Capítulo 4

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Me desperté asustada, luego de tener una pesadilla muy extraña, pero lo raro era que no recordaba nada absolutamente nada, solo estaba esa presión en mi pecho.

Me aliste para ir a la universidad y baje a desayunar, mi madre estaba en la sala viendo un programa de televisión y mis hermanos estaban con ella, mi padre estaba en la cocina de ahí salía un olor exquisito.

Mi padre siempre había tenido un maravilloso don en la cocina, hacia platillos que podías pedir repetir más de diez veces.

-Familia, vengan a desayunar - mi padre ya había servido el desayuno - no es por nada, pero me ha quedado delicioso

-Se que si papá - le dije y cuando probé el primer bocado me sentí como en las nubes

-Hermanita, nos quedamos esperándote anoche - dijo Christopher haciendo un puchero le quedaba gracioso junto con esos ojitos de perrito regañado - ya no me quieres cierto

-Por supuesto que te quiere Christopher, pero debía estar muy cansada, el doctor dijo que debía descansar mucho - mi madre le dio una manzana en la boca para que dejara de hablar tonterías

-Hija y a que hora iras a la universidad, si quieres puedo llevarte - mi padre insistió mucho así que le dije que estaba bien

Llegamos a la universidad, mi papá quedó en irme a recoger, hoy era uno de los días más pesados y agotadores. Al entrar a mi salón me encontré con el grupito de Rosetta, sus padres eran italianos, con mucho dinero y eso al parecer, le daba el derecho de tratar a todos como objetos inservibles

-Miren quien llego, la ñoñita de las ecuaciones - me daban ganas de golpearla a ver si dejaba de ser tan egocéntrica - ya sabes a quien le quitaras el novio esta semana

-Cuando entenderán que sus novios no me interesan en lo absoluto - respondí tan calmada que eso la enojo más, porque nunca le daba el gusto de verme rebajándome a su nivel

-Buenos días chicos, el día de hoy continuaremos con la clase de integrales, pasare por sus asientos calificando la tarea que les deje la semana pasada - saque mi libreta con los problemas resueltos, el profesor calificó todo

-Como es posible, que solo una estudiante haya hecho la asignación - la mayoría de mis compañeros solo escogieron la carrera de matemáticas solo para decir que estudiaban eso, pero en realidad no les gustaba - para la otra semana deben traer los diez problemas que siguen

Las otras horas, me la pase pensando que le diría al sexy enfermero por donde empezaría y si iba pero él no. Bueno no me hubiese hecho la invitación si no iba a ir, sonó la campana y tome mis cosas.

Al salir vi a mi papá en el auto, así que fui hasta donde estaba pero antes de llegar, caí y todos mis libros cayeron al suelo, pude ver el rostro de la patética de Rosetta riéndose de mi.

-Cuidado por donde caminas, tonta - ella y sus amiguitas no paraban de reírse

Me levante, recogí mis cosas y fui al auto con mi padre, al parecer no había notado lo que sucedió, ya que estaba de espaldas.

-Hola, ¿como esta?, la inteligente hija de papá - tenia una sonrisa muy grande en su rostro, no quería preocuparlo

-Muy bien papá, me fue excelente - me llevo hasta una cancha de baloncesto donde estaban mis hermanos jugando

-Chicos, vengan suban al auto - ambos subieron completamente sudados y me abrazaron de ambos lados.

-No hagan eso, pueden ser gemelos pero sus sudores mezclados no huelen precisamente a rosas - no demoramos mucho en llegar a casa, mi mamá sirvió la comida nos contamos como nos fue en el día, obviamente no mencione en inconveniente con Rosetta.

Subí a bañarme y alistarme para ir al hospital, mi madre sabía que regresaría tarde, así que me dijo que la llamara cuando venia de regreso a casa para no dejarla preocupada, me despedí de mis hermanos y salí en mi auto.

Aquí estoy, en frente al hospital preguntándome que sucederá, empiezo a dar pasos firmes hasta la puerta de urgencias, el lugar está totalmente desolado, solo hay un par de doctores y enfermeras.
De repente, mi vista va hasta un pasillo oscuro, no se porque pero algo me decía que caminara hacia allá, cuando estuve al final del pasillo no había nadie.

Iba a regresarme pero en ese instante oí su voz.

-Viniste preciosa - al darme la vuelta, pude verlo con esa presencia que me atraía tanto - pensé que no llegarías.

Mi Sexy Enfermero #daher2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora