❛❛APOCALYPSE. oblivion❜❜ [tua]³

04

.: YOU CAN'T ALWAYS GET WHAT YOU WANT :.

either die a hero or live long enough to become the villain

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The Sparrow Academy
3,996 Days before the tragedy

–¿Puede alguien decirme qué pasó?

Sus hermanos bajaron la mirada cuando sir Reginald alzó la voz detrás de su escritorio; incluso Christopher, que en ese entonces no era más que una roca malformada, disminuyó su brillo azul con timidez, pero no Zero. Ella siguió mirándolo detrás de sus hermanos, los chicos de la Sparrow Academy, de pie en la línea trazada en la puerta de su oficina, la cual ellos no tenían permiso de cruzar.

Su padre estaba enojado, los demás agotados. Zero estaba impaciente, con los brazos cruzados, ansiosa por terminar con toda esa farsa de una vez. El abrigo de su uniforme era más pesado a causa de la sangre seca que traía encima, quería quitárselo y ponerse cómoda, tal vez dormir un poco. Los guantes le daban comezón.

–¿Número Uno? –insistió su padre con un siseo.

Los demás retrocedieron un paso, alejándose de su padre porque sabían que la cosa se pondría fea en cuanto él mencionaba uno de sus nombres, como si ya estuviera dictando su sentencia. En la mayoría de los casos, se dirigía a Ben, porque era el líder del equipo.

–Rodeamos a los criminales –dijo él, cabizbajo, recordando que los detalles no lo librarían de la furia de su padre–. Evacuamos a los rehenes. No hubo bajas de civiles.

Luego, mirando a sus hermanos que le daban disimuladas miradas de apoyo, agregó:

–Cumplimos con la misión.

–¿Y entonces porqué se entregaron diez bolsas con cadáveres al municipio? –exclamó su padre, haciendo temblar la cadenita dorada que sostenía su monoculo.

–Once.

La voz de Zero, baja y aburrida, llenó la oficina con rapidez, con la misma fuerza de un estallido que hizo temblar a sus hermanos. Marcus le dió un codazo; no tenía permiso de hablar, sabía que eso enfurecería a su padre y de todos modos lo hizo.

–¿Número Cero? –inquirió su padre, arrugando la nariz como si su sola presencia le desagradara.

–Se entregaron once cadáveres –respondió ella, alzando la mirada con orgullo–. Pero no se recuperó el cuerpo del doceavo.