Chapter Twenty Four

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Crusty, ajustador de estaturas.
˗ˏˋ☀️ˎˊ˗

—Eh, tú.

Seis chicos con ropa cara y rostros malvados los habían rodeado. "Típico" pensó Kate. Niños ricos jugando hacer chicos malos. 

Percy destapó su bolígrafo sin pensarlo. 

Cuando la espada apareció, casi todos retrocedieron a excepción del líder, quien era o muy valiente o muy idiota. El líder sigo acercándose, con una navaja en mano. Kate retrocedió tomando la mano de Annabeth, quien estaba más cerca de los chicos.

Antes de que pudieran pensar en algo, Percy atacó al líder. Al parecer era cien por cien mortal, pues la hoja lo atravesó sin hacerle daño. Se miro el pecho.

—¿Qué demo…?

—¿Alguna idea?—preguntó Grover.

Había un silencio incómodo en el lugar, todos se miraban los unos a los otros sin saber que hacer, mortales conmocionados y semidioses asustados. 

—Si. —Respondió Kate—, correr. 

En ese momento Kate salió corriendo, aún sosteniendo la mano de Annabeth. Los otros dos chicos siguieron su ejemplo.

Sin saber bien a dónde ir doblaron la esquina, con la pandilla de chicos malos pisandoles los talones. 

—¡Allí! —exclamó Annabeth.

Sólo una tienda del edificio parecía abierta, los escaparates deslumbraban de neón.

—¿Al Palacio de las Camas de Agua Crusty? —tradujo Grover para los semidioses disléxicos. 

Entraron a tropezones y se escondieron detrás de unas cama de agua. Un segundo más tarde, la banda de chicos pasó corriendo por la acera.

—Los hemos despistado —susurró Grover.

Una voz retumbó a sus espaldas.

—¿A quién habéis despistado?

Los cuartos dieron un respingo. 

Detrás de ellos había un tipo con aspecto de rapaz y ataviado con un traje años setenta. Medía por lo menos dos metros y era totalmente calvo. De piel grisácea, tenía párpados pesados y una sonrisa reptiloide y fría. Se acercaba lentamente, pero daba a entender que podía moverse con rapidez si era preciso.

—Soy Crusty —gruñó con una sonrisa manchada de sarro.

—Perdone que hayamos así, tan…. Inoportunos—le dijo Percy—. Sólo estábamos mirando.

—Quieres decir escondiéndoos de esos gamberros —rezongó—. Merodean por aquí todas las noches. Gracias a ellos entra mucha gente en mi negocio. Entonces, ¿Les interesa una cama de agua?

Estaban a punto de negarse cuando puso una mano en mano en el hombro de Percy y otra en la mano de Kate, conduciendolos a la zano de exposición. 

Había toda una colección de camas de agua de las más diversas formas, cabezales, ornamentos y colores; tamaño grande, tamaño supergrande, tamaño emperador del universo…

—Éste es mi modelo más popular. —Orgulloso, Crusty les enseñó una cama cubierta con sábanas de satén negro y antorchas de lava incrustadas en el cabezal. El colchón vibraba, así que parecía de gelatina—. Masaje a cien manos —informó—. Venga, pruebenlo. Tirense de panza, duerman un rato. No me importa, total hoy no hay clientes.

—Pues… —musitio Percy— no creo que…

—¡Masaje a cien manos! —exclamó Grover, y se lanzó en picado—. ¡Eh, tíos! Esto es genial. 

LUZ EN LA OSCURIