El diario de Camila Mendoza Pinzón

Malos Padres: Rebeldía parte 2

***Narrador omnisciente***

-Mi amor, te juro que yo ya no se que hacer -le confesó Armando a su esposa con tristeza- me duele profundamente que Camila se haya enterado de esa... etapa, de nuestra vida. -Betty lo miraba apesadumbrada mientras se ponía la pijama y se quitaba las gafas- Yo sé que de joven no hice las cosas bien, es más, hasta que te conocí mi vida no fue más que error tras error... Te he pedido perdón mil veces y cuando por fin había olvidado mis faltas, viene mi hija, ¡mi hija dios mío! A enterarse de mi más grande error en la vida, de mi estupidez ¡y de mi inmadurez maldita sea!

-Ya mi amor -dijo Betty interrumpiendo el monólogo de su esposo- no voy a permitir que continúes castigandote por cosas del pasado mi amor. Le dijiste lo correcto a Camila, tú ya no eres ese hombre, dejaste de serlo hace mucho tiempo y si para mi eso no es un problema, para Camila menos debería serlo.

-¿Y cómo le hacemos entender eso a la niña ah? -se cuetionó Armando con tristeza- Ella está convencida de su versión, no hay quien la saque de ahí. ¡Es muy terca!

-Hablando con ella mi amor, eso es lo que debemos hacer. Y por supuesto, no perder el control Armando, no podemos dejar que su rabia nos afecte.

- Jamás pensé que me costaría tanto ser padre -exhaló Armando rendido mientras se acomodaba en la cama, listo para recibir a su Betty- Además no dejo de pensar en Calderón ¡Que cruz!

-¿En Calderón? -se preguntó Betty extrañada acostandose a su lado- ¿Por qué en él?

-El desgraciado me dijo una vez que con esa niña, iba a pagar todos mis pecados y todos los males que le causé yo a las mujeres ¿Puedes creerlo? ¡Que cruz!

-Hmm ¿Y lo crees tú?

-Pues no, no si uso la razón ¿verdad? Pero que miedo que Camila tenga que pagar mis pecados, es que me parece algo totalmente injusto.

- Entonces ¿Tú piensas que en realidad se refería a esto? ¿A que Camila te juzgaría?

-Tiene mucho sentido -dijo pasando sus manos por su cara hasta sus entradas pronunciadas- me siento muy mal mi amor, muy mal.

-Mi vida -dijo Betty compadeciendose de su esposo- no te preocupes, todo saldrá bien.

-¿Tú crees?

-Si mi amor, todo esto está en el pasado, solo hace falta que Camila lo entienda y tarde o temprano eso ocurrirá. Solo ten paciencia y trata de no perder la paciencia con ella.

Armando sentía que las palabras de Beatriz le acariciaban el alma. Ella siempre sabía que decir, era su refugio, su paz.

-Gracias mi amor -susurró cuando yacían acurrucados en su cama dejandose llevar por las leves caricias del momento.

- ¿Gracias porqué mi vida? -preguntó Beatriz con curiosidad.

-Gracias por estar aquí conmigo -susurró Armando acercandose a su oído- gracias por darme tranquilidad -susurró esta vez contra su cuello- gracias por la familia que formamos juntos -susurró dejando un beso tentador en el hombro de Beatriz- por seguir aquí conmigo pese a mis defectos...

-Armando -murmuró Betty sintiendo un leve calor crecer desde su vientre- no tienes que agradecerme mi amor, yo debería agradecerte a tí... tú fuiste la oportunidad que esperé tanto tiempo.

-Te amo -declaró Armando mirando a los ojos a esa mujer que le dio todo, que sentía suya.

-Y yo a ti -respondió Betty sintiendo esa chispa de conexión en los ojos brillantes de su esposo.

Desde hace algún tiempo no tenían intimidad y les parecía aquella una noche maravillosa para reencontrarse y volver a reconocer sus cuerpos algo desgastados.