Un trato civilizado:

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Esta vez Nanny me acompañaba junto a Eric y mi consejo real. Sabía para que iba al castillo de Cassius y sabía bien mi respuesta: no. No me casaría con él. No lo haría. No quería.

Cuando llegamos al castillo, los guardias y los soldados nos miraban de reojo y yo los miraba desafiante. Sabían que eran el enemigo pero ellos no tienen la culpa del mal genio de Cassius. Entramos y una de las sirvientas no llevo a el gran salón donde estaba Cassius y su consejo real. 

Nos sentamos en uno de los sofás y pude ver como Cassius y Eric se lanzaban miradas asesinas mientras nos presentabamos. El consejo de Cassius no era lo que yo esperaba, pensaba que eran iguales a él pero no, eran diferentes, como si no quisieran estar ahí. 

—Su alteza real, el rey sombra le hemos ofrecido la oferta —no me diga—, de que ustedes se casen para poner paz en el reino. Ya que esta separado. — dijo el señor, Smithes.

—¿Y no han contado conmigo para esa desición supongo, no?— dije inrritada. 

—Su alteza, no creemos que su reino llegué a mucho sola en el reino de la luz—dijo otro hombre, me tensé al instante.

—¿Me esta diciendo que por que soy mujer no puedo dirijir un reino?— oh no, me inrité demasiado. 

Nanny se tenso a mi lado y los del consejo real del reino de la luz, osea el mio, me miraron y hablaron:

—Creemos que su alteza, puede dirijir una nación sola sin nesesidad de casarse, lo ha demostrado— dice uno de mis consejeros.

—¡Es una mujer!— dijo un hombre del otro consejo.

—¡Una mujer que puede dirijir un reino entero sin la nesesidad de casarse con un hombre!— me defendiende Eric, quién quiere a matar todos los del consejo de Cassius.

Y así queridos amigos, comenzaron a discutir. A estas alturas me dolía mucho la cabeza, no quería tener que lidiar con hombres que no sabía ni de que hablaban —los del consejo de Cassius—, con gritos y molestias. Por otro lado, Cassius estaba igual de estresado que yo. Hasta que habla:

—¡Ya basta!— su voz retumbo todo a nuestro alrededor.

—Su alteza, tiene que enteder que es por la paz... por un mejor...— Cassius lo mira con ganas de asesinarlo. 

—¡Dije que basta!— todos se estremecieron—. Estoy cansado de sus quejas, invité a Elian y su consejo para poder resolver las cosas como personas cilivizadas, no como animales peliando por comida ¡Por Dios!— dijo, realmente enojado. 

—Ya he tomado una desición— mi voz se dio a luz a todos, haciendolos callar y verme. 

—¿Qué desición, Elian?— pregunta Nanny a mi lado. 

Me levantó de mi sitio y miro a todos. Habia decidido aceptar. Pero con mis condiciones y si no querían esas condiciones, no habia trato. 

—He decidido... aceptar, pero con mis condiciones y mis terminos, yo también tengo derecho a votar sobre lo que haré en mi vida y como será. Y si, —miré a Cassius, quién me miraba dedutivo— su alteza, acepta mis desiciones pues bien. Si no, no hay trato— informe.

Uno de los del consejo iba a protestar cuando cerro la boca al ver la mirada de Cassius en él. Sabia muy bien que muchas veces mi opinión no contaba y que solo era una frase sin sentido para otros, pero esta desición seria de por vida, y  tal vez podía arrepentirme en un momento dado y hacerlo toda mi vida. El matrimonio no es solo un papel que dice que ambos estan casados, el matrimonio tiene que conllevar amor y respeto. Lo que no hay entre Cassius y yo, y por eso iban a ver mis condiciones.

La reina de la luz {#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora