Después de tal altercado provocado por ambos erizos, lo primero que pasó fue que Sonic fue llevado a urgencias por la gravedad de sus heridas, corría el riesgo de haberse dañado irremediablemente la columna.
Pero después de realizarle los análisis procedentes, descubrieron que solo tenía fracturada dos costillas, una contusión y una ligera perforación en la espalda producto de alguna roca fragmentada, la cual gracias al cielo no llegó a lastimar ningún órgano importante.
La mayoría de amigos se quedaron a asistir a su amigo, el cual aún estaba inconsciente, pero la que más tiempo pasó dentro de ese cuarto fue Amy, que se quedó cuidándolo toda la noche.
La culpa la carcomía, pensar que pudo haber dicho algo, ponerse más dura en lugar de solo quedarse callada y permitir que esto se saliera de las manos, le hacía sentir la persona más inútil.
Sabía que no era realmente su culpa pero era su mejor amigo, verlo en ese estado la hacía lamentarse, y recriminarse a sí misma.
Y así pasaron las horas en silencio, hasta que su amigo volviera en sí, el tiempo parecía ir más lento más que nunca.
El azulado por otra parte pareciera que estaba plácidamente dormido en aquella camilla de hospital, no obstante la luz proveniente de una ventana lo incómodo haciendo que abriera los ojos con pesadez, aún bastante afectado por la golpiza de ayer.
Comenzó a observar su alrededor sin saber qué ocurría ya que por el aturdimiento se le dificultaba recordar lo sucedido la noche anterior.
Giró la vista hacia su derecha y se encontró con la rosada durmiendo en la cómoda al costado de su cama.
— ¿Amy...? — Dijo aún somnoliento.
Al escuchar la voz de su dañado amigo la rosada rápidamente reaccionó y se volvió a acomodar en su silla.
— ¡Sonic!, al fin estás despierto — Dijo aliviada limpiándose los ojos.
El azul se quedó observandola por unos momentos, como si estuviera pasando por alto algo, era similar a tratar de recordar un sueño o más bien una pesadilla.
Hasta que sus recuerdos le explotaron en la cara, haciéndolo abrir por completo los ojos.
Los sucesos de anoche que habían provocado su lamentable situación actual, todo volvió con claridad para mala suerte suya.
Habría sido mejor olvidarlo.
— ¿Qué haces aquí? — Apartó la mirada de ella con desgano, aún estaba muy enfadado.
— Tenía que asegurarme que estuvieras bien.
— ¿Enserio? ¿Tú?— Le respondió con sarcasmo.
— Se... que estás molesto y no-
— Si lo sabes entonces qué haces aquí, déjame en paz y ve a molestar al imbécil de Shadow, estoy seguro que a él sí le encantará verte — le respondió todavía ignorándola.
— Estoy tratando de arreglar las cosas — La rosada empezaba a incomodarse.
— Pues no lo necesito, eres la última persona que quiero ver en este momento.
La eriza lo miró sin poder creerse la forma en como la trataba, jamás lo había visto comportarse así, ni siquiera con los peores enemigos, era como si realmente la odiara, y eso la hería profundamente.
— ¿En serio vas a hacer esto?
El azul ni se atrevía a mirarla, solo la ignoró con amargura, realmente no quería tratar con ella, todo lo contrario, quería que se marchara cuanto antes.
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Acabemos con esto
RomanceAmy y Shadow trabajan juntos en la resistencia, lo que empezó como una inocente amistad terminó convirtiéndose en el más perverso de los tratos.