Infinidad | Reki Kyan x Lectora ✔

Capítulo 18: Flor de Esperanza

El joven se escabulló entre la multitud rogando que aquella muchacha de cabello castaño que lo buscaba con desespero, no lo encontrara. Tenía miedo de que al verla de frente dijera estupideces como la última vez que cruzaron palabras bajo la lluvia. Tenía miedo de que ella le recriminara su actitud de los últimos días.

Sus ganas de correr hacia ella y abrazarla con todas sus fuerzas se mezclaba con el miedo que esta estuviera enojada. No quería enfrentarla, mucho menos volver a discutir.

Pasaron los minutos y (Nombre) no lo encontró. La carrera de Langa y JOE, Cherry y ADAM ya habían acabado pero ella seguía buscando a Reki, esperanzada de que este siguiera ahí para poder disculparse como era debido.

Pero ya no estaba. El joven Kyan ya se había ido de "S", pero la Matsuda seguía ahí, sentada en el suelo, llorando en silencio con su celular en la mano en medio de una llamada con Langa.

Poco tiempo después el Canadiense llegó y se arrodilló frente a ella, colocando las manos con suavidad en los hombros de (Nombre) con la intención de consolarla.

—No lo pude encontrar.—murmuró la chica, mordiéndose el labio inferior con fuerza.—Ni siquiera estoy segura si estuvo aquí.

Langa esbozó una pequeña sonrisa.—Sí estuvo aquí, (Nombre). Lo vi mientras patinaba contra JOE.

La chica elevó la mirada para posar sus aguados ojos en los verdes de su amigo, con un notable brillo que mostraba una pizca de emoción.—¿Es en serio?

El chico asintió con suavidad, le extendió una mano y la ayudó a incorporarse del suelo. Ella se secó las lágrimas con su extremidad libre y ambos, aún tomados de las manos, emprendieron camino para reunirse otra vez con el grupo.

—Langa.

—¿Sí?

—¿Crees que Reki me siga queriendo al menos un poquito?

El peliceleste la observó con cierta ternura y, sin una pizca de duda, respondió.

—Él te ama demasiado. Y no lo creo, lo sé.

Ella no respondió nada al respecto y el resto del camino fue en completo silencio, hasta que ambos llegaron al lugar en el que Miya se encontraba preparándose para patinar.

—¡(Nombre)! ¡Langa!—los llamó el menor, haciendo que ambos se acercaran.

—¡Miya!—pronunció el más alto.—¿Has visto a Reki? Estoy seguro de que estaba aquí. Lo escuché decir "Langa" mientras patinaba.

—Tal vez escapó.—respondió con simpleza, posando su atención en los ojos rojos y ligeramente hinchados de (Nombre) que dejaban en evidencia que había estado llorando.—Porque no quiere verlos. Estorban. Yo estoy por empezar.

Miya se alejó de ambos adolescentes, pero, sin darse la vuelta para verlos, volvió a hablar.

—Pero asegúrense de traerlo a la siguiente competencia aunque tengan que traerlo con una cuerda en el cuello.—Giró ligeramente la cabeza para verlos.—Quiero mostrarle a ese slime el momento en el que soy coronado campeón.

(Nombre) y Langa se miraron entre sí. La chica sorbió su nariz y le soltó la mano para retirarse del lugar a un paso lento y algo torpe. El chico no la detuvo ni se despidió.

Ambos necesitaban un tiempo a solas.

[...]