No te quiero perder

Capitulo 16

SEMANA 4 DÍA JUEVES

El tráfico inundaba las calles de Tokio, miles y miles de personas yendo de un lugar a otro, ofertas de precios siendo anunciadas por altavoces, olor a comida, sonido de voces y autos, los suaves cantos de las aves volando por el cielo gris, la brisa levemente helada agitando todo a su paso. Era un día otoñal usual en Japón.

-Tomura-san, últimamente lo he visto muy pensativo – dijo Maruse entrando a la oficina del detective.

-Pensativo, eh – soltó un profundo suspiro –. Tienes razón, supongo que lo he estado.

-¿Puedo preguntar la razón? No es raro en usted, pero... es diferente a lo usual, no sé cómo explicarlo pero tiene un aura extraña.

Antes de responder a las inquietudes de su aprendiz, Tomura saco una cajetilla de cigallos de su gabardina negra, saco uno y lo dirigió a su boca, le prendió fuego con el encendedor que estaba sobre su escritorio y después procedió a darle una gran inhalada y exhalar el humo como solo un experto sabe hacerlo; si le preguntaban sobre su adicción al cigarro él respondería que no es por el sabor sino que simplemente ya era una adicción, era una rutina en su día a día e incluso diría que era parte de su oficio.

Todo el proceso en que el detective fumaba le parecía muy interesante a Maruse, era como ver a un escultor creando una obra de arte o como ver a un gran poeta escribiendo místicos versos, le era muy interesante pero desgraciada o afortunadamente no compartía la misma afición por el cigarro como a su mayor.

Después de soltar otra exhalada de humo, Tomura finalmente hablo: - Es solo que siento que algo no está bien, el caso del chico no ha finalizado, pero mis instintos me dicen que aún hay más por descubrir, algo que resulta inquietante.

-Del chico... ¿Habla de caso del joven Sawamura Eijun?

-Sí, de él.

-Pero ya encontramos al culpable, incluso ya lo condenaron al reformatorio. Si se refiere a que no es justo pues sí, es verdad, solo le dieron 10 años por haber asesinado a un menor.

-Su abogado supo jugar bien sus cartas, demostró que el hombre estaba en estado "no consciente" por el efecto de las drogas, ya lo condenaron. Pero puedo sentir que no es así, aún no descubrimos la verdad.

-¿Usted cree que tal vez el hombre no sea el verdadero culpable o que hayan más personas involucradas?

Tomura soltó un gran suspiro, dio una última exhalada a su cigarro y después dejó lo restante en el cenicero –. Puede que suene descabellado pero sí, eso es lo que creo. Todas las pruebas apuntan a este hombre como el culpable, pero... mi instinto me dice que no es así.

-Tomura-san, si he aprendido algo en todo este tiempo que he estado a su lado como aprendiz es que su instinto nunca falla, si usted dice que el caso sigue teniendo agujeros entonces le creo. La pregunta aquí no es si sus sospechas son válidas, aquí la pregunta es, ¿Tomura-san, cómo debemos proseguir con la investigación?

Tomura quedo impactado por las palabras de Maruse, la forma tan decidida en que decidió confiar en sus sospechas y la falta de inseguridad por volver a abrir el caso; lo hizo darse cuenta de que aquel joven nervioso que entro en su oficina hace ya algunos años pronto dejaría de ser un aprendiz.

Desde que dictaron a aquel hombre como el culpable de la desaparición del joven, había algo que le decía que aún no descubrían toda la verdad, desde ese día las dudas no dejaban de invadir su mente y su instinto le gritaba que siguiera investigando. Escuchar tan decidido a Maruse le hizo darse cuenta que no era momento de perder el tiempo, era verdad, la pregunta aquí era en cómo proseguir con la investigación sin tener permisos de sus superiores porque ellos ya dieron el caso como cerrado, de cualquier manera eso no lo detendría.

-Maruse, prepárate. Tenemos mucho trabajo por delante.

-¡Sí! – gritó Maruse sonriente y lleno de entusiasmo.