Capítulo 27

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-Esther yo...yo entre con él por que me pidió que te entregará esto - metió su mano en el bolsillo de su pantalón y sacó un collar que mi mamá me había regalado cuando cumplí dieciocho años

Mis mejillas se pusieron totalmente rojas, porque recordaba muy bien el momento en que me quite el collar.

-Ahh, sí eso es mío y ¿te dijo algo más? - él negó con una risa en sus labios

-Pues no, ¿hay algo que tuviese que haberme dicho? - los dijo con un tono coqueto

-No nada y entonces vendrás a ver a Rosetta en la tarde - su rostro cambió y no para bien

En lo poco que llevo de conocer a Pierre como amigo, sé que en realidad ama a Rosetta, pero también se que él nunca podrá ser feliz con una persona como ella.

Y luego de ver que sus padres también son así, no me gustaría que mi amigo pasara toda su vida sufriendo por alguien que sólo lo tendría a su lado por capricho y no por amor.

-Pierre mírame - él levantó su mirada - ¿crees que pueda darte un consejo?

-Claro que sí Esther, eres mi mejor amiga - supe que tenia que decir las palabras correctas para no lastimarlo tanto, porque no quería eso

-Yo la verdad no me opongo a que veas como va o si se está recuperando, eso esta bien - tome su mano para tratar de transmitirle mi apoyo - pero lo que no esta bien es que dejes que lo que acaba de suceder, te haga cambiar de opinión sobre la decisión que habías tomado de terminar tu relación con ella

-No te negare que verla así me hizo sentir que debía estar con ella y protegerla, pero tienes razón no sería sano volver a esa relación - me dio una sonrisa con melancolía, pero yo estaría ahí siempre que él necesitará alguien con quien hablar

-Ahora pues creo que tendré que cerrar mi casa con tablas y clavos para poder dormir bien - le dije para tratar de relajar el ambiente un poco

-Sobre eso, ¿qué te parece si te quedas en mi casa? - lo que dijo me tomó de sorpresa, tanto que no supe que responder - así no estarás sola y mi casa se puede decir que es bastante segura

-Y, ¿no habrá problemas con tus padres con que me quede ahí? - no es que no quisiera aceptar, sólo que necesitaba saber que nadie se molestaría con Pierre por mi presencia

-No en mi casa solo esta mi madre, mi padre se la pasa la mayoría del tiempo fuera por su trabajo - finalmente acepte y fuimos directo hacia su casa

Al llegar estaba un poco nerviosa, su casa era gigante y tenía un jardín hermoso, sus padres debían ser muy trabajadores para tener algo así, nos desplazamos por la entrada, pero escuche una voz proveniente de algún lado justo al entrar al recibidor.

-Pierre cariño, ¿eres tú? - pude ver a una señora de cabello negro y ojos marrones de unos cuarenta y cinco diría yo, supuse que era su madre, pero aún no encontraba algún parecido con ella

-Madre ella es...- antes de que Pierre terminará de hablar ella se acercó a mí abrazándome muy fuerte

-Esther querida, hasta que por fin tengo el placer de conocerte en persona - yo le recibí el abrazo un poco confundida

-Madre, ¿crees que Esther pueda quedarse unos cuantos días en casa? - la señora muy amable aceptó

-Por supuesto mi cielo, puede quedarse en el cuarto vacío - subimos los tres las escaleras de la casa hasta llegar a una habitación

Era amplia tenía una cama grande con sábanas negras, las paredes tenían tonalidades grises y blancas, pero aún así no se veía aterrador, al contrario me gustaba.

-Muchas gracias señora - ella me dio un beso en la frente

-No me digas señora, dime Jessamyn o Jessa, como prefieras preciosa - luego de eso salió de la habitación dejándome a solas con Pierre

-Es muy cariñosa tu mamá, me agrada mucho - él sonrió, se veía lo mucho que la quería

-Si y eso que no la conociste antes de...- lo mire curiosa, pero no dijo más nada y no quería ser chismosa

-Pierre y ¿qué más les dijo el doctor sobre Rosetta? - su cara en cierta forma expresaba un poco de tranquilidad

-El doctor les dijo a sus padres, que pues los golpes no habían sido muy graves, que se recuperaría de las lesiones en poco tiempo - la verdad me alegraba que no le hubiese pasado nada grave - pero ellos dijeron que pasado mañana se la llevarán a Italia, para que la atiendan sus doctores de confianza

-¿Ósea que dejará la universidad? - bueno no es como que fuese la mejor alumna, pero me asombro escuchar eso

-Sí, igual sabes que a Rosetta nunca le importó la carrera - en eso tenia mucha razón - sólo espero que ella algún día pueda ver que la forma en la que se comporta, no es para nada buena

-Bueno, creo que es hora de que descansamos, así podrás levantarte temprano para ver a Rosetta - él se despidió y me dijo que lo llamara si necesitaba cualquier cosa

Cerré la puerta de la habitación, estaba tan agotada, fue un día demasiado intenso diría yo, necesitaba urgente una ducha para poder dormir plácidamente.

Demoré casi 15 minutos en el baño, al salir recordé que no había traído ropa, tampoco le pedí prestada a Pierre, me daba un poco de pena revisar, pero abrí una gaveta buscando cualquier cosa para ponerme.

Encontré un suéter grande, su aroma era delicioso, me la coloque y me subí a la cama y puse mi cabeza sobre la almohada pensando en lo que había ocurrido con Jamel en esa habitación.

No se como describirlo, pero para mí fue increíble, sus besos, sus caricias, son cosas que no puedo, ni quiero sacar de mi mente.

Me puse en mi posición preferida para dormir y sabía que no pasaría mucho tiempo para quedar rendida, así que me arrope con una sabana, que la verdad era muy cómoda.

Mis ojos comenzaron a cerrarse, mientras a lo lejos escuché esa voz que tanto me fascinaba, sentí como si estuviese a mi lado, como si eso fuese posible, quizás ya estaba demasiado cansada.

-Ten dulces sueños preciosa, yo estaré cuidando de ti todas las noches - la voz de Jamel fue lo último que pude oír, antes de dormirme profundamente

Mi Sexy Enfermero #daher2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora