El Alma Gemela De Los Vengadores

La Torre

La Torre de los Vengadores era más imponente en la realidad de lo que se podía apreciar en fotografías. Samantha observaba la enorme construcción frente a ella con la boca abierta, en ese momento comprendía por que era considerado uno de los edificios más grandes de Nueva York, era simplemente increíble.

-Vamos querida.- Dijo Tony tomando su mano y guiándola hasta la entrada.

En la recepción se encontraba una preciosa rubia vestida con un elegante traje de oficina, nada más notar que Tony entraba por la puerta se enderezó y puso una sonrisa coqueta.

-Buenos días señor Stark, ¿necesita algo?

-En realidad sí, hoy he encontrado a mi hermosa alma gemela.- Exclamó ignorando el coqueteo de la secretaria y señalando con suavidad a la adolescente a su lado.- Me gustaría que informaras a todos los empleados que la traten con el mismo respeto que me muestran a mí. Samantha tiene permitido la entrada a cualquier parte del edificio siempre que quiera.

La rubia abrió los ojos con sorpresa, rápidamente tomó el teléfono para comenzara hacer llamadas, avisando a todos los empleados de la orden del jefe.

Tony arrastró a Samantha hacia el ascensor, siendo seguidos de cerca por Natasha y Steve.- Jarvis, a la sala principal.- Dijo en voz alta una vez que se cerraron las puertas.

Samantha saltó un poco al oír una voz robótica que venía desde el techo.- Enseguida señor Stark.

-Sam, Jarvis es una inteligencia artificial que está por todo el edificio, si necesitas algo puedes pedírselo a él.- Dijo Tony de manera tranquila.- Jarvis, supongo que ya lo has oído, pero esta es Samantha Gómez, mi alma gemela.- Steve tosió falsamente.- Nuestra alma gemela.

-Buenos días Srta. González, es un placer conocerla, estoy a su completa disposición para cualquier necesidad.

-Buenas, puedes llamarme simplemente Sam.- Murmuró la chica avergonzada. Aún no era capaz de acostumbrarse a toda la atención que estaba recibiendo.

El ascensor comenzó a subir y Samantha pudo notar que algo iba mal con su cuerpo, lentamente un calor la invadía y de forma involuntaria comenzaba a temblar. Sus compañeros parecieron darse cuenta de que algo no estaba bien con ella.

-Ey preciosa, ¿estás bien?- Preguntó Steve cargándola en sus brazos cuando notó que las piernas de la chica comenzaban a fallar.

-Mi cuerpo arde.- Se quejó Samantha con dolor, tres de las marcas que adornaban su piel empezaban a quemar con más profundidad conforme iban llegando a su destino.

-Eso es normal querida, son tus otros compañeros.- Dijo suavemente Natasha acariciando el cabello de la adolescente en un intento de tranquilizarla.

Samantha no respondió, estaba demasiado ocupada evitando gritar, cosa que no le iba muy bien ya que de su boca se escapaban ligeros jadeos de dolor. No era la primera vez que notaba el dolor, pero esta vez era mucho más potente.

Las puertas del ascensor se abren, atrayendo la atención de tres personas que estaban repartidas por la gran habitación. Steve caminó rápidamente hacía el sofá, acomodando a Samantha delicadamente.

Natasha se sentó a su lado con rapidez, atrayendo su cuerpo en un abrazo lateral de manera que la peliazul terminó cómodamente recostada sobre la espía, la cual acariciaba su espalda en un intento de distraer a su compañera.

Samantha se apresuró a aceptar los tres vínculos de sus compañeros, exhalando un suspiro de satisfacción cuando el dolor se mitigó.

Su cuerpo se recuperó en unos pocos segundos, como si nada hubiera sucedido, y en ese momento la chica fue levantada por una montaña de músculos que la abrazaba con gran alegría.

-Es un placer conocerla al fin, mi hermosa alma gemela, me ha hecho usted esperar muchos siglos.- Retumbó una profunda voz varonil. Samantha levantó la vista y por poco se desmaya al darse cuenta de que estaba siendo abrazada por nada más que el famoso dios que salvó Nueva York.

Observó toda la habitación, viendo que en ella estaban reunidos los seis Vengadores y la realidad le cayó como un jarro de agua fría al darse cuenta de que sus almas gemelas eran los mayores héroes de la Tierra.