Damian XXIV

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Damian XXIV

-Les he enseñado todo lo que he podido, pero se que no es suficiente, pero se que ahora podrán seguir por un camino más correcto- Ambos se inclinaron ante la mujer, Wanda su cabello estaba trenzado y su cara se había vuelto más tranquila, había encontrado un equilibrio que dudara que hubiera encontrado a lado de los vengadores, el encontró que su magia era más poderosa que lo que creía, no solo era de salud, eso era por sus ganas de ayudar, no también era de ataque, podrían ser hechiceros en toda ley, a partir desde que la mujer le dijo, era el momento de avanzar, buscar textos antiguos, se tenía que preparar para algo, lo sabía o lo dio a entender la mujer, eso era la verdad.

-Gracias maestra- Wanda fue la primera en alzarse y saludar con cariño a la mujer, esta se dejó, aunque se veía que no era muy afín a las emociones humanas, debe ser por todo el tiempo que ha permanecido viva.

-Deben seguir con la biblioteca Cagliostro- La mujer les sonrió, sabía que era peligroso, ningún hechicero la había encontrado antes, pero Wanda a su lado y los hombres que los seguirán, sabia que lo harían.

-Gracias por la información, gracias por seguir con nosotros

-Debes tener cuidado Wanda, nunca pierdas tu corazón- ella asintió, y volvió abrazar con cariño a la mujer.

-Tendré cuidado, lo tendremos

Un año entero había pasado, aislados del mundo. Pero había aprendido tanto de sí mismo, tanto que le agradecía a la mujer.

-Regresaremos a visitar

-Lo espero niños, cuídense-

Ciertamente en la entrada los esperaban tanto como Visión, como Jonathan, sabía cómo utilizar su magia para volar, pero no lo haría, era complaciente viajar en la espalda de su novio, que había crecido de nuevo, estaban por esta vez de la altura, el había tenido otro estirón, ambos se sonrieron.

-Vamos amado, aun nos queda camino que recorrer- el nuevo traje que había hecho a la medida de Jon, era perfecto, aparte la chamara que le hacia recordar de cierta manera al primer superboy, estaba ahí, pero esta era de color café y con borrego dando un aire mas de una chamarra de aviador, que de motociclista, Jon beso sus labios y asintió.

-Lo se cariño, pero estamos cada vez más cerca de nuestro objetivo.- Entonces se permitió disfrutar del calor de Jon mientras se quedan ahí, esperando encontrar la manera de regresar a su tierra, a su hogar, aunque ahora su hogar fuera donde estaba Jon.

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