Capítulo 17

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Capítulo 17

Sintió como tiraban de él con fuerza, apartándolo de la entrada. La puerta del baño se cerró con un fuerte golpe justo antes de que algo impactara contra ella del otro lado. Las manos de Jungkook se aferraban con fuerza al pomo, impidiendo que los constantes golpes del otro lado la derribaran.

- Seokjin. - Lo miró con los ojos abiertos. Por la mirada del alfa podía ver que no era la primera vez que lo llamaba por su nombre. - Seokjin.- Repitió esta vez con voz más suave y el omega supo lo que le iba a decir sin necesidad de que lo hiciera.

- No podemos matarlo. Es mi hermano. - Dijo con voz rota, retrocediendo hasta que su espalda chocó con una pared, brindando algo de apoyo a su tembloroso cuerpo.

- Ya no es tu hermano.- La voz del menor de los alfas era suave pero firme. Nunca lo había escuchado de esa manera. - No podemos salir de aquí sin matarlo del todo. Nos atacará nada más suelte el pomo y no hay nada con lo que podamos tapar la puerta lo suficientemente rápido. ¿Lo entiendes, Seokjin?- Pasaron varios segundos que a ambos se les hicieron eternos antes de que reuniera el valor suficiente para asentir. - Por favor, sal. - Pidió el alfa. Seokjin lo miró sorprendido.

- Debería ser yo quien...

- No. Sal. Ahora. - Las manos con las que sujetaba el pomo estaban tensas. Los nudillos blancos por el esfuerzo que hacía para retener a la bestia del otro lado. No podría sujetar la puerta por mucho más tiempo.

Le tembló el labio cuando quiso replicar pero no pudo hacer ni decir nada. Jungkook le estaba dando la opción de no ver lo que iba a pasar. Lentamente salió de la habitación y bajó las escaleras. Por inercia, cerró la puerta de entrada que habían dejado abierta al entrar y se sentó en el sofá del salón de su casa. Había crecido ahí junto a su hermano y ahora todo parecía ser desconocido para él. Las fotos, los dibujos de las paredes, los diplomas... nada parecía real.

No tardó en escuchar el disparo. Su corazón se oprimió con una fuerza que nunca antes había sentido pero las lágrimas no salieron. Sus ojos estaban fijos en la pantalla del televisor apagado. En ella se reflejaba un retrato familiar que tenía detrás y que no podía ver del todo bien ya que el reflejo estaba distorsionado. Sin embargo, podía ver claramente la sonrisa de su hermano. Y no podía apartar la mirada de esta. Miles de recuerdos pasando a toda velocidad por su mente.

- Debí haberlo hecho yo. - Susurró cuando oyó los pasos del alfa acercándose a él desde las escaleras.

- No podías. Era tu hermano. - La voz de Jungkook sonó rota. Buscó su mirada sin comprender y le sorprendió ver que el alfa evitaba sus ojos. Se sentía culpable, comprendió. Se mantuvo a distancia, con los ojos clavados en sus pies. Parecía estar esperando que le gritara, que le reprochara haber matado a su hermano.

- Jungkook, - dijo obligándose a sí mismo a que lo que le iba a decir fuera sincero,- era lo que tenías que hacer. No te culpo por ello. - El alfa lo miró sin estar muy seguro pero no tardó en sentarse a su lado y coger su mano, apretándola en un gesto que parecía de consuelo.

Pasaron unos minutos en silencio. Cada uno en sus pensamientos antes de que alguno volviera a hablar.

- Sabía que estaba muerto. - Dijo el omega, sin mirarlo pero consciente que eso sorprendió al contrario. - Creo que por eso no puedo llorar ahora. Creo que ya lloré su muerte de alguna manera. Todas esas noches que me alejaba más y más de casa. Creo que de alguna forma sabía que si no había ido a buscarme era porque estaba muerto. No lo pensé como tal pero una parte de mí lo sabía. - El alfa se quedó callado. Esperando que continuara. Seokjin cerró los ojos con fuerza, intentando procesar el dolor que estaba sintiendo y que ya había comenzado hace tiempo sin que fuera consciente de él, siendo ese el momento en el que se desbordaba por todo su cuerpo tras haber sido retenido por la esperanza de encontrar a lo que quedaba de su familia con vida. - Creo que por eso dejé que me acompañarais. Porque necesitaba aferrarme a alguien para no...

- Nos tienes a nosotros. Iremos a nuestra base y...

- ¿Y Namjoon?- Su voz se cortó al pronunciar ese nombre. - Murió por mi culpa. ¿Cómo podré miraros a los ojos sin recordarlo?

- Inténtalo. Nadie te detendrá si quieres irte. Pero inténtalo. Es mejor que quedarse aquí.

