Chapter Three

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Recorrido Turístico



Bueno, al parecer no había litera para Percy. En su lugar se encontraba un pequeño saco de dormir, era obvio que no iba a tener una litera en la cabaña once.
El lugar ya estaba demasiado lleno, había hijos de Hermes, hijos de dioses menores (quienes no tenían cabaña en el campamento.), además había quienes nunca habían sido reconocidos por sus padres.
Kate sentía pena por estos últimos, ningún semidiós tiene la vida fácil  pero el ser rechazados por ambos padres, tanto mortal como divino, era un dolor que muchos de la cabaña once compartían.

Al observar que Annabeth charlaba alegremente con algunos hijos de Hermes, a Kate le invadió la sensación de que sobraba, de no ser importante así que salió de la cabaña. Seguro no notaron su ausencia.

Iba paso lento con la vista en suelo, pateaba un piedra con forme iba caminando, lo hacía como si fuera la cosa más interesante del mundo y no había nada que le hiciera levantar la vista, hasta que escuchó una voz que le llamaba.

Era Quirón acompañado de Percy.

Kate levantó la cabeza, lentamente con la mejillas sonrojadas, si ya se arrepentía de haber hecho ese comentario estúpido.

—¡Kate!—dijo Quirón.—Por qué no le enseñas el campamento a Percy, estoy seguro de que se llevarán bien.

—Claro—y la rubia dió su mejor sonrisa falsa, bastante convincente pero el tic en su ojo delataba su incomodidad.— Bueno, empezemos.
Ambos chicos vieron como el centauro se alejaba.










—¿Qué hay ahí arriba?— preguntó Percy  señalando el desván de la casa grande, ambos la observaban con detenimiento.

<<Nada, solo una momia que da profecías, lo normal>>

—Solo es un desván— mintió la chica.—Nada realmente interesante.

—¿Vive alguien ahí?

—No, nadie. —se le daba bien mentir, después de todo su infancia se basaba en mentir. Mentir para sobrevivir. —Vamos hay mucho que ver.

Pasaron por los campos dónde los campistas recogían fresas mientras un sátiro tocaba una melodía en una flauta de junco.

—Nosotros vendemos las fresas a diferentes restaurantes y algunas se van al Olimpo— Comenzó a explicar la rubia. —Básicamente de ahí sacamos el dinero.

—Ah— La rubia levanto la cejas ante su sencilla respuesta.

<<Que expresivo>>pensó.

—Bueno, el Señor D tiene un efecto en las plantas frutícolas: se vuelven locas cuando esta cerca. Funcionaba mejor con los viñedos, pero nos prohibieron cultivarlos, así que plantamos fresas.

—La verdad no me agrada.

—¿El señor D?, No te hará daño.— Kate hizo una pausa pensativa. <<Bueno, si fuera por el señor D nos convertiría en delfines y nos mandaría nadando hacia Poseidón para que dejáramos de ser su problema>>. —Bueno… no lo hará mientras Quirón esté a cargo.

Ambos adolescentes observaban al sátiro tocar la flauta. La música provocaba que los animalillos y bichos abandonaran el campo de fresas en todas direcciones, como refugiados huyendo de un terremoto.

—Grover no tendrá problemas, ¿verdad? —preguntó Percy mirando por primera vez a los ojos azules de Kate desde que había comenzado el recorrido—. Quiero decir... ha sido un buen protector. De verdad.

Kate levantó la vista del sátiro y le dió una sonrisa sincera a Percy. Por un segundo, Kate creyó que las mejillas de Percy se habían encendido por esa pequeña acción pero lo descarto al instante, no lo creía posible.

—Grover tiene grandes sueños, Percy. Muchos dicen que quizá incluso más grandes de lo que sería razonable pero yo se que puede —Kate soltó un largo suspiro. —Pero Quirón dice que para alcanzar su objetivo, antes tiene que demostrar un gran valor y no fracasar como guardián, encontrar un nuevo campista y traerlo sano y salvo a la colina Mestiza.

—¡Pero si eso ya lo ha hecho!

<<Es lindo como se preocupa por Grover>>.

—Estoy de acuerdo contigo pero ni siquiera a Quirón le corresponde tomar la decisión. Dioniso y el Consejo de los Sabios Ungulados deben juzgarlo. Me temo que podrían no ver este encargo como un logro.

—Le darán una segunda oportunidad, ¿no?

Nerviosa, la joven se relamió los labios y bajó la vista con el entrecejo fruncido.

—Percy, está era su segunda oportunidad. El consejo tampoco es que se muriera de ganas de dársela, después de lo que pasó la primera vez, hace cinco años. Quirón le aconsejó que esperara antes de volver a intentarlo. Aún es pequeño según esto de los sátiros…

—¿Cuántos años tiene?

—Bueno, veintiocho.

—¿Qué? ¿Y está en sexto?

—Los sátiros tardan el doble de tiempo en madurar que los humanos. Grover ha sido el equivalente a un estudiante de secundaria durante los últimos seis años.

—Eso es horrible.

—Definitivamente.

—¿Qué pasó la primera vez? ¿De verdad fue tan malo?

—No lo sé. —Claro que lo sabía, había escuchado la historia del mismo Luke—Mejor seguimos, ¿no?

No insisto y ambos jóvenes se dirigieron hacia las orillas del bosque.

—Los bosques están bien surtidos, por si quieres probar, pero ve armado— comento Kate observando el bosque

—¿Bien surtidos de qué? ¿Armado con qué?

—Ya lo verás. El viernes por la noche hay una partida de «capturar la bandera». ¿Tienes espada y escudo?

—¿Yo, espada y...

—Vale, no creo que los tengas. Supongo que una cinco te irá bien. Luego se lo comentaré a Quirón.

LUZ EN LA OSCURIDAD                                         ┌Percy Jackson┐₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora