La caída: Rebeldía parte 1

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13 de junio del 2015

Hoy hablé con tía Camila, la llamé como a eso de las 1 de la mañana.

Lo pensé mucho antes de llamar, debía tener en cuenta la diferencia horaria entre su país y el mío, deberían ser las 8 AM en Suiza. Tía Cami ya debería estar en pie o al menos, despierta.

-¡Hola princesa! ¡Que sorpresa! ¿Cómo te va? -saludó animadamente

-No tan bien tía, es decir, quisiera estar mejor ¿Cómo estás tú? ¿Cómo está mi primo?

-Por acá todo bien cariño, ¿qué es lo que te tiene despierta tan temprano? es decir ¡tan tarde! allá debe ser de madrugada ¿no?

-Pues sí, no puedo dormir. Creo que hice algo malo pero... Al mismo tiempo, pienso que no estuvo mal.

-¿Y eso? -preguntó curiosa- soy toda oídos Cami, cuéntame lo que quieras.

Tomé valor y le conté todo, lo que pasaba con mis padres y lo incomprendida que me sentía ahora, le conté también de Paula y Fernando, de nuestro primer beso (que no me atrevía a contar a mis padres aún) de lo divino que es Fer conmigo y lo más reciente, la historia que conocí de mamá y papá.

Enterarme de todo lo que había ocurrido hace años me descolocó, demasiado, me dejó totalmente atónita. Pero había ocurrido algo aún peor y tenía que ver con mis padres.

Por un lado, papá pasó a ser el tipo de hombre que esperaba jamás encontrarme en la vida, la figura de hombre tierno y protector gradualmente se convirtió en la de un monstruo.

Por otro, mamá.

Dejó de ser la "perfección", pasó de ser una mujer que me enorgullecía y me inspiraba a seguir sus pasos, a una persona debil que había perdido el juicio. No podía entenderla, y de alguna manera, esa distancia que estaba sintiendo para con ella desde hace algún tiempo hasta ahora, se acrecentó.

-Se cayeron del pedestal Cami -respondió mi tía con tono de preocupación- pero créeme mi niña, con el tiempo entenderás que son humanos, que no todo es blanco o negro y que ellos no son perfectos. Tu amor por ellos debe superar esto.

-¿Alguna vez cometiste ese tipo de errores tía?

-¡Claro que si Cami! ¡Y tú también los cometerás porque de eso se trata la vida mi amor! De equivocarse para aprender y ser mejor persona habiendo superado ciertas lecciones. ¡Imagínate! yo me vine a vivir a Suiza cuando aún era muy joven ¿crees que lo hice todo perfecto hasta hoy?

-No -contesté sin estar muy segura-creo que no.

-¡Claro que no hija! -rio tía Camila- mira mi amor, tal vez no lo entiendas ahora porque aún te falta crecer, pero lo harás en algún momento y cuando así sea, acuérdate de mí y abraza a tus papis. -hice una pequeña mueca, odiaba escuchar que tenía que crecer para entender cosas- debo irme mi amor, dile al cabezón que lo llamaré pronto, y que no abuse porque no siempre estaré para defenderlo -rio- besos y abrazos a doña Julia y a tu mami, los quiero, adiós.

En ese momento, mamá fue a mi habitación y entró lentamente, tal vez esperando encontrarme dormida.

-¿Camila? -susurró en mi dirección- ¿Sigues despierta?

-Si mamá -respondí sintiendo algo similar a compasión por ella- estaba hablando con tía Camila.

-¿En serio? ¿Y por qué no se la pasaste a tu papá?

-Sabes que no quiero verlo mamá... Además dijo que lo llamaría después -dije intentando suavizar el comentario agudo.

-Bueno hija, te tengo una mala noticia. Tenemos una conversación pendiente así que tendrás que vernos la cara tarde o temprano. -acotó tan práctica como siempre- tu padre y yo podríamos hablar mañana al llegar del trabajo ¿te parece bien?

El diario de Camila Mendoza PinzónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora