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Amy se hallaba tirada encima de una cubierta de metal a un inconsciente, las luces blancas y los tonos azulados reflejaban que se encontraba en algún lugar lleno de maquinarias y dispositivos, algo parecido a un almacén o en este caso... una celda.

Ligeros movimientos en los párpados de Amy reflejaban que estaba a punto de despertar de su sueño forzado, poco a poco abrió los ojos, su mirada se fijó en un escenario un tanto distorsionado, tuvo que sentarse y forzar la mirada a lo que sea que estuviese viendo.

Después de unos segundos finalmente pudo enfocar la imagen, era un cuarto relativamente grande con distintas máquinas que parecían ser más que nada celdas con barrotes eléctricos, Ella misma se encontraba dentro de uno similar.

Al reaccionar ante el escenario en el que estaba envuelta, recordó los sucesos anteriores a su decaída, recordó que antes de caer desmayada ella junto a Lanolin habían bebido un café, el cual por lo visto tenía más que solo cafeína y azúcar.

Sus preocupaciones se vieron interrumpidas al escuchar las bocinas prenderse en la sala, se giro para observar de dónde venía el ruido, ¿tal vez algún mensaje de su captor?

— Espero que el lugar se te sea cómodo, me tomé la molestia de tener todo preparado para tu visita, la cual será más prolongada de lo habitual.

Aquella voz rasposa, chirriante y prepotente era muy bien conocida por la rosada, era claramente Eggman, su relación con él no era de las más buenas, en más de una ocasión le había hecho la vida casi miserable al secuestrarla tantas veces, hasta ya parecía un mal chiste, uno que perdió la gracia hace mucho.

— Debí imaginarlo... ¡¿Qué no te cansas de seguir la misma rutina?! ¡¡creí que ya habíamos superado esto Eggman!!— le gritó hastiada la eriza.

— Es algo arcaico lo reconozco, pero en más de una ocasión me funciono, qué puedo decirte chicle Rosa no eres alguien difícil de capturar— se burló el doctor.

Ese último comentario Amy se lo tomó muy personal, ella era muy consciente que no era la más fuerte ni la más inteligente, pero sin duda alguna ella NO era tan débil, al menos no como antes.

— Mejor di que solo no tienes imaginación y que te fuiste por la opción más rápida — le respondió cansada— A estas alturas ya deberías tener mejores planes, porque si no mal recuerdo la última vez no te fue tan bien ¿verdad?.

— Una pequeña falla de cálculo, esta vez no se la pondré tan fácil a tu noviecito — la molestó el doctor.

Amy solo rodó los ojos hostigada por su comentario.

— Este lugar está muy bien escondido, ninguno de tus amigos podría tan siquiera imaginar la ubicación de este — Dijo Eggman con prepotencia.

— Perderás como siempre, no sería ni la primera ni la última vez que Sonic o mis amigos acaban contigo, solo estás perdiendo tu tiempo — le respondió la Eriza.

— Precisamente por eso estás aquí mi querida chincheta molesta, tú serás mi salvavidas en caso el tonto de tu novio o tus amigos intenten detenerme.

— Salvavidas...?

— Así es y si tus amigos en verdad te aprecian tanto como crees, no harán nada que pueda poner en riesgo la vida de su querida amiga, porque te lo advierto, esta vez no seré tan benevolente como antes — Amenazó el doctor.

— ¿A eso le llamas ser benevolente? — le dijo sería.

— Es menos de lo que te mereces por haber frustrado mis planes la última vez niña tonta, tómalo como un regalo por tantos años de enemistad.

Acabemos con esto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora