❛❛APOCALYPSE. oblivion❜❜ [tua]³

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.: MURDER :.

it's just (a kiss) away

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Hotel Oblivion.
Day 96.

Tras la muerte del Doctor Bedlam, la carne siguió escaseando y los funerales en el comedor dejaron de ser fiestas.

La presencia de La Novia se convirtió en un mal augurio. En cuanto fue aceptada como una huésped, un fantasma más del Hotel Oblivion, solo hizo falta decidir si podía integrarse a la máquina de supervivencia o, por el contrario, si era un engranaje suelto. Su posición no tardó en definirse.

Aunque su presencia fantasmal conmovía los corazones más rígidos, los pasillos se ensombrecían con una mezcla de terror y rechazo cuando La Novia salía de paseo. Algunos la enfrentaban –sacrificando sus vidas–, otros se escondían. No era una cazadora como La Bestia que atormentaba por las noches, pero les debía lealtad.

Dentro del Hotel, La Novia caminaba sola.

Por eso, viéndolo desde su perspectiva, daba la impresión de que se enfrentó a un ejército la noche que los huéspedes la acorralaron en el cuarto piso.

Ella estaba en la puerta del comedor aparentemente vacío, contemplando la chimenea encendida; era la primera vez que la veía así sin que hubiera un trozo de carne cocinándose y un grupo de huéspedes esperando ansiosos. No había charolas plateadas o copas de cristal que luego se desvanecían como arena en el viento. Tal vez ninguna de esas cosas estuvo ahí jamás y todo fue una ilusión creada por el Hotel. Tal vez el fuego también lo era, porque no sentía nada de calor.

Quería retrasar el momento de volver a su habitación; con la oscuridad de la noche la esperaba otra pesadilla, igual que la noche anterior, igual que la siguiente y todas las que le quedaran en ese lugar. Como el fuego y la carne no servida, el Hotel consumía sus esperanzas, estaba tan hambriento como ella.

–¿Buscabas algo? –le preguntó Wacoon; se veía como en las películas del Monstruo del Lago, con escamas repartidas en su cuerpo y una aleta en forma de sierra que sobresalía de su espalda.

Cenó con él un par de veces en ese mismo comedor; nunca intercambiaron una palabra pero compartir un filete básicamente la hizo considerarlo su amigo. Hasta ese momento.

Lyra respondió sacudiendo la cabeza lentamente y se apartó de la puerta queriendo continuar. Sin embargo, Wacoon no la dejó pasar y entonces se dio cuenta que detrás de él, a ambos lados del pasillo, estaba reunida al menos una docena de huéspedes. Parecían enojados con ella.