Seokjin quiso decir que esa era su casa. Que no era un lugar de paso que simplemente podía dejar atrás. ¿Pero que sentido tendría? No podía quedarse. Tampoco podía llevarse todas las cosas preciadas de ese lugar. Sobre todo porque la más preciada estaba tumbada en el piso de arriba. Muerto.

Así que no dijo nada. Simplemente se quedó ahí, sentado al lado del alfa, dejando que su presencia lo tranquilizara por las siguientes horas.

En algún momento, cuando anocheció, Jungkook le hizo levantarse. Cogieron algunas provisiones y sus inyecciones, evitando la escalera que subía al piso de arriba lo máximo posible. Seokjin no sabía en que momento estaban fuera de su casa, ni tampoco cuando salieron de la ciudad. Todo pasaba como en un sueño y no sabía cómo salir del estupor en el que se había metido su cuerpo. Incluso cuando pararon a dormir unas horas y el alfa se sentó a su lado cubriéndolos con una manta, lo único que podía sentir era frío.

- Yo tenía un hermano mayor. - La voz de Jungkook hizo que reaccionará lo suficiente como para poder prestarle atención sin moverse. - Murió antes de la infección. - Otra pausa. - Quiero decir... no se que quiero decir.

- ¿Cómo fue?- preguntó. En realidad saberlo no iba a aliviar su dolor, pero el alfa lo estaba intentando y Seokjin no podía ignorar eso.

- Se puso enfermo. Su cuerpo se agotaba enseguida y un pequeño resfriado ya podía ponerlo muy enfermo. Fue repentino pero al menos tuve tiempo para asimilar la idea de que él no viviría por mucho más tiempo. Los chicos fueron un gran apoyo cuando al fin pasó. También lo serán para ti si les dejas.

Seokjin asintió. No muy seguro. No sabía cómo reaccionarían al verlo después de lo que había pasado. Namjoon hizo que se fueran enseguida. No sabía si ellos lo odiaban. Jungkook no parecía hacerlo pero no estaba tan seguro de los demás. Todos estaban muy apegados a Namjoon. Estaba seguro que tras asimilar su muerte, no tardarían en arrepentirse de haberlo llevado con ellos.

Él mismo se arrepentía de ello. El alfa había muerto por su ansia de volver con su hermano y resulta que no había un hermano al que volver. Y ahora ambos estaban muertos. ¿Podría vivir con ello? ¿Podría vivir cuando cada vez que cerraba los ojos veía el vacío donde debería estar la llama del alfa?

Se preguntó si Jimin querría volver a abrazarlo, si Tae seguiría queriendo enseñarle el mundo, si podría volver a ver la sonrisa tímida de Hoseok o si algún día vería algo más aparte de odio en la mirada de Yoongi. Se preguntó si se merecía esas cosas. Si podría soportar tenerlas en el caso de que ellos se las dieran.

Se volvió a sumir en el silencio. No durmió. Tampoco comió cuando el sol volvió a iluminar todo y se pusieron en marcha de nuevo. La base no estaba demasiado lejos. Para pasado el mediodía ya podían verlo a lo lejos. Llegada la tarde habían llegado.

- Tendré que avisarlos para que abran la puerta.- Murmuró Jungkook avanzando hacia las gigantes puertas de metal que se encontraban en el centro de una alta valla. En algún momento había estado electrificada. Seokjin no sabía si seguía estándolo pero no se arriesgó a tocarla. - Seokjin... hay una cosa que quería decirte antes y no sabía como... esto...

Se armó de paciencia al ver como el alfa se enredaba en sus propias palabras sin llegar a pronunciar una frase coherente.

- Jungkook que...- Unos pasos acercándose desvió la atención de ambos hacia un tercero.

- ¡JK! Avisa que has vuelto hombre...íbamos a dispararte pensando que eras un muer...- Las palabras del alfa quedaron suspendidas en el aire cuando su mirada se cruzó con el cuerpo estático del omega. La sorpresa e incredulidad llenaron el ambiente en cuestión de segundos.

Seokjin dio unos pasos atrás. Su corazón se aceleró con la imagen frente suya.

- Seokjin, quería decírtelo...- las palabras de Jungkook fueron aceleradas pero se desvanecieron en el aire. No podía escucharlo. No podía escuchar nada que no fuera el pitido en sus oídos y su corazón latiendo desenfrenado. Sintió cómo su cuerpo se derrumbaba. Cayó al suelo sin poder respirar bien. Lo último que vio antes de perder la conciencia fue el rostro de un fantasma. 

NUESTROS ÚLTIMOS DÍAS (OMEGAVERSE) (BTSxJIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora