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Pov Amy

Todas las alarmas de alerta fueron activadas, civiles corrían despavoridos de la base, con ayuda de soldados y demás voluntarios de la resistencia, que hacían lo posible para contraatacar a los constantes ataques de la milicia de robots de Eggman.

- ¡No se detengan! Niños y mujeres primero!- Señale a la multitud de personas que se intentaban salvaguardar en el bunker subterráneo - ¡Tails! Informe de estado!- grite encendiendo mi comunicador.

- Aún manejable *BOOOM!!* creo...

Podía oír por la llamada explosiones de fondo no muy alejadas de Tails.

- ¿Cómo están tú y los chicos?¿Están bien?

- Sí, Sonic esta haciendo un gran trabajo manteniendolos a raya, aunque no estoy seguro cuanto tiempo mas podrá seguir manteniendo el ritmo.

- ¿Cómo encontro Eggman la base central?

- Aún no estoy seguro del todo pero prometo que averiguare que esta pasando.

- ¡Halo Amy!

De pronto una nueva llamada entró al comunicador.

- ¿Knuckles? Si soy yo, ¿Qué pasa?

- ¿Crees que podrías mandar más munición? se nos esta acabando.

- Si, aguanten ya va en camino.

- Ha y también por amor al caos ubica al bocazas de Shadow, y que ayude para variar grh demonios ¡¡Retrocedan!!

- Haré lo posible.

Mentí, desde hace días que ya no tenía forma de contactarlo, ni tampoco lo vi cerca de la resistencia.

- Lanolin por favor quédate y ayuda a los refugiados - le dije a mi compañera para empezar a correr.

- ¡Espere! ¡¿a donde va!? - me preguntó confundida.

- ¡Tengo que ayudar a mis amigos!

No me tomo mucho tiempo llegar al primer piso, sin embargo la muchedumbre complicaba mucho mi salida, muchas personas deseaban ir a los niveles inferiores en busca de refugio.

- Con permiso por favor- estaba tratado de deslizarme a través de la gente.

Ya iba llegar a salida cuando note algo muy extraño que de enseguida llamo mi atención, a unos cuantos metros de mi una suricata morada paso de largo torpemenre por los montones de gente, se le veía apurado, pero en lugar de adentrarse hacia las instalaciones, siguió caminando para otra dirección por los alrededores.

Se me hizo inusual, tal vez buscaba a alguien, o a lo mejor solo hiba a ayudar como voluntario a los soldados, estaba apunto de retomar mi camino, sin embargo... algo en ese sujeto no me daba muy buena espina, era como un mal presentimiento que no podía explicar.

Puede que estuviera equivocada, pero solo por si las dudas tenía que asegurarme, así que fui por la misma dirección que él tratando de pasar desapercibida.

Lo seguí hasta una zona un poco apartada de la base, me escondí detrás de un muro para ver lo que hacia, a este punto ya todo era muy sospechoso, que hacia él en un lugar como este, aquí alejado de todos, como si ocultara algo.

Lo vi desplegar un pequeño dispositivo en la hierba, desde esta distancia era un poco difícil reconocer lo que veía, tal parecía ser un pequeño holograma, todo se me hacía muy confuso... hasta que escuche esa voz... esa horrible voz.

- Yo no hago caridad huevo, espero ver una gran suma de dinero en mi cuenta bancaria en la noche, o puedes irte olvidando de más favores.

- Por supuesto mi querido amigo, no he olvidado nuestro trato, ten por seguro que te pagare esto y más si sigues igual de eficiente como hasta ahora.

Eggman, ese viejo tramposo, ahora ya entiendo todo, debí imaginar que algo como esto podría pasar.

Trate de comunicarme con los demás miembros de la resistencia para pedir apoyo, pero ninguno pudo contestar, estaban demasiado ocupados lidiando con la ofensiva, no había mucho tiempo, por eso deje un mensaje grabado, confiaba en que alguno lo vería en unos minutos a lo mucho, hasta entonces me encargare por mi cuenta, si no lo detengo ahora, es posible que escape luego, además no se ve muy amenazante, no creo que sea difícil.

Me acerque silenciosa y lenta hacia la suricata, el estaba distraído hablando con el doctor, algo que use a mi favor para tomarlo desprevenido.

- Ahora mismo debe atacar por el ala Sur, el área está desprotegida y solo consta de algunos muro- lo corte a medio hablar.

Abalanze mi martillo sobre él y lo detuve abruptamente a pocos centímetros de su rostro, una ráfaga de aire golpe su mejilla, dejando muy en claro mi amenaza.

- Tú... vas a acompañarme de nuevo a la base, tienes muchas preguntas por responder... camarada- le ordené sería.

- Maldita sea, esa bola rosada - protesto el cara de huevo y corto casi de inmediato la llamada, apagando a su paso el dispositivo.

- Sé que todo parece muy incrimatorio, pero solo queri-

- Ahórrate la escena, lo oí todo - le dije con severidad.

El tipo trataba de excusarse inútilmente, mientras estaba arrodillado aun dándome la espalda, yo en cambio lo amenazaba de pie con mi gran martillo, era bastante obvio quien tenía la ventaja.

- Mph... muy bien... estoy atrapado, culpa mía, eso me pasa por no vigilar mi espalda- me dijo entre divertido y resignado.

Actuaba como si lo que hizo fuese una travesura juvenil, una reacción muy extraña para alguien a quien probablemente lo metan en una celda.

El espía noto mi extrañeza y aprovecho la confusión para abalanzarse contra mí y tomar mi martillo, era bastante fuerte para ser alguien tan delgado, lo aparte de un fuerte golpe con mi martillo que lo lanzó unos metros lejos de mí.

- No te acerques o juro que te aplastare - Amenace con furia.

- Descuida no pensaba hacerlo - me sonrió complacido.

Antes de que pudiera reaccionar un claro pitido como el de un cronometro proveniente de mi martillo captó mi atención.

Fueron unas milésimas de segundos antes de que la explosión de la bomba me alejara varios metros del lugar, dejándome gravemente aturdida y herida.

El tipo había colocado una bomba sin que me diera cuenta mientras forcejeamos, la explosión me hizo caer de espaldas contra el suelo, era doloroso, mis oídos zunbaban y mi vista era borrosa, mi espalda ardía por la raspadura.

- No me malinterpretes, si en verdad fuera tan fácil deshacerse de mí no habría llegado tan lejos- me dijo con tranquilidad mientras recogía sus cosas.

Debo levantarme, necesito hacerlo, no puedo permitir que se salga con la suya, no puedo perder de una forma tan patética, vamos levántate.

Por mas que intentaba mis músculos no cedían, el haber estado tan cerca de la explosión claramente me afecto.

- Es una lástima, preferiría no tener que hacer esto - me hablo mientras sacaba una pistola - Pero es parte del trabajo no dejar cabos sueltos ni mucho menos al único testigo que pueda complicarme las cosas- dijo apuntándome con el arma.

Quería golpearlo en verdad quería, pero todo aún daba vueltas y mi cuerpo parecía no poder reaccionar todavía, ¿En verdad así termina todo? tan simple... me cuesta creerlo... todo se siente tan irreal... ¿así se siente saber que vas a morir?

- Sí te sirve de consuelo, es bastante rápido, ni siquiera lo sentirás.




































El sonido de un disparo retumbó con el eco por todo el lugar.



Acabemos con esto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora