Animo:

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Todos tenemos un lado oscuro. 

No se quién me lo había dicho pero solo diré que tuvo razón. Y ese lado oscuro puede ser bueno, como también malo. Saber distingir si mis poderes eran bueno y ayudaban e aportaban era importante saberlo, pero saber si eso afectaba a mi reino y a mis amigos era otra cosa. Siempre creí que era diferente, y bueno, mis alas y el poder que ahí en mi explican muchas cosas que pueden deducir la palabra "diferente", pero jamás pensé que sería peculiar. Si, es una palabra un poco fuerte pero es nesesaria. Saber que provengo de una linea de nifxs y soy de los más fuertes es algo que no se asimila en un día o dos. 

Estaba tan aturdida. 

—¡Vamos! ¡Apunta y dispara!—grito Dereck, mirandome a mi y a una botella para que le apuntará. 

Por más que intentaba sacar esa magia oscura de mi ser, no podía. Y no entendía como el día anterior pude romper una puerta en dos y sin ningún esfuerzo. Hasta deducía que solo pasaba cuando me hacían enojar, como si el solo saber que ese poder estaba en mi se activará en mi ser. 

Lo único que salió de mis palmas fue mi propio poder y no le hizo absolutamente nada a la botella. Refufuñe y miré a mi lado a Cassius quién ya llevaba dos botellas partidas en dos. 

—Novata—me dijo con una sonrisa burlona. 

¡Argh!

—¡Cállate, intento concentrarme por si tu retorcido cerebro no lo asimila aún!—respondí, enojada.

—Yo no tengo culpa de que seas una inutil con ese poder, ni siquiera puedes hacerlo salir de ti msima. 

¡Dios santo! ¡Me estaba agotando la paciencia!

—¡Que te calles!—me desesperé.

—O que tampoco seas buena reinando, son otros veinte—me ignoro.

Lo miré con enojo y juró que paso como la primera vez, algo diferente. Me estaba haciendo enfadar demasiado.

—Cassius, no me provoques—lo señale con un dedo y este se acercó a mi y con una mano hizo que una botella en miles de pedazos.

—¿Por qué, no? ¿Te molesta? ¿Te molesta que te diga la verdad... traidora?—me cansé.

—¡Ya basta!

Y justo cuando mi enojo se desató, en vez de ir la magia hacia la botella, fue disparado hacia Cassius como un rayo. Me espanté de inmediato y me acerqué hacia él antes de que se cayera en el suelo. Mamá y Dereck vinieron corriendo a donde nosotros y Cassius estaba en el suelo. Aún estaba con los ojos abiertos y me miraba con asombro. 

—No es grave—dijo mamá viendo su estómago que tenía algo negro casi gris, como polvo.

—¿Estas segura?—me coloqué un mechon detrás de mi oreja mientras reclinaba la cabeza de Cassius en mi regazo.

—Estoy bien novata, yo—se intentó parar y con ayuda de Dereck pudo levantarse—, iré a dentro—y con ayuda de Dereck, se fue. 

Me preocupe demasiado. No pensaba que ese poder fuera tan poderoso y destructivo. Me quedé viendolo hasta que entro al castillo. Segundos después Dereck vino diciendome que tenía que ir y mamá también, Ada nesesitaba su ayuda por la tarde. Luego de que se fueron, yo no quisé molestar a Cassius así que fui a mi castillo para ver como estaban las cosas. Nanny y Eric manejaban todo.

Estaba tan agradecida de tenerlos aquí conmigo y preocupada también por lo que podía pasar si aquel hombre les hacia algo. Cassius se había asegurado de mandar más hombres para que protegieran todo, y yo puse a los dragones a vigilar y a proteger a los soldados para que estuviran seguros ellos también. Teniamos que estar muy alerta de cualquier cosa, por que no estabamos seguros aquí.

Las personas estaban algo nerviosas y los entendía. Pensar que puede haber una guerra y batallas, era muy preocupante. Aún así, los trataba de ayudar despejandole la mente. 

Regresé al castillo de Cassius a eso de la noche, y cuando entré a la habitación, estaba sobandose el estómago y tomando alcohol. Estaba recostado del balcón y me puse a su lado. Este me vió de reojo y hizo una mueca cuando vi su estómago. Le dolía y no podía mentirme. 

—No debiste hacerme enojar—le dije un poco burlona pero este solo me miró y puso la botella a un lado—, espero que aprendas a no hacerme enojar de esa forma de nuevo, apenas aprendo a controlarlo—le aseguré.

Él asintió y luego miró la luna que estaba apareciendo luego de que unas nubes la opacaran. Mis alas empezaron a brillar con su aura y me abracé con ellas por la brisa de la noche. 

—¿Puedes...?—lo miré y él estaba señalando su estómago. 

Lo entendi de inmediato, asentí y este camino hacia la cama, se acosto boca ariiba y me senté a su lado. Lo miré pidiendo permiso para poder sanarlo y solo asintió mirando a otro sitio. Puse mi mano en su abdomen y empecé a sanar lo que le estaba doliendo. Poco a poco vi el alivio en sus ojos y justo en cuando terminé, lo miré unos segundos antes de decir.

—Sí sabes que también tienes mi poder, ¿verdad?—pregunté incredula, o más bien cuestione.

—Sí, pero no se manejarlo.

Pues entonces yo le enseñaría.

A lado de la cama, estaba una espada muy pontiaguda y acerqué mi palma. Hice una mueca cuando su punta rozo con mi palma haciendola sangrar. Cassius me miró extrañado y a la vez preocupado. Me aguante la mano y sople la herida por el dolor pulzante que estaba teniendo. Quería que el me curará y no lo hiciera yo. 

—¿Qué haces?—me pregunta, extrañado.

—Tú vas a aprender a hacerlo a mi forma—coloqué mi mano en la suya—, vamos, intentalo...novato—me burlé.

Cassius se sentó en la cama y miró mi mano con mucha atención y así fue durante un tiempo hasta que negó con la cabeza. Tome su rostro con una mano para que me mirará y le dije.

—Si yo puedo hacer que tu poder en mi salga con enojo, tú puedes sanarme solo pensando en cosas buenas, tienes el poder—le dejé saber. 

—Entonces mejor no pienso en ti mientras intento sanarte lo que claramente tú te hiciste—me dijo, neutro.

¡Auch!

Miró mi mano otra vez y puso sus dedos en mi herida y me estremecí. Pero por más que intentaba no podía. Intenté demostrarle como yo lo hacia pero no pudo inmitarme. De sus dedos solo salía su magia, lo que hacia que me doliera. Se detuvo y soltó mi mano. Miró hacia otro sitio y me levanté para poderme un paño limpio en la herida a lo cúal Cassius solo me miró otra vez extrañado.

—¿Por qué no te lo sanas tú misma?—preguntó.

—Por que eso lo harás tú, cuando aprendas a dominar esa parte de ti—me fui a cambiar en el baño y cuando regresé, me miró con los ojos muy abiertos—¿Qué?

Me acosté en mi lado de la cama dandole la espalda, pero este me volteo a verlo.

—¿Y si se infecta?

—Entonces más vale que aprendas rápido, por que no lo voy a sanar—le dejé saber antes de apagar la vela que estaba prendida—Buenas noches, Cassius.

Escuché como refufuño y me daba la espalda para apagar la vela y luego decir:

—Testaruda.

Autora: ¡Holaaaa! Espero que esten bien, Dtb/am!

Perdonen la tardanza, casi siempre actualizo los lunes o martes pero he estado un poco ocuoada y se me ha olvidado pero aqui esta el capítulo.

Si les gusto, dejen su amor, voto y comentario. 

No olviden lo especiales y valiosos que son para Dios y para mi y que todo en esta vida tiene una solución y un próposito.


La reina de la luz {#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora