No sabía cómo sentirme, si bien o rara. Era una experiencia nueva jamás vivida, algo que nunca había vivido con Cassius pero muchos quisieron aprovecharse de eso. Aquella mañana me había levantado antes que él, estaba dormido, se veía cansado. Lo miré por unos segundos como una tonta hasta que se despertó y me sonrojé en cuando vió que lo observaba. Creía que ya estábamos algo bien no, íbamos por la mitad. Lo que había pasado ayer podía ser una prueba de eso.
Se estiró y pude ver como sus músculos se movían. Se puso de lado y yo sonreí como una tonta.
—Buenos días—me dijo, soñoliento.
Me mordí los labios inconcientemente.
—Buenos días—respondí.
Se acercó a mi, quedandose casi encima de mi. Plantó un beso en mis labios cariñoso y puso una mano en mi mejilla.
Se sentía raro, después de tanto tiempo, estar así. Después de casi o tal vez cuatro años sin estar así... wooah, era totalmente loco y yo estaba dispuesta a esto. Esperaba que Cassius estuviera igual de dispuesto. Ame totalmente lo que había pasado anoche, fue verdaderamente mágico y especial, aunque fue mi primera vez y posiblemente habría más, seguía sintiendo pena de mi misma por haber dejado ver a Cassius mi cuerpo, pena de la buena.
Pero paso algo que me dejó deslocada, se separo de mi bruscamente.
—¡No!— Dijo y más bien, me había parecido que se lo había dicho a si mismo.
Se levantó de la cama desnudo y tomó sus pantalones. Abrí mi boca indignada sin saber como reaccionar o que decir por que no entendía que pasaba. Me tape con la sábana y en cuanto iba a decir algo, la puerta se abrió dejando ver a un soldado, quién se apeno por la situación.
—Su alteza, yo...yo—Cassius lo interrumpió.
—Ve al grano, soldado—Dijo colocándose la camisa.
El soldado intento no ponerse rojo por la situación pero no pudo. Cassius lo miró extrañado y molesto a la vez, y como nadie dijo nada, yo hable.
—Cassius...
Cassius me ignoro y luego miro al soldado con ganas de matarlo.
—¡Avansa!—Grito y hasta yo me estremecí.
—Cassius estoy...
—Su alteza, le han enviado una carta a la reina—Respondió el pobre soldado, sin mirarme.
—¿¡Cassius!?—grité.
—¿¡Qué!?—Me grito de vuelta.
—¡Qué estoy desnuda!—dije tapando mi cuerpo con las sábanas.
Él me miró por unos segundos y luego miró al soldado, quien sostenía una carta en sus manos mirando el suelo. Fulmine a Cassius con la mirada y luego tomó la carta, sacó al soldado de la habitación y me entregó la carta.
Se me hizo extraño que se pusiera así de momento, no entendía como paso de ser lo que era hace unos minutos a lo que me esta demostrando ahora.
—Me voy—Me dijo, girandose.
Me quede helada.
—¿Eh? ¿A donde vas?— Pero no respondió y se dirigió a la puerta—¡¿Qué te pasa?! ¿Hice algo malo o anoche...?
Y lo que me dijo, rompió mi corazón en miles de pedazos;
—Lo de anoche fue un error, que no volveré a cometer—y con eso, salió de la habitación.
Mi corazón crujio en miles de pedazos. No entendía que había pasado, ¿se había arrepentido? ¿Por qué me hacía esto?
Mis ojos se aguaron enseguida y escondí la cabeza entre mis piernas y pecho. ¿Que le pasaba? ¿Qué había hecho? ¿Qué hice? ¿Por qué se arrepintió? Mi cabeza estaba hecha un lío, un total lío y no entendía nada. Estaba deprimida, desanimada, con el corazón roto por que para mi si significó algo.
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La reina de la luz {#2}
FantasyTrilogía Reyes: Reyes 2: La reina de la luz. Elian sabe que convertirse en reina traería problemas con Cassius, pero nunca pensó que eso fuera a pasar luego de tres años sin saber de él. Y es que un corazón dólido nunca olvida, no hasta que sana. C...