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Capítulo 25: Lágrimas
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Scar

Una vez los alcanzamos Ymir se llevó a Historia, eso me llevó a pensar en que ya no sería una nueva aliada de la humanidad, además de que escapaba junto con los enemigos.

Ibamos tras ella utilizando los equipos tridimensionales, fue cuando El Acorazado hizo su aparición nuevamente, y Ymir se colgó en su espalda, ahora operaba con ellos.

Silbe rápidamente llamando a mi caballo, todos montaron a sus caballos para seguir con la persecución.

—La sacó de su boca—Hablé mirando al frente, Historia estaba en su mano. Sus compañeros de la 104 se montaron sobre el acorazado, hablando de cosas que para mi eran imposibles de escuchar.

Unas fuertes pisadas captaron mi atención, mis ojos se abrieron a más no poder al notar la cantidad inmensa de Titanes que se acercaban.

—¡Oigan!¡Alejense inmediatamente de el!—Ordenó Hannes mirando al frente.

—¿Piensa cortarles el paso?—Indago Ellen apretando sus riendas.

—¡Alejense rápido!—Grité hacia el grupo de la 104.

—¡Entendido!

—¡Soldados dispersense!¡Alejense de los titanes!—Escuché la orden de Erwin. Pude ver como el acorazado había caído al suelo con todos los titanes encima.

Nos reunímos observando la escena, era un infierno de Titanes.

—¡Todos los soldados a la carga!—Paso Erwin por mi lado—¡Difiniremos el destino de la humanidad en este precisó instante!—Se detuvo alzando su cuchillas—¡Escuchen!¡La humanidad jamás va a poder sobrevivir en este mundo sin la presencia de Eren, por lo tanto lo recuperaremos y nos retiraremos!

Trague en seco.

—¡Entreguen sus corazones!—Al momento en el que Erwin avanzó, lo seguimos automáticamente, Erwin era lo que nos impulsaba a avanzar.

Reiner había quitado sus manos dejando libre a Eren quien era sostenido por Berthold.

—¡Avancen!

Negué, ¿Qué había pasado?

—¡Comandante Erwin!—Un titán había tomado su brazo, alejandolo de nosotros mientras la sangre caía.

—¡Avancen!—Insistió—¡Eren esta enfrente, avancen!—Apreté los labios, Ellen se veía inquieta, estaba segura de que quería dar la vuelta y salvar a Erwin.

Cruzamos entre todos esos titanes que trataban de mordenos y tomarnos, eran tantos que me mareaba.

Pero finalmente había llegado hasta Eren, Mikasa trató de separar a Berthold y a Eren, sin éxito cuando un titán la tomó y apretó en su mano.

Jean cortó sus ojos mientras Ellen cortaba su nuca agilmente.

—¡Berthold!—Apareció Armin pasándose sobre Reiner, ¿Qué planeaba ahora?, conociendolo ya había ingeniado algo.

—Mikasa—Me pose a su lado sujetandola—¿Puedes levantarte?

—Entare bien...

Se levantó sin ayuda, era tan fuerte, su fuerza era totalmente digna de un Ackerman, me impresionaba lo fuerte que podían llegar a ser.

Distinguimos a Eren cayendo, Mikasa lo tomó al momento, sin dudarlo sujete a Erwin apegandolo a mí mientras nos alejabamos.

—¡Erwin!—Subió en su caballo, mientras que mi yegua llegaba a mi lado junto con mi fiel amiga.

—¡Soldados, retirada!—Dio la orden.

—Se acabó preciosa, vamos a casa—Le susurre a mi inquieta yegua.

Galopamos alejándonos de de el acorazado en dirección a la muralla Rose, cuando el impacto de un titán nos cortó el camino. Era el acorazado que lanzaba titanes.

—Se acabó, los mataremos—Sentencie lanzando mi gancho hacía la nuca del titán.

Escapar parecía una buena opción pero antes debíamos matar a los titanes que nos atacaban, así evitariamos más muertes innecesarias.

No todos debían morir.

No todos.

Los titanes que se dirigían hacia Erwin eran detenidos por los soldados que daban su vida por el, incluyendome, Erwin era el gran comandante de la región, no permitiriamos su muerte.

No habría otro igual.

—¡Scarlett detente!—Ordenó Erwin, ya me encontraba rodeada de Titanes y tan solo me quedaban estas gastadas cuchillas.

Me alce con el equipo cortando la nuca de un último titán, cuando otro me sujeto del abdomen, cerré los oios esperando mi destinó cuando sus fauces se abrieron esperando recibir mi carne.

¿Ahora que haría?¿Moriría aquí?¿Qué pasaría con Levi y mis padres?

Fue cuando el titán me soltó haciendome caer al suelo de golpe.

Solté un quejido, había sido una altura considerable.

—¡Capitana!—Escuché a Connie, me levanté como su ayuda cuando mi bella bebé llegó a mi lado, me subí sobre ella notando como el chico Calvo sujetaba las riendas de los dos caballos.

—Ya estoy bien—Insisti, aún así Connie me guió sujetando las riendas hasta que llegó Ellen a mi lado, hasta donde la había escuchado había ido a buscar a Jean y Armin que estaban en apuros.

—¡Retirada!—Escuché a Erwin, avanzamos alejándonos de los titanes.

El Acorazado dejó de perseguirnos, y tras la oportunidad regresamos.

Seguía con vida.

Seguía con vida

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Destinó / LeviAckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora