La diferencia de dos reyes:

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Cassius me siguio hasta el castillo, supuse que querpia reprocharme por que no quería que hicieramos una demolición en donde vivían personas. Y siendo sincera, no sabia que una mujer podría tener la posiblidad de cuestionar algo de su marido, nunca pensé así, pero toda mi familia si. Y era absurdo que la mujer tenga quepedirle permiso a su marido para solo hacer algo, y si le decian que no, no cuestionaban. Yo era un mujer diferente, y eso no cambiaría. 

Ser una mujer no conlleva a solo obedecer a su marido, somos iguales.

Al llegar a mi habitación, aún escuchaba las claras quejas de Cassius detrás de mi. Me giré hacia él y reprimi una sonrisa antes de cerrar la puerta en su cara y decirle:

—Ya es tarde Cassius, quiero descansar— y le cerré la puerta. 

Suspiré profundo y camine haste mi cama para recostarme a mirar el techo. Tenía muchas cosas en mi mente. Primero: era una Nifxs. No sabia ni tenia idea que eramos una especie y que posiblemente no eramos los únicos que habiamos. Eso me hiso sentir muy bien. Segundo: era la esposa de Cassius. Eso rondaba por mi cabeza las veinticuatro horas del día, y me tenia demasiado inquieta y desconcentrada. No hacia falta decir que esta última semana Cassius no habia venido a visitarme para notificarme nada de su... bueno, nuestro reino, y yo no iría a donde él.

Y claro esta, que Cassius no se conformo con mis últimas palabras al cerrarle la puerta en la cara. Aparecio minutos después en el balcón de mi habitación esperando que le abriera. Con la mayor pesadez del mundo, me levanté para abrirle y suspirar profundo:

—He dicho que no voy a dar mi "si" a eso— le dije, girandome y caminando a la cama nuevamente para sentarme.

—No se supone que tú opinión cuente, soy el rey y tú...— mi mirada fue casi un poema—, la reina.

Me levanté con enojo pero su mirada neutra y seria me hiso estremecer.

—¿Desde cuando empezaste a pensar así?— cuestione— ¡Eres rídiculo!

Cassius rueda sus ojos y se voltea de espaldas. Suspuse que estaba tratando de contener sus ganas de querer matarme en ese momento. De acuerdo... no sé de donde ha salido eso, él no sería capaz de eso. ¿O si?

—Rídiculo o no es mi desición— dijo girandose. 

Negué con la cabeza y me acerqué a él. 

—Haces eso y te juró que te mato mientras duermes— le amenacé.

Él soltó una risa.

—Si ya me quisieras muerto...— puso un dedo en mi frente—, ya lo huebieras hecho desde que nos vimos, pequeña sanguijuela.

Abrí mi boca y me quedé helada. ¿Me había llamado "Sanguijuela"?

—Y dejate de amenazas, eres terrible para eso— añadio.

Salí de mi trance y lo empuje levemente.

—No-me-conoces —le dije a entre dientes.

—Ni tú a mi— acerca su rostro al mio y me estremecí—, así que no intentes manipularme.

—¡Dije que no lo haremos!— le dije alejando mi rostro lejos de él.

—No harás nada para detenerme— dijo antes de dirijirse al balcón dejando bastante enojada—, ah... y sí apareces por la noche mientras duermo para asesinarme, espero que lo pienses dos veces.

Lo que paso fue rápido, Cassius apreto una parte de mi cuello dejando inconciente. Lo último que pude ver fue una su mano abandonando mi cuello. 

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La reina de la luz {#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora