❛❛APOCALYPSE. oblivion❜❜ [tua]³

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square three:
destruction is a way of freedom.

En cuanto los autos se abrieron camino por los terrenos de la prisión de máxima seguridad Leontine Woolridge, supieron que algo andaba mal.

El edificio principal lucía más sombrío que de costumbre y la puerta de entrada estaba abierta de par en par. Ben era él único de los Sparrow que había visitado ese lugar, y solo un par de veces mientras acompañaba a su padre a recoger algunos documentos de sus experimentos; nunca vio el laboratorio secreto donde encerraron a Zero durante dos años. Lo único que conocía era ese edificio de ladrillo que ahora parecía abandonado, peligrosamente silencioso.

Cuando llegaron a la recepción, no le sorprendió encontrar todo hecho un desastre: muebles volcados, puertas rotas y vidrios en el suelo, todas las luces estaban apagadas y no parecía que hubiera un alma ahí.

Avanzaron en formación, preparándose para cualquier ataque de Zero o alguien más. Pasaron de la recepción a las oficinas de los directivos y ahí encontraron su primer indicio de respuestas: el director de la prisión, un hombre de traje con la cabeza llena de canas, estaba muerto detrás de su escritorio. Su cuello parecía roto.

Miraron las demás oficinas y encontraron casos similares con el resto de las secretarias y agentes. Algo... Alguien los hizo pedazos.

-Llegamos tarde -murmuró Sloane, estaba pálida y parecía a punto de vomitar.

-Entonces... ¿esto es en serio? -preguntó Alphonso.

En retrospectiva, debieron saber que el juego de Zero no era una metáfora, sino un plan enfermo para volverlos locos. Tal vez, debieron tomarlo más en serio desde el inicio. Si esas personas estaban muertas por su culpa... por el maldito juego de Zero... Estaban enfrentándose a algo pero de lo que imaginaban.

Ben no respondió a ninguna de sus preguntas y, en cambio, se separó un poco del grupo para asomarse a los pasillos que se dirigían a las celdas. De inmediato soltó una maldición cuando notó que la puerta principal, esa que debía estar cerrada con candados y un millón de cadenas, estaba abierta.

-Carajo.

Sus hermanos se asomaron detrás de él y murmuraron cosas similares, pero ninguno se atrevió a moverse hasta que una voz aguda qué salía de debajo de un escritorio arruinado los hizo saltar.

-Se fueron todos...

-¡Ay, mierda! -chilló Alphonso.