ANGEL | Eddie Munson

CAPÍTULO 26

Llevaba la semana entera practicando como andar en tacones. Al demonio con quien le diga a Jude que es una terea simple. Pasaba horas enteras caminando de un extremo a otro de su pasillo, y Eddie que se sentaba en una silla a verla, cada vez le decía que lo hacía peor. Fueron risas para él hasta que, queriendo probar que no era tan difícil, se los colocó e intentó andar. A partir de ahí empezó a ayudar a Jude de manera seria.

Finalmente, Jude pensaba que lo tenía controlado, pero solo por que el rizado le había dicho que había pasado de tener un tres a un tres y medio en la tarea. Pero cuando estuvo vestida y tuvo que ponerse los zapatos, el cuarto de Chrissy pareció dar vueltas. 

Habían quedado esa misma mañana para prepararse juntas, pero a pesar de las risas con ella, Jude seguía totalmente nerviosa ante la idea de presentarse a los padres de su novio. 

Chrissy salió del baño por fin, e iba totalmente preciosa. Llevaba un vestido negro con estampado de lunares blancos, y el cinturón rojo hacía juego con su pelo peinado en una coleta. Su figura resaltaba a la perfección, y acompañado de su maquillaje, su rostro parecía esculpido por dioses. Y ella si parecía controlar el andar con tacones. 

-¿Me veo bien?- dijo algo nerviosa.

-Totalmente, Chrissy- asintió frenéticamente para darle fuerza a sus palabras-, estas guapísima. 

-Tú también, Jude- rio con las mejillas sonrosadas. 

Su vestido tenía el mismo corte del de ella, la diferencia estaba en el color. A Jude el verde siempre la había resaltado, hacía que su piel y su cabello rubio brillasen. Junto a los tacones blancos, Eddie le había dicho que estaba preciosa. Eso la había motivado a ir, ignorando el discurso que también le había dado sobre lo increíble que tenía que ser conocer a los señores Smith, los ricachones cotizados de Hawkins. Obviamente era solo sarcasmo. 

Chrissy se ofreció a maquillarla. Tomó asiento junto a ella y poco a poco fue haciendo el trabajo. Jude notó como le echaba algo con una brocha. También, como con la yema de los dedos tocaba sus ojos. Por último, como aplicó el rímel y el pintalabios rojo. No parecía ella misma cuando se miró al espejo. No sabía si eso debía ser bueno o malo, pero definitivamente si se sintió algo desanimada a pesar de lo bien que se veía. 

No le dio tiempo a pensar mucho más, pues el claxon de un coche se escuchó a través de la ventana de Chrissy.

-Debe de ser Jason- tomó su mano para levantarla de su lugar-, vamos.

Bajaron por las grandes escaleras, despidiéndose de los padres de la chica antes de salir por la puerta. 

Efectivamente, el reluciente coche del novio de su amiga las esperaba. Chrissy ocupó el asiento del copiloto, por lo que ella se sentó atrás, entre ellos. Jason saludó a la pelirroja con un castro beso, y en cambio, elevó su puño con una sonrisa para que Jude se lo chocara.

-Os veis muy bien, chicas- dijo-. Voy a entrar a esa casa junto a las dos mujeres de Hawkins más bellas, todos desearán ser yo. 

Rio ante ello. Jason siempre había sido amable con ella, suponía que era por que para su novia Jude era lo más cercano a una mejor amiga. Le prestaba atención y desde que Cardan comenzó a traerla a las salidas en grupo, intentaba que estuviera bien.

Avanzaron tranquilamente mientras una melodía suave se reproducía en los parlantes del coche, no tardaron en llegar. 

Antes de bajarse del vehículo, Jude quiso comparar como hubiera sido si Eddie fuese el conductor. Seguramente hubieran llegado en la mitad de tiempo, además de que el sonido de Metallica a todo volumen hubiera logrado volverla loca. Sonrió por ello.