Capítulo 19: Uno Solo

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Ambos amigos estaban sentados en el suelo del skatepark, en medio de la noche, manteniendo una conversación agradable. Se estaban poniendo al día de todas las novedades que no habían podido compartir la última semana.

Reki soltó todo el aire que tenía en sus pulmones, meditando las palabras que tenía en la mente.

—¿Sabes si...?—Comenzó a murmurar.—¿Cómo está _____?

La tenue sonrisa de Langa se esfumó de forma inmediata al escuchar ese nombre.

—Está...—Se relamió los labios.—Está muy mal. Hace días que no patina y cada vez que nos vemos, llora por ti. Es como si le hubieran quitado la mitad de su alma.

El pelirrojo abrió los ojos, sorprendido y preocupado. Pronto una sensación de culpa comenzó a esparcerse por su pecho, sintiendo impulsos de pararse e ir a buscarla.

—Sabes que te estuvo buscando, ¿no?—cuestionó el canadiense.—Y que tú siempre escapabas y la ignorabas.

—Sí... Lo sé.—balbuceó, rascándose la nuca.—Es difícil y vergonzoso, ¿sabes? Nos declaramos en medio de la conmoción y-

—¿Qué?

Reki abrió la boca para seguir hablando, pero fue interrumpido una vez más.

—¿Se declararon? Es decir, ¿se dijeron que se gustan?—preguntó rápidamente, claramente sorprendido por ese pequeño detalle que ninguno de los dos le había comentado.

—Sí...—respondió con las orejas completamente rojas.—Tenía muchos sentimientos mezclados, un momento difícil para mí y... Dios.—Se frotó la cara con sus manos.—Debo hablar con ella.

—No te sientas mal... Fueron muchas cosas en poco tiempo, es normal que reaccionaras así. Es mejor que hablen y se aclaren las cosas.—aconsejó en un tono dulce, apoyando una mano en el hombro de Reki, demostrándole su apoyo.

—Sí, tienes razón.

Se quedaron en silencio unos segundos. Langa observaba con atención las expresiones de duda de Reki.

—¿Debería ir a verla ahora?

El peliceleste soltó unas ligeras risas. La situación era muy tierna desde su perspectiva.

—Sí. Claro que sí.

[...]

Y ahí estaba él, en frente de aquella puerta que tenía el número "88'", arrepentido por su actitud de la última semana y dispuesto a disculparse como era debido.

Tomó una bocanada de aire y se armó de valor, golpeando tres veces la puerta, esperando ansioso que la persona que lo recibiera sea aquella pequeña chica malhumorada.

La puerta no tardó en abrirse, dejando ver a un hombre mayor con anteojos y una suave sonrisa. Era el padre de _____.

—B-Buenas noches, señor Matsuda.—Lo saludó con una breve reverencia.—¿Se encuentra _____?

—Buenas noches, Reki.—saludó amablemente.—Hm... No, no está aquí.—respondió, tranquilo.—Me dijo que iría a tu casa, pero como estás aquí, supongo que estará volviendo. ¿Quieres esperarla adentro?

Reki se lo pensó unos segundos y negó suavemente con la cabeza.

—Iré a buscarla. Con un poco de suerte puedo interceptarla. Muchas gracias igualmente, señor.

—No te preocupes. Buena suerte.

Ambos se despidieron y el joven pelirrojo no esperó ni un segundo más. Se dirigió casi corriendo hacia su hogar, donde esperaba cruzarse con la chica en medio del camino. Quería y necesitaba hablarle a solas.

Infinidad | Reki Kyan x Lectora ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora