me fui del techo rumbo a salida más cercana, decidí explorar los alrededores, por el bosque o alguna vieja ubicación del doctor, aún tenía cuentas pendientes con ese lunático.

Dulce...

Frene mis pasos de golpe, una fuerte fragancia había golpeado todos mis sentidos de golpe.

Extraño, no era nada que hubiera sentido antes, era inusual pero no de forma desagradable, por supuesto que no, todo lo contrario... era... cálido, sofocante, dulce...

Era como una mezcla de frutos rojos, agua y algo más que no sé describir, sea lo que sea empezaba a ponerme ansioso.

El aroma se sentía lejano, pero ahí estaba, mi desarrollado sentido del olfato lo captaba, mi curiosidad venció mi razón y antes de darme cuenta empeze a caminar directo hacia la fuente de mi desconcierto.

El olor se hacía más y más fuerte, hasta el punto de sofocarme en el, tuve que respirar lentamente para mantener la concentración, y finalmente llege al lugar donde el aroma se concentraba, era el baño de mujeres, el cual por el sonido de alguna ducha prendida sabia que había alguien dentro.

O no... por supuesto que no, me veo haciendo muchas cosas pero ninguna de ellas es entrar a un lugar tan deshonroso como este, lo que sea que haya ahí nunca valdría lo suficiente para atreverme a entrar.

Con un notable enojo me di la vuelta para marcharme de ahí.

— ¡AH!

De pronto escuche un leve grito proveniente al baño, esa voz... yo conocía esa voz.

No estoy seguro porque, pero mi ansiedad y mi creciente interés me hicieron reconsiderar ver lo que había dentro, mi mente me repetía mil veces no entrar, que no era apropiado, pero una parte de mí que desconocía, me hizo poner mis manos en el pomo de la puerta.

Nadie me ve de todas formas, solo yo lo sabre, solo es checar e irme, ella podría estar mal herida, todos estos pensamientos y sensaciones revoloteando y desorientandome, fue lo que se necesito para abrir ligeramente la puerta, casi  imperceptible, solo una mirada rápida y ya ¿verdad?



















Lo que veía me era imposible de creer, me lo habría esperado de cualquier otra, no de ella... que cree que estaba haciendo... entre el muro y el frío suelo, sentada... gimiendo y temblando con las piernas abiertas...

Caos...

Debió cerrar mejor esas cortinas.

El agua se deslizaba por su húmeda y suave piel color durazno, sus llorosos ojos ahogados en placer mientras gritaba en lujuria, sus..  sus rosados y adorables senos subiendo y bajando junto por su agitada respiración, su delicada mano frotando continuamente su pequeña...  

Joder, no puedo ver esto, no debería ver esto, entonces porque... porque no puedo dejar de verla.

Senti mi cara arder en llamas, todo esto... , aquel dulce aroma que ahora mismo estaba asfixiandome y privandome de la realidad, era ella, ella era la causante de mi estado actual.

Todo en ella era tan... irreal.

Ella comenzó a acelerar sus movimientos a un ritmo veloz sin detenerse, el constante golpeteo enrojeció su sensible área, y los sonidos  de su mano restregando su intimidad se podían escuchar fácilmente.

—!Mmmm¡ ¡¡A-aah!!— gimió ella en placer.

Mierda, ella se veía tan vulnerable ahora mismo, tan necesitada... , por un momento, por mi mente paso la fugaz idea de... "ayudarla"...

¡Que demonios estoy pensando! Estoy empezando a perder la cabeza.

Su mano pasó de un ritmo rápido a uno desesperado, la vi morderse el labio para luego arquear su espalda abriendo su pequeña boca en busca de oxígeno.

Yo por otro lado estaba hipnotizado, jadeante y perdido, que no me percate que mi erección comenzaba a ser visible

— Aaaaah! Aa-aah— gimió ella.

Y finalmente terminó... hizo un último grito ahogado lleno de éxtasis, abrió más sus temblorosas piernas y pude ver su virginal entrada desbordar sus propios jugos.

Mis manos apretaron fuertemente el pomo de la puerta, hasta el punto de hacerlo pedazos, ha esta altura era inútil mentirme a mi mismo, la deseaba, la necesitaba, no mañana no luego, AHORA...

Un sentimiento de posesividad que desconocía se apoderó de mi juicio y nubló mi mente, pensar en la idea de que alguien más la tomara antes, que ese bastardo azul al cual ella profesaba tanto amor la tocase, no...    NO

No hiba a esperar lo suficiente, ni arriesgarme, no cuando la tenía servida en bandeja de plata ahora mismo, no me importa si ama a alguien más.


Ademas... nadie esta viendo...

Acabemos con esto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora