En un mundo donde las almas gemelas son de lo más normal, Samantha González trata de vivir una vida normal unida a 10 personas.
Podría ser fácil, de no ser porque sus compañeros forman el grupo de héroes más fuertes de la tierra.
VENGADORES X OC
No...
Sam despertó en medio de la noche. Frotó sus ojos y echó un vistazo a Tony, que estaba completamente desmayado a su lado. Se enderezó con lentitud, buscando su camiseta que estaba tirada a los pies de la cama. Se vistió y se dirigió con dificultad hacia el baño, caminando a tientas entre la oscuridad.
Mientras se lavaba las manos, sus pensamientos vagaron hacia lo ocurrido horas atrás, no podía creer que finalmente hubiera terminado la vinculación con una de sus almas gemelas. El sentimiento era increíble, su cuerpo se tornaba cálido cuando pensaba en Tony y si se esforzaba lo suficiente, podía sentir las emociones de su compañero.
Unos ruidos procedentes de la habitación llamaron su atención. Salió del baño con rapidez encontrándose a Tony teniendo una pesadilla.
-Tony, Tony. ¡Tony!- Sam trató inútilmente de despertar a su compañero, el cual no daba signos de notarlo.
Sam posó la mano en su hombro. Al instante fue retirada con fuerza por Mark 42, que había aparecido para defender a su dueño. Tony despertó con rapidez al escuchar el grito de Sam.
-¡Apagate!- exclamó Tony antes de golpear la armadura, provocando que las piezas se dividieran. No perdió tiempo en acercarse a Sam, tomándola entre sus brazos y acariciando su espalda con un ritmo relajante, tratando de eliminar el terror que sentía su compañera.
-Lo he debido de llamar en sueños. Perdón, pero eso no debería pasar- Tony continuó sus atenciones hacia Sam, estaba molesto consigo mismo, ninguna de sus armaduras debería provocar ningún tipo de miedo o peligro hacia su alma gemela. Sus pensamientos vagaban en espiral, se sentía culpable de lo que acababa de suceder, había puesto a su compañera en peligro.- Recalibraré los sensores.
-No pasa nada. No sabías que algo así podía suceder- Sam consiguió relajarse entre los brazos de su pareja. Abrazó a Tony por la cintura y cerró los ojos, permitiendo que la calidez de su vínculo los envolviera y los consolara.
-Lo siento- murmuró una última vez Tony contra su pelo.
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Esa misma mañana recibieron una noticia terrible. Al parecer Happy había sido herido durante un atentado con una bomba y estaba en cuidados intensivos en el hospital.
Sam se vistió con rapidez, insistiendo en acompañar a Tony a visitar a su amigo. Aunque no era la más cercana a Happy, no se podía negar que ambos eran amigos, de hecho tenían la costumbre de ver todos los domingos por la noche "Downton Abbey".
Tony estaba sentado en uno de los sillones de la habitación, observando a uno de sus mejores amigos luchar contra la muerte en una camilla de hospital. Sam permaneció a su lado, apoyándolo con una mano sobre su hombro.
Una enfermera entró en la habitación, comprobando las constantes vitales de Happy y ajustando el gotero que tenía conectado.
-Hola- la enfermera saltó ante el saludo de Tony, no los había notado.- ¿Le importa dejarla encendida?
