❛❛APOCALYPSE. oblivion❜❜ [tua]³

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.: FLESH AND BONE :.

see these tears, so blue, can never dry

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Hotel Oblivion.
Day 67.

La existencia dentro del Hotel se volvió relativamente fácil, al menos en el aspecto de que ya nunca tenía hambre.

Tras la muerte de Obe Sheepa, La Novia participó en más funerales, la mayoría de huéspedes devorados por La Bestia pero otros eran víctimas del caos y la violencia que reinaba en ese lugar. Al inicio sentía algo de culpa, pero ya no podía preocuparse por ello. Ya no se preocupaba por nada.

Ya no era una forastera, sino otra de las criaturas. Aún no entendía cómo llegó al Hotel Oblivion en primer lugar, pero ya no estaba tan interesada en descubrirlo, así como ya tampoco le preocupaba encontrar una salida. ¿Para qué luchar?

Esa fue su manera de rendirse ante las reglas del Hotel, lo que finalmente le abrió las puertas ante las maravillas que éste ofrecía. Aún tenía pesadillas, sí, y cada mañana era obligada a tomar esas horribles pastillas que le arrebataban la voluntad, pero al menos ya no se cansaba luchando. A veces se reunía con los demás huéspedes en el comedor o en el lobby y hablaban como viejos amigos, aunque en el fondo sabían que cualquier día de esos podrían matarse entre ellos.

Ya no sentía terror ante la idea, no imaginaba su propia tumba porque ni siquiera recordaba su nombre. Solo era La Novia y, como parte de ese macabro juego, estaba dispuesta a seguir las reglas. Por eso, aunque no extrañaba las derrotas de antes, volvió a emprender el camino de vuelta a su habitación.

Estaba en el octavo piso pero aún tenía buen tiempo para volver antes de que sonara la última campanada. El problema, sin embargo, fueron ellos.

Los vio al doblar por una esquina hacia las escaleras. Ellos le bloqueaban el camino pero en ese momento no se preocupó y siguió avanzando hasta que se dio cuenta de que ellos tampoco iban a moverse. Probablemente esperaban que ella se acercara, otra oveja a la boca del lobo. Supo que eran Los Carroñeros aunque nunca los había visto en persona, pero Malorie, al igual que casi todos los otros huéspedes le habían advertido sobre ellos.

Era un grupo de seis huéspedes que pertenecían al quinto o sexto piso y que se hacían llamar a sí mismos una "manada", como si en su pequeña alianza hubieran encontrado no solo la manera de sobrevivir al Hotel, sino de aprovecharse de los débiles, apoderándose de su comida, pertenencias y hasta su vida, entre otras cosas. Y solo lo hacían por diversión. La Novia estaba a punto de conocerlos mejor.