La espada celestial

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La anciana lo guió a una habitación oscura, con estanterías llenas de frascos y libros antiguos. Pudo notar que Sara también entró tras él y observaba sorprendida todo a su alrededor, pero simplemente la ignoró. No tenía tiempo para estar molesto en ese instante, lo más importante era encontrar una manera de ayudar a Rin.

—¿Qué se supone que es todo esto? —preguntó empezando a perder un poco la paciencia.

—Esto, hijo mío, es el escondite de una maga oscura —respondió la mujer con una sonrisa de suficiencia en el rostro.

Sara ahogó un pequeño grito de la impresión, pero se recompuso al ver la mirada de reproche de Sesshomaru sobre ella.

—Señora Urasue, no diga tonterías por favor. Usted sabe muy bien que la magia oscura está penada en este reino —le aconsejó, mirando de reojo la reacción del duque.

—No te preocupes niña, el duque no va a enviarme al calabozo, pues yo soy exactamente lo que él está buscando.

Sesshomaru caminó hasta quedar frente a la exótica anciana, necesitaba saber con exactitud si realmente ella sería capaz de ayudarle.

—¿Qué sabes sobre ese demonio llamado Zero? —exigió.

—Primero que nada, es una demoneza y al igual que a ti, a mí me arrebató a un ser amado. Mi querida hermana Tsubaki.

Sesshomaru la observó, alzando una ceja con incredulidad, pero la dejó continuar con su relato.

»Tsubaki era mi hermana mayor, una joven promesa en el mundo de la magia. Desde muy temprana edad fue reclutada por la torre mágica, pues mostraba un gran talento y tenía el potencial de convertirse en la próxima líder de los magos.

»Con el tiempo, sus habilidades mejoraron, pero para ella todavía no era suficiente. Era la única mujer entre un montón de hombres y constantemente era denigrada a pesar de que su nivel destacaba en comparación al de la mayoría de sus condiscípulos.

»El acoso continuo de sus compañeros y la falta de acciones tomadas por parte de sus superiores la quebraron progresivamente y la orillaron a acercarse a la magia oscura. Empezó leyendo algunos libros y después practicando hechizos y conjuros, pero llegó un punto en el que su mente se perdió.

»Sedienta de poder, se sumergió tanto en ese mundo que su codicia no podía ser saciada, ya no se trataba de ganarse el respeto de sus compañeros, ahora quería convertirse en la maga más poderosa del mundo. Numerosas veces traté de convencerla de parar, pero no me escuchó.

»Un día, sucedió lo inevitable, Tsubaki decidió hacer un pacto con un demonio en su loca búsqueda de poder. Invocó a Zero y pidió un deseo, pero es bien sabido que no se puede confiar en los demonios. Tsubaki intercambió su alma por poder.

»Finalmente, logró convertirse en la cabeza de la torre mágica, pero con el tiempo empezó a perder la razón. El reino se dio cuenta de que se había convertido en una amenaza, así que mandaron a ejecutarla. Tsubaki era demasiado poderosa en aquel entonces, así que era imposible que un ejército humano lograra vencerla, pero Zero se había encargado de drenar su vida poco a poco, tal como lo está haciendo con su esposa. Mi hermana fue encontrada muerta en su habitación, cuando los hombres encargados de su ejecución llegaron a buscarla.

Sesshomaru observó a la anciana sin mostrar expresión alguna, todavía no sentía que podía confiar en ella y su historia sonaba bastante extraña.

—Si ni siquiera pudiste ayudar a tu hermana, ¿cómo se supone que podrás ayudarme a mí? ¿Cómo sé que esto no es una estafa y solo quieres sacar provecho de mi dolor? —preguntó enfadado, colocando una mano sobre el mango de su espada, dispuesto a desenvainar y acabar con la mujer por hacerle perder su tiempo.

Me Convertí En La Esposa Del Frío Duque Del OesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora