El Alma Gemela De Los Vengadores

Todo está solucionado...¿o no?

Steve hizo lo correcto cuando llamó a Tony para ir a buscar a Sam. Poco después de que el millonario escoltara a su compañera de vuelta a la Torre, Fury fue disparado por un enemigo desconocido. Murió esa misma noche.

Durante todo todo el día, fue imposible para Sam contactarse con Steve o Natasha. Tony había tratado de ayudarla a ubicar a sus compañeros, así es cómo descubrieron que el Capitán América estaba siendo perseguido por SHIELD.

–Nada de esto tiene sentido. SHIELD no tiene ningún motivo para ir detrás del Cap. Tendría mucho más sentido si anunciaran que yo soy un peligro público, ¿pero Capi? Lo único mortal en ese hombre son sus charlas motivadoras– Tony leía la información ante él con escepticismo. No era el mejor amigo de Steve, pero era un colega y podría decir perfectamente que cualquier cosa que SHIELD estaba tramando no era buena.

Durante esa tarde Tony y Sam trataron de conectar los hechos, estaban seguros de que algo malo estaba sucediendo y nadie parecía darse cuenta. Esto fue confirmado cuando Jarvis mostró las grabaciones de un ascensor del edificio de SHIELD, donde se podía apreciar cómo varios agentes comenzaban a pelear con Steve. Al parecer, habían tratado de deshacerse de las pruebas de la lucha, lo que había dificultado que la IA las pudiera encontrar.

–Tony, ¿qué demonios está pasando en SHIELD?– los nervios comenzaron a invadir a Sam, provocando que las puntas de sus dedos comenzaran a tornarse de un color rojo fuego.

Tony lo notó al instante y rápidamente frotó los brazos de su pareja con un movimiento tranquilizante– no tengo ni idea, pero pienso enterarme de todo ahora mismo.

Los próximos días Sam y Tony estuvieron prácticamente encerrados en el laboratorio. La chica se mantuvo al día con todas las noticias relacionadas con Steve y SHIELD, observando toda la destrucción que se estaba provocando durante ese tiempo. Por otro lado, Tony comenzó a hackear a SHIELD con brutalidad, siempre había desconfiado de esa agencia pero en esos momentos más que nunca se estaba demostrando que tenía razón.

–¿El soldado de invierno?– preguntó Sam leyendo el informe que Tony había logrado rescatar de las redes más profundas de SHIELD.

–Es un espía y asesino soviético. Es una de las armas más importantes de Hydra. Es tan mortal que es considerado prácticamente un mito, pero no, SHIELD era consciente de su existencia.

Sam escuchaba a Tony sin apartar la mirada de la única foto del soldado de invierno que existía en los archivos. Era un hombre adulto de cabello castaño por los hombros, su cara estaba parcialmente pintada de negro por lo que no se podía distinguir bien pero resaltaba aún más sus ojos de un azul intenso. No sabía por qué una foto borrosa la estaba hipnotizando de esa manera pero no quería apartar su mirada del informe.

Tony pareció notar el inusual comportamiento de su pareja y lo asoció con el cansancio. Se estiró brevemente y atrajo a Sam, tomándola por la cintura– llevamos dos días sin descansar, lo mejor sería que fuéramos a dormir antes de que el resto comiencen a decir que soy una mala influencia.

Sam aceptó y lo siguió escaleras arriba hacia la habitación del multimillonario, la cual se había convertido prácticamente en su habitación durante las últimas semanas. En su estado de cansancio ambos lograron ponerse el pijama antes de ir a la cama. Sam había estado evitando dormir los últimos días, le preocupaba que se encontrara el rastro de Steve o Natasha y ella no pudiera llegar hasta ellos a tiempo. Cuando los volviera a ver les daría una gran charla sobre cómo no pueden desaparecer del radar sin avisar a su compañera, que casi muere de preocupación.

–Ya sabemos dónde está Steve– exclamó Tony despertando a Sam.

La chica se enderezó enseguida, los últimos rastros de sueño se disolvieron ante la perspectiva de volver a encontrar a su compañero– ¿Steve? ¿Dónde?

–Es mejor que te lo explique él, pero digamos que está relacionado con un asesino y muchas explosiones. Vístete, podemos ir a verlo al hospital.

Sam no necesitó que se lo repitieran dos veces. Tomó unos vaqueros y una camiseta cualquiera antes de ponerse unos crocs– vamos, ya estoy lista.

Tony ya había avisado a Happy de antemano, por lo que este tenía el coche listo para salir cuando la pareja llegó al garaje. Durante el camino Sam estaba en silencio, pensando en todos los posibles escenarios en los que se podría haber visto envuelto su compañero, cada cual más peligroso que el anterior. Tony también estaba inusualmente silencioso, acariciando la mano de su pareja como muestra de apoyo.

Nada más llegar, Sam y Tony corrieron hacia la recepción, preguntando por el número de habitación de Rogers. Cuando la chica entró en la habitación y lo vio en la cama, con todo tipo de aparatos conectados, casi rompe en llanto. Sam Wilson se apresuró a ofrecerle la silla al lado de la cama mientras que Steve, que apenas había despertado unos minutos atrás, comenzó a disculparse al observar el estado de angustia de su compañera. Sabía que tendría que haberle avisado de que estaba bien de alguna manera, pero era demasiado cobarde para eso, por lo que el estado actual de Sam era única y exclusivamente su culpa.

Atrajo a la chica a sus brazos, teniendo cuidado de no enredarse con los cables, y la abrazó con suavidad. Disculpándose en voz baja por su comportamiento. La voz suave de Steve y los sollozos de Sam eran los únicos sonidos de la habitación.

Mientras Sam comenzaba a tranquilizarse entre los brazos de Steve fue ajena a la mirada de su compañero, la cual se había quedado fija en la marca de su hombro izquierdo. Podía distinguir esa estrella roja...era idéntica a la del brazo de Bucky.