Capítulo 9

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~Te amo~

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—¡¿Qué?!— Naruto no podía dar crédito a lo que escuchaba y yo asentí para confirmar la veracidad en mis palabras —¡Por las chanclas de Jesús! ¡¿De qué tanto me perdí en estos días?!

—¡Baja la voz!— Le ordené al abrir la puerta de nuestra habitación para cerciorarme de que algún oreja alegre escuchara nuestra conversación —Si el obispo Sarutobi llega a oírte, estamos fritos.

Cerré la puerta y vi como su mano cubría su boca en un gesto sorprendido —No lo puedo creer... Con razón estabas tan tranquilo cuando partía a Shaftesbury— Sus ojos me miraron para analizarme —Ese día ya sabías que tu hermano estaba aquí y aún así no me lo contaste.

Pude sentir el toque de indignación en sus palabras —No quería preocuparte— Inquirí con tranquilidad —Tenías una mortificación muy grande en ese momento nombrada Hinata y no quería que tuvieras preocupaciones ajenas a las tuyas. Pensaba contártelo algún día si nos volvíamos a encontrar, pero eso pasó mucho antes de lo que ambos esperábamos.

Naruto asintió comprensible con un deje de tristeza —Ya veo...— Se sentó sobre su cama y me miró con seriedad —¿Y el que te hayas encontrado con tu hermano provocó que quisieras dejar el seminario?

Lo miré por varios segundos y me senté frente a él para responder con honestidad —En parte, sí. Me di cuenta de que mi padre nos ha estado manipulando a ambos por seguir con esta tradición, que como Itachi la llamó, es egoísta y cruel para quien no quiere estar aquí. Afortunadamente mi hermano se armó de valor y escapó como pudo, aún no sé qué tanto fue lo que sufrió junto con la que ahora es su esposa, pero sé que tomó el camino correcto y ahora es feliz, a excepción del remordimiento que siente por mi madre, claro.

—Entiendo...— Sus ojos seguían sobre los míos después de escucharme con atención —Me sorprende un poco que quieras dejar el seminario. Pensé que tenías tu vocación muy bien arraigada y que no habría algo en el mundo que te haría cambiar de opinión, pero también he notado tu actitud cambiante desde hace unas semanas y no sé por qué tengo la sensación de que tu decisión de dejar el celibato, es por algo más que tus problemas familiares.

El rostro de Naruto estaba sereno y eso provocó que de mí saliera una sonrisa pequeña. Pocas veces mi mejor amigo tomaba las cosas tan enserio, siempre reía y bromeaba con respecto a muchísimas cosas, pero ahora estaba esa faceta de él que no siempre se manifestaba; un Naruto serio buscando respuestas serias y verdaderas y ante eso, no tenia mucha oportunidad de evasión.

—Tienes razón. El conflicto con mi padre no fue la decisión principal, pero no hablaré contigo sobre eso ahora— Me puse de pie para encaminarme a la puerta de nuestra habitación dispuesto a salir —Hay alguien que debe saber primero que dejaré el sacerdocio.

Abrí la puerta y eché una última mirada al rubio antes de salir —Está bien. No más preguntas...— Y una sonrisa ladina se formó en su rostro —Por el momento.

Cerré la puerta detrás de mí con una sonrisa.

Me hacía falta esta complicidad con mi mejor amigo, sentir que podía confiar en alguien como él y mi hermano mayor para contarles que estaba decidido a dejar el seminario y sobretodo, a reconocer ante ellos que estaba enamorado de una hermosa mujer de ojos verdes.

Bajé las escaleras a toda prisa buscando unas hebras rosas por doquier. Ya no me importaba si alguien me veía salir del seminario, ahora mi misión era encontrarme con la mujer de la que me enamoré.

El Perjurio De Un SeminaristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora