El Perjurio De Un Seminarista

Capítulo 19

~Cuenta regresiva~
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No pude evitar quebrarme al ver lágrimas salir de sus preciosos ojos.

Mi expresión era dura y firme, pero mi corazón estaba hecho añicos al ver como nuestro mundo se derrumbaba.
El mundo que quería crear con ella...

—Ayer dijo que me amaba— Dijo casi en un susurro —Que tendríamos una gran familia y...

—Lo siento, pero nunca te amé. Solo me confundí— Alcé la barbilla con altivez, mostrándome lo más duro y desgraciado que podía —Siento haberte hecho perder el tiempo y también haber perdido el mío. Pero mi lugar está en este seminario, y ni tus lindos ojos verdes podrán darme la felicidad que siento al estar aquí.

Sakura me miró boquiabierta y apretó sus manos contra su vientre para luego mirar al suelo. Pude aprovechar ese momento para cerrar con fuerza mis ojos y evitar ver como sus lágrimas cristalinas chocaban contra el suelo, confundiéndose con las gotas de lluvia que caían.

—Esas tardes en la choza, las comidas en casa de Itachi, nuestras aventuras con Naruto y Hinata, nuestro vals en el río... — Sus ojos seguían pegados en el suelo, mientras yo recordaba ese baile y cada momento juntos, solo para atrormentarne —¿Nada de lo que vivimos significó algo para usted?

—Descarrilamiento. Solo eso— La miré desde arriba —Fuiste una distracción y mi hermano también lo fue. Él ya hizo su vida y yo quiero seguir con la mía.

—Entiendo...— Alzó la mirada para verme y quebrarme aún más con sus ojos cristalinos —No lo molestaré más.

—Te lo agradezco y también te agradecería que no vuelves a pasarte por aquí. Inventa cualquier excusa, que estudiarás o trabajarás en otro lado, pero no me gustaría verte en el seminario de nuevo.

Sakura asintió completamente rota y dio media vuelta para alejarse de mí.

Yo estaba igual de roto, tanto, que cuando Sakura desapareció, pude dejar salir mis lágrimas, una tras otra sin detenerlas. Deseaba llorar como un niño que había perdido a su madre en medio de alguna calle, sin rumbo ni dirección y así me sentía yo, perdido, exiliado y al mismo tiempo, el causante de tanto dolor.

Me hinqué frente al Santísimo y lloré, lloré como nunca antes lo había hecho. Dejé salir gritos ahogados de dolor, gracias a que el sonido de la lluvia había aumentado y saqué junto con ella, toda esa nube gris que me cubría desde los hombros.

Sakura era la parte más triste de mi historia, una parte de mí que nunca sería mía y esta noche amenazaba ser la más solitaria de todas. Perdí a mi madre, mi hermano, mis amigos y al amor de mi vida en un parpadeo y que cada vez que cierro los ojos, solo veo el rostro de esa pelirrosa y es tortuoso, nunca imaginé que tenerla en mis pensamientos sería tan duro, porque me quedé con la última imagen que tengo de ella, una donde llora y me pide una explicación con su mirada por el cambio drástico de mi decisión. Pero ahora ella está a salvo, junto con su madre y mi familia, fuera de las garras de un demonio que se disfrazaba de hombre generoso.

Sentía asco.
Asco de mi padre.
Asco de la religión.
Asco de la vida.
Asco de mí mismo.

No supe en qué momento perdí el conocimiento. Tan solo me desperté en mi habitación que ya estaba vacía del lado de Naruto y que solo estaba su cama vacía y mi soledad como compañera.

Mi amigo se había ido...

Miré hacia la puerta y en ese momento, el doctor Iruka entró con una bandeja. Apreté los ojos tratando de incorporarme rápidamente, pero un pañuelo frío me cubrió la frente, haciéndome estremecer y querer quitarla de inmediato.