Traición

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Hace algunos meses que Hakudoshi Wood llegó al oeste. Era nuevo en la ciudad y no conocía a casi nadie. Al principio empezó a trabajar como mensajero en una pastelería de la ciudad, allí demostró ser una persona honrada y de confianza. Lamentablemente el lugar cerró algún tiempo después, pues las ventas no iban tan bien como el dueño hubiera deseado. Sin embargo, ahora el muchacho ya no era un desconocido, pues gracias a su carácter atento se ganó el corazón de muchos ciudadanos del Oeste, entre ellos, una joven sirvienta llamada Odette, quien servía en la mansión del duque Sesshomaru.

El muchacho le parecía encantador y coquetearon alguna que otra vez, así que cuando le anunció que dejaría el ducado porque había perdido su trabajo, la joven sirvienta no tardó en recomendarlo como asistente de cocina en la mansión. El ama de llaves al principio se mostraba renuente a contratarlo, puesto que no lo conocía de nada, dado que era extranjero. Pero el antiguo dueño de la pastelería dio buena fe del muchacho, por lo que Kaede al final terminó cediendo.

La anciana no se arrepintió de su decisión, pues el chico resultó ser bien educado y muy trabajador. Con el tiempo demostró su valía y se convirtió en una adición importante al personal del ducado. 

Odette no dejaba de presumir a su novio entre los demás sirvientes, aunque en realidad, Hakudoshi nunca le pidió que formalizaran su relación. 

Esto se debía a que la atención del sirviente estaba centrada en una mujer que  estaba muy lejos de su alcance. La duquesa del Oeste, esa mujer tan bella, noble y solitaria que siempre les regalaba su mejor sonrisa y se le podía encontrar ayudando a aquellos con más necesidad.

 Era una lástima que su esposo la tuviera tan descuidada, primero se fue tres meses a la capital y no mucho tiempo después, partió de nuevo a una guerra. También pudo notar que ambos tenían habitaciones separadas y no parecían compartirlas nunca, una verdadera pena. 

Sin embargo, el último día de estancia del duque, Hakudoshi pudo notar que pasaron la noche juntos. No pudo negar que sintió un poco de celos, pero estaba en ese lugar para hacer su trabajo y no debía olvidarse de ello. Después de todo, este hecho solo confirmaba que iba por el camino indicado para completar su misión. 

Un día vio a la duquesa pasear por los jardines con la nostalgia y la tristeza dibujadas en su bello rostro, así que no pudo evitar acercarse. 

Rin observaba una rosa mientras recordaba los últimos momentos que pasó con Sesshomaru; en cómo todavía llevaba en su piel sus besos y sus caricias; en cómo se pertenecieron y fueron una misma carne tan solo unos días atrás y ahora los separaban kilometros y kilometros de distancia. Soltó un suspiro de forma resignada. De nada le servía deprimirse, tal como la última vez que se separaron, necesitaba ser fuerte y confiar en su esposo.

Por el rabillo del ojo, pudo ver a un joven sirviente, quien la veía anonadado. 

La duquesa lo saludó con su sonrisa habitual al notar su presencia, lo cual hizo que el corazón de Hakudoshi se acelerara un poco. 

—Buenos días, su gracia, no era mi intención perturbarla durante su paseo —se disculpó de forma cortés. 

—No te preocupes, tu presencia no me incomoda. Tú eres el joven ayudante del chef Luka ¿cierto?, ya nos habíamos cruzado en otras ocasiones.

—Es un honor saber que me recuerda, su gracia. Déjeme decirle que para mí, cada encuentro con usted es sumamente especial.

Rin se sintió un poco incómoda ante ese comentario, así que decidió retirarse de inmediato, siendo seguida por la intensa mirada del muchacho. 

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Sesshomaru llegó a la capital y lideró a sus tropas en el campo de batalla. No por nada era considerado el mejor guerrero del reino, los hombres de Naraku no representaron un reto para él.

Me Convertí En La Esposa Del Frío Duque Del OesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora