Chapter Sixteen

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¿Turísmo?
Percy Jackson


L

os chicos entraron en la estación Amtrak del centro de la ciudad. La megafonía les indicó que había tres horas de espera antes de partir hacia Denver.

Grover se estiró. Antes de despertarse por
completo, dijo:
—Comida.

—Venga, chico cabra —dijo Annabeth—. Vamos a hacer turismo cultural.

Percy se sobresaltó al escuchar la voz de Kate.
—¿Turismo?

—El Gateway Arch. Puede que sea mi única oportunidad de subir. ¿Vienen o no?

Entonces Percy reparó en el collar de flores, la bebida de coco (con sombrillita y todo) y las gafas de sol que llevaba puestas Kate. Al sentir como la cuestionaban con la mirada, la hija de Apolo solo contesto:
—Me encontré a unos turistas muy alegres —dijo a la vez que se encogía de hombros y le daba un sorbo a su bebida.

—No hay playas turísticas aquí cerca, creo —Dijo Percy con el ceño fruncido.

Kate volvió a encogerse de hombros
—Como sea, ¿Turismo? ¿Si vamos a ir o…? Yo sí quiero.

Percy y Grover intercambiaron miradas. El chico quería decir que no, pero supuso que las chicas terminarían yendo de todas formas, él no quería dejarlas solas.

Grover se encogió de hombros.
—Si hay un bar sin monstruos, vale.

El arco estaba a un kilómetro y medio de la estación. A última hora, las colas para entrar no eran tan largas. Se abrieron paso por el museo subterráneo, Percy observaba a Kate. Le hacía gracia cómo se detenía en cada pintura, en cada exposición, y la manera en como escuchaba a Annabeth cada que la hija de Athenea explicaba alguna exposición. También le causaba un poco risa su nuevo atuendo combinado con las botas amarillas, cortesía de los turistas alegres.

Fuera de esto, al hijo de Poseidón no le parecía gran cosa la parada turística, pero Annabeth no dejó de contar datos interesantes de cómo se había construido el arco, y Grover no dejó de pasarle ositos de gomitas, así  que tampoco estaba aburrido.

No obstante, el chico no pudo dejar de mirar a su alrededor, a las demás personas.
—¿Hueles algo? —le susurro a Grover.

Sacó la nariz de la bolsa de gominolas lo suficiente para inspirar.
—Estamos bajo tierra —dijo con cara de asco—. El aire bajo tierra siempre huele a monstruos.
Probablemente no signifique nada.

Pero el hijo de Poseidón tenía un mal presentimiento, la impresión de que no debían estar ahí.

—Chicos —les dijo Percy—, ¿saben los símbolos de poder de los dioses?

LUZ EN LA OSCURIDAD                                         ┌Percy Jackson┐₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora