Corazón del mar

Capítulo 2: El extraño de ojos café

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N

arrador: Helena

La asamblea pasó rápidamente, mi padre se dirigió a el pueblo comunicándoles falsas noticias para apaciguar su temor y angustia con respecto a la guerra. 

- Así que no se preocupen, mi querido pueblo de Vinyamar, tengan por seguro que la guerra esta por terminar, los piratas y corsarios no son más que un invento de la corona Española y Francesa para que les temamos, sin embargo, en nuestro reciente viaje a Londres, mi hijo Acrisio y yo, comprobamos que son mentiras, las flotas del Reino Unido no nos dejarán solos, somos parte de el y estamos más fuertes que nunca - puedo ver la cara de tensión de Acrisio, se que no esta de acuerdo con lo que esta haciendo nuestro padre, ni si quiera yo lo estoy, trato de mantener la calma. - Por el contrario, deben prepararse para la llegada de un monarca proveniente de Eredor, será nuestro invitado especial durante las próximas semanas, pronto sabrán la razón, pero que no les quedé la menor duda de que este encuentro será un parteaguas para una gran alianza y evidentemente con fines más que amistosos que favorecerán al reino.- 

No esperaba que mi padre diera a conocer tan rápido la notica, aunque insinuada, se que la mayoría de los presentes entendieron bien a lo que mi padre se refería.  Trato de respirar hondo por los nervios pero el corseé no es de ayuda, haciéndome sacar de inmediato mi abanico. 

Las  caras de los habitantes de  Vinyamar se llenaron de alivio y los gritos alegres de celebración se hicieron presentes convirtiendo la reunión en una fiesta. 

Antes de que Acrisio y yo pudiéramos refutar algo, nuestro padre nos ordena mantenernos en nuestros lugares y convivir con el pueblo, para no levantar sospechas y mantener la calma entre ellos.  

Acrisio y yo compartimos miradas con un poco de desesperación, se acerca por detrás a nuestro padre y con la mirada neutra entre la gente pregunta en voz baja. - ¿Por qué les mientes de esa manera? - Valtus ni si quiera se inmuta y sonríe hacia la pista de baile donde los habitantes celebran con dicha. - Tu más nadie sabe lo que vimos en ese viaje a Londres, los puertos y reinos destruidos, la guerra en su punto más alto, como puedes - Madre interrumpe a Acrisio llamándolo y  poniendo una mano en su hombro, fingiendo quererlo llevar a la pista de baile.

- Eso es cierto padre, no puedes hacerles esto, es una injustica - Los ojos de Edith y Circe voltean con velocidad hacia mi con extrañeza y algo sorprendidas. Siento una mirada fija en mi,  repaso a las personas en busca de el dueño de esa mirada pero la multitud celebrando y la música no me permiten concentrar, haciendome desistir en la búsqueda.  

Valtus sigue sin borrar su sonrisa del rostro, extiende toma mi mano con delicadeza y con su otra mano, toma la de Acrisio. Finge acomodarnos a ambos para bailar entre la gente, pero antes de dejarnos en el centro de la pista, nos susurra. - Esto devela la falta de madurez que tienen, sobre todo tu Acrisio, aún no estás listo para ser monarca, dudo que algún día lo estes si sigues pensando de esa manera. Y tu, querida Cassia Helena, te sugiero mantener ese tipo de pensamientos u opiniones, como meros pensamientos dentro de tu cabeza, no tienes la preparación suficiente para entender los problemas - finaliza dándome un beso en la frente para después regresar a su lugar con madre. 

Acrisio se mantiene rígido y con la respiración acelerada, sus ojos destilan ira. Siento una mirada fija en mi y de inmediato recorro el salón de un vistazo, los ojos cafés, de un hombre, enmarcados de unas cejas y pestañas negras y perfiladas, me hacen sentir un escalofrío al percatarme de su fijación en mi. Aleteo mis pestañas recobrando la concentración  y atención hacia mi hermano.

- Sabes que el trabajo de nuestro padre, es ser duro con nosotros para que lleguemos a ser como el y madre en nuestro papel como futuros monarcas. Se que estás más que listo para ser nuestro Rey, serás el mejor que Vinyamar ha tenido - Coloco su mano en mi cintura y la otra en mi mano, incitándolo a seguir la tonada de la canción y el acepta con desgano.