Capítulo 21: Legada a Tarrendel

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Narrador: Helena

Y aquí estoy, abordo del Venganza, después de haber jurado jamás volverme a subir en el a menos que fuese para regresar a Vinyamar, la diferencia es que la dirección era hacia el reino de Tarrendel, más precisamente a una pequeña isla a kilómetros del puerto de Tarrendel, esto para poder abordar un barco comerciante y no levantar sospechas.

Esta vez da tripulación era menor que la habitual, solo ibamos los necesarios. Mason, Toranaga, Hunter, Calíope, Alexander y por supuesto, yo. El capitán insistió en no traer más tripulantes que pudieran entorpecer o delatar el plan, pero Calíope insistió en acompañarnos, alegando que haría falta alguien que se encargara de ayudarme con el arreglo y vestuario.

Todos nos habiamos memorizado el plan meticulosamente realizado. Como princesa de Vinyamar, era mi responsabilidad instruir a todos en los protocolos reales, asegurándome de que nuestro plan se ejecutara a la perfección.

Nuestro objetivo era rescatar a Francis, y para ello habíamos ideado un plan audaz. Me haría pasar por la Duquesa de Valador, una noble ficticia creada con una identificación falsa que Mason había conseguido a través de sus contactos. El pergamino, cuidadosamente elaborado, llevaba el sello de Valador y los detalles necesarios para validar mi identidad.

La historia que inventamos era sencilla pero convincente: la Duquesa de Valador había llegado a Tarrendel para quedarse una estancia corta, con el pretexto de aprovechando las fiestas de inicio de primavera, adquirir un criado personal, uno que pudiera asistirla en sus viajes y en su residencia. La nobleza de Tarrendel era conocida por su venta inminente de esclavos, por lo que nuestra presencia no levantaría sospechas.

Alexander trazó un mapa del recorrido que seguiríamos desde el puerto hasta el mercado de esclavos. - Nos moveremos en grupos pequeños - explicó, señalando las rutas menos transitadas. - Helena, serás acompañada por Toranaga y Mason, se harán pasar por tus sirvientes. El resto se dispersará, manteniendo una distancia prudente pero siempre atentos.

El día anterior, me preparé con un vestido robado de la nobleza, una prenda lujosa con encajes y detalles minuciosos. La tela principal es de un tono suave perla, proporcionando una base sofisticada. El vestido contaba con un corsé muy asfixiante, o tal vez Calíope se esmero de más en ajustarlo de más, con un lazo en la parte trasera.
La falda es amplia y voluminosa, extendiéndose en varias capas de tela para crear un efecto de campana. Los encajes adornarían el borde inferior de la falda, así como los puños de las mangas largas y ajustadas, añadiendo un toque de delicadeza.
El escote era uno miu inusual en mi, en forma de corazón, también decorado con encajes finos. En el busto y la cintura, e detalles de bordados florales en hilo plateado, que complementan el color perla.

Caliope insistía fervientemente en realizarme un maquillaje dramático pero por suerte logre disuadirla a uno muy sutil.

Antes de desembarcar, nos reunimos en la cubierta del Venganza para un último repaso.
- Recuerden deben comportarse como servidumbre leal - les dije a mis compañeros. - Inclínense ligeramente al verme o saludar a los demás que yo salude, mantengan la mirada baja y respondan con respeto a cualquier pregunta. La credibilidad depende de nuestra actuación

Alexander me miraba sin rastro de alguna emoción pero sabía bien que sus ojos fijos en mi eran una clara amenaza por sí algo salía mal. - Helena - dijo con su voz firme, - este plan depende de ti. Si alguien sospecha, todo se vendrá abajo.

Asentí con determinación. - Lo sé. Estoy lista.

Llegamos a Tarrendel al atardecer, cuando el bullicio del mercado comenzaba a disminuir. Toranaga y Mason me escoltaron, manteniendo una actitud sumisa pero alerta. Alexander y el resto del equipo se dispersaron según lo planeado, vigilando cada movimiento.

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