Capitulo 34

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SEMANA 11 DÍA MARTES

La ley dicta que para llegar a la etapa resolutoria y así establecer la debida ejecución de la sentencia se debía primero celebrar un tribunal para juzgar al culpable y escuchar todas las pruebas en su contra. Sin embargo, hay veces en que se dan algunos casos especiales en los cuales el culpable ya esta definido desde un inicio, cuando ocurre esto no es necesario de más de una sesión ni de un abogado defensor.

Martes, día entre semana en el cual se labora o se acude a la escuela, lo normal es que las calles estén llenas de autos y de transportes, sabiendo esto, resulta obvio que si quieres llegar puntual a un lugar entonces debes salir con cierto tiempo de anticipación para evitar los posibles retrasos. Claro que no toda la gente responde así, o al menos no siempre.

-¡Tomura-san, no vamos a llegar! – exclamaba preocupado Maruse mientras veía con angustia el reloj en su muñeca derecha.

-Tranquilo, sé que llegaremos a tiempo – intentaba calmar Tomura –. O eso espero.

-Escuché lo último – suspiró Maruse –. Tomura-san, sabe que debemos estar puntuales en el Tribunal, estoy seguro que la Jueza nos va a regañar.

-Bueno, podemos decir que tuvimos una emergencia.

-Estoy seguro que comprar cigarros no cuenta como emergencia.

Había un carro en especial que debía llegar con urgencia a cierto lugar. Solo les quedaban 28 minutos para evitar que el temor de Maruse se cumpliera: ser reprendidos por la jueza del tribunal. Maruse conocía a esa mujer y sabía lo intimidante que podía llegar a ser si no se cumplía adecuadamente su agenda. Les quedaba poco tiempo y el tráfico no parecía cooperar.

-Maruse-san, tranquilícese, cuando pasemos la cuarta cuadra le aseguro que el tráfico disminuirá, la mayoría de gente se dirige a la zona comercial y además ya pasan de las nueve, así que a partir de ahí estará despejado – comentó Miyuki mientras observaba la ventana en el asiento trasero.

-¿Tanto así como para llegar antes de 27 minutos? – preguntó con esperanza Maruse.

-Le aseguro que llegaremos en menos de 20 minutos.

Llegaron al enorme edificio a los 17 minutos, el suficiente tiempo como para ir con calma a la sala y esperar la indicación del policía encargado de dejarlos pasar. Y así fue, entraron e inició el juicio. Todo fue en orden y sin interrupciones, un juicio que solo duro 15 minutos.

La ley también dictaba que una vez terminado el juicio, el culpable debía permanecer en el edificio hasta que se ejecutara la sentencia, por lo que Miyuki pasaría esa noche en las celdas especiales.

Tomura y Maruse solicitaron escoltar a Miyuki al tercer piso, lugar donde se encontraban todas las celdas aseguradas por el equipo de vigilancia, pero antes de eso pidieron un permiso especial para mantener una reunión con él en una de las salas de descanso. La jueza se negó en un inició, y era obvio, no podía dejar que un joven acusado de asesinato anduviera con poco personal de escolta, sin embargo ella conocía a Maruse y sabía de la reputación de Tomura, además el chico le juro que no tenía ninguna intención de escapar, por lo que aprobó la solicitud.

Las salas de descanso eran unas pequeñas habitaciones ubicadas en los extremos de la parte izquierda del edificio, dentro solo se encontrarían tres sillas desplegadas a las paredes, un escritorio, dos sillones en el centro y tres libreros. Era una habitación cálida y la luz con cierto tono naranja lo hacían lucir acogedor.

Tomura no quería que su mente divagara ni quería adentrar sus emociones donde no debía, sin embargo, le afecto que su predicción se cumpliera: ese día martes en el Tribunal 14 de Tokio, la sala destinada al caso de Miyuki Kazuya por el asesinato de su compañero Sawamura Eijun estuvo completamente vacía, ocupada solo por el personal de policía, la jueza, el agente del ministerio público y los peritos, nadie más ni nadie menos, no hubo ningún familiar ni ningún compañero de escuela, él estuvo completamente solo, ni siquiera hubo alguien que fuera por parte de Sawamura para maldecir su existencia, en pocas palabras lo habían abandonado.

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