Capítulo 28

91 43 108
                                    

Me desperté gracias a un delicioso olor a pan recién horneado, literalmente era como si pudiese sentirlo en mi paladar, creí que era mi padre cocinando, pero al abrir los ojos pude recordar que no había dormido en casa.

Me levante de la cama y sentí un leve mareo, pero no le tome importancia, camine hacia el baño para tomar una ducha, en eso escuché el sonido de la puerta.

-Esther, hija ¿ya estas despierta? - era la señora Jessamyn con una voz tan cálida que transmitía amor y tranquilidad.

Abrí la puerta y pude ver que tenía en sus manos una bolsa con ropa y un cepillo de dientes, me dio un poco de vergüenza porque sabía que esa ropa era nueva y no quería venir a casa de Pierre para abusar de la generosidad de su madre.

-Señora...digo Jessamyn, no tenia que molestarse - me detuvo antes que continuase y se sentó en la cama

-No son molestias, además digamos que no gaste nada, es un detalle de alguien más - me imagine que hablaba de Pierre así que tendría que agradecerle - ¡oh! no me había percatado que llevabas ese suéter puesto

-Disculpe es que anoche tome un baño y no quería despertarlos, ya era demasiado tarde - ella me miró y puso su mano en mi hombro

-No te disculpes Esther, te entiendo y además sólo lo dije porque tenía tiempo sin ver ese suéter - ella se levantó y se dirigió a la puerta - cuando estés lista, puedes bajar a desayunar

-¿Puedo hacerle una pregunta? - ella se detuvo precipitadamente y se giro de forma lenta hacia mí

-Si dime preciosa - ya con esta iban dos veces que me llamaba así, pero bueno a lo que iba

-¿Donde está Pierre? - había mencionado que hoy iba a visitar a Rosetta - es que quiero acompañarlo

-No lo vas a poder acompañar - no entendía a que se refería, porque no podría - son las dos de la tarde, él salió de casa a las once

Me sorprendí al momento que mi cabeza proceso lo que la madre de Pierre acababa de decir, como era posible que hubiese dormido tanto.

-No sabía que era tan tarde, me alistó y bajo enseguida - ella asintió y cerró la puerta para darme privacidad

PIERRE

Me sentía nervioso, estuve sin poder dormir toda la noche, por estar pensando en todo lo que había ocurrido, además las palabras de Esther no salían de mi cabeza.

Ella tenia razón, ya mi decisión estaba tomada, sólo tenía que respirar y decírselo a Rosetta, aparte de eso había algo más, estaba preocupado por Esther, ya falta poco para que le cuente toda la verdad.

No sé como lo tomará, no quiero perder su amistad, pero ojalá pueda ver que todo lo que hicimos fue para hacerla feliz y protegerla, ella es una buena persona, no merece sufrir.

Sabía que ella me pidió acompañarme, así que cuando termine de arreglarme camine por el pasillo hasta llegar a la habitación donde ella estaba.

Abrí la puerta, pero cuando entré la vi acostada envuelta en las sábanas negras, podía escuchar su respiración. Ojalá las cosas pudiesen ser diferentes, se veía cansada así que preferí dejarla dormir más tiempo.

Baje a la cocina y como todas las mañanas me tope con madre, ella tenía en sus manos una taza de café y en el mostrador se encontraban unos platillos deliciosos.

-Madre, ¿qué es todo esto? - ella me dio un beso en mi mejilla y me pidió que tomara asiento

Solíamos desayunar ambos en la cocina, eran pocos los días en que papá comía con nosotros, así que no usábamos seguido el comedor.

Mi padre no es un mal hombre, simplemente desde ese maldito día que nuestra vida cambió para siempre, algo en mi familia se rompió.

Él quería que yo continuara con sus pasos, pero yo soñaba con ser un matemático exitoso, sé que no es algo convencional, pero es lo que yo deseo.

Pero sé que algún día le demostraré que mi carrera vale la pena, ya las cosas mejorarán entre nosotros, yo amo a mi padre y para mí siempre será un gran hombre.

-Quería prepararles un desayuno especial, a Esther y a ti hijo - tenía un montón de cosas preparadas, pareciese que habría una gran fiesta en casa

-Bueno madre, quería pedirte un favor - le pedí que le comprara ropa a Esther, para los días que se iba a quedar en casa, él me pidió que la hiciéramos sentir cómoda

-Esta bien hijo, tú no te preocupes y ¿Esther ya se despertó?- le dije que ella estaba cansada y que la dejara descansar más tiempo, pero que igual estuviese pendiente por cualquier desmayo o algo por el estilo

-Si ella te pregunta, dile que me fui al hospital a ver a Rosetta - mi madre me miró con esa cara de preocupación que ya conocía muy bien

-Hijo te lo pido, no dejes que los padres de esa chica te vuelvan a causar problemas - ya mi madre tuvo que soportar mucho sufrimiento por nosotros y no quería que las cosas continuarán así

-Estaré bien madre, no tardaré - termine de desayunar y salí de la casa para dejar todo en claro con Rosetta

Cuando llegue al hospital, pase directamente a recepción y le pregunté a la enfermera si podía pasar a ver, a Rosetta Moretti

-Sí claro joven, siga por ese pasillo hasta la habitación 213 - le di las gracias y me dispuse a caminar hacia la habitación

Sentía que mis manos me sudaban, no sabía como eso era posible, porque el hospital parecía estar a veinte grados bajo cero, quizás estaba exagerando, pero es una forma de decir.

Pase a la habitación y Rosetta estaba con un vendaje en la cabeza, no se veía como ella estaba tan apagada, que me hacía sentir triste me acerque y ella abrió sus ojos.

-Pierre, ¿qué haces aquí? - dijo casi con un susurro de voz - no espere verte aquí

-Tenía que asegurarme que estuvieras bien - me dio una pequeña sonrisa y yo tomé asiento en un sillón que estaba a lado de la cama

-Mis padres me dijeron que fuiste tú quien me trajo al hospital y que estabas con Esther - se veía demasiado tranquila, cosa que me pareció raro viniendo de ella

-Sí, ella me ayudo a traerte - ella agacho su rostro como si quisiera decir algo

-Pierre, mis padres y yo nos mudaremos a Italia mañana - intente decirle que ya lo sabía, pero ella continuo - mira sabes que Esther nunca me agrado y no digo que esa situación haya cambiado, pero crees que le pudieses dar las gracias de mi parte, sentí mucho miedo, creí que moriría y si no hubiese sido por ustedes...

-Ehh sí, por supuesto - no sé que esta ocurriendo, pero no le preguntaría nada - pero tranquila, ese hombre no volverá a lastimarte

-Lo siento mucho por no ser una buena persona y lamento todo lo que te hice, se que quizás es tarde para nosotros, pero ojalá algún día puedas perdóname - ella comenzó a llorar y creí que mi corazón se rompería nunca me a gustado ver a una chica sufrir

-Mira Rosetta, te deseo lo mejor en Italia, espero que te recuperes completamente y sí, ya mi decisión está tomada - pase mi pulgar sobre sus lágrimas - no quiero que sufras, pero tu y yo no podemos seguir juntos y por supuesto que te perdono

Ella me abrazo y yo accedí a su abrazo, le pedí que no llorara, pero en ese momento sus padres entraron, al verme comenzaron a gritarme, que porque estaba ahí.

-Ya no le griten, él vino a despedirse de mí - ella abrió sus brazos para darme un último abrazo, mientras que la abrazaba pude sentir un gran alivio, por saber que no terminaríamos mal

-Cuídate mucho y intenta mejorar Rosetta, no eres mala, sólo necesitas ver las cosas de diferente manera - salí de la habitación sabiendo que ya era una angustia menos, aunque aún tenía otra que enfrentar

Mi Sexy Enfermero #daher2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora