Capítulo 5

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~Confesión~

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—¿Qué estás haciendo aquí?

Respondí a la defensiva, pues no sabía si lo que sentía al ver a mi hermano parado frente a mí era felicidad o enojo por tantos años sufriendo su ausencia. Itachi dio un paso al frente y en automático yo di dos hacia atrás.

—¿Cómo estás?— Preguntó en un tono afligido.

—¿Qué cómo estoy?— Mi ceño se frunció al mismo tiempo que su mirada tocó el suelo —¿Cómo esperabas? Preocupado por ti, obviamente. Hace más de seis años que no sé nada de ti, no sabía si estabas vivo o muerto, si hiciste tu vida como quisiste o no ¿y qué haces? Solo llegas como si nada hubiera pasado y me preguntas cómo estoy...  Es patético.

—Lo siento... Lo menos que quería era preocuparlos a ti y a mamá.

—Pues lograste preocuparnos, y mucho— Mi rostro reflejaba una expresión dura, pero en el fondo la felicidad comenzaba a llegar a mi cuerpo al ver a mi hermano con vida —¿Qué has hecho durante todos éstos años? ¿Te escapaste con Izumi?

Mis ojos negros se clavaron fijamente en los que tenía enfrente —Sí, nos casamos en un pueblo humilde muy lejos de Bibury, tenemos dos hijos y otro que viene en camino.

Mis ojos se abrieron con gran sorpresa, aunque la disipé rápidamente de ellos. Tenía la sospecha de que Itachi sí había forjado su vida a lado de Izumi, pero me sorprendió mucho saber que ya tenían hijos, de que ya era tío de tres pequeños y era totalmente obvio, pero mi expresión siguió intacta.

—Me alegro por ustedes... En especial por ti, que lograste lo que querías— Espeté secamente y mi hermano sonrió con amargura.

—Supongo que debes estar molesto conmigo porque hice vida con Izumi y los abandoné— No negué a lo que decía. Itachi no debía saber todavía que me sentía muy feliz por él.

—Deberías avisarle a mamá que estás bien. Está muy preocupada por ti y puedo asegurarte que todos los días llora por tu ausencia.

—Lo sé y tan solo pensar las veces que ha llorado por mi culpa, me atormenta, pero no quiero que Fugaku sepa dónde estoy

—¿Fugaku? ¿Así a secas?— Sonreí con molestia, pero entendí a la perfección su sentir. Seguramente mi padre lo habría golpeado hasta dejarlo casi muerto y todo el cariño que alguna vez había sentido por nuestro padre, se había esfumado.

—Sasuke, además de querer saber cómo estás, quería pedirte perdón.

Mis ojos se abrieron enormemente de nuevo por su inesperado hablar —¿Perdón? ¿Perdón por qué?

—Porque por mi culpa estás aquí en contra de tu voluntad. Si no me hubiera escapado del seminario, tú no estarías aquí forjando un deber que no te correspondía y...

—Yo no estoy aquí en contra de mi voluntad— Interrumpí sus palabras —Yo mismo fui quien se ofreció a entrar al seminario, mis padres no tuvieron nada que ver.

—Pero seguramente lo harían tarde o temprano– Añadió Itachi —Sasuke, ¿estás seguro que ésto es lo que quieres hacer? ¿Realmente quieres convertirte en sacerdote?

El silencio perduró unos segundos —Sí, es lo que quiero.

—¿Y quién era la joven con la que estabas hace un momento?— No respondí por los nervios comenzando a allanar mi cuerpo —Disculpa que te lo diga, pero jamás te había visto acompañado de una mujer y me hace pensar que te atrae— Su mirada se clavó en la mía con un filo de sinceridad —Sasuke, no tienes que ser sacerdote si no...

El Perjurio De Un SeminaristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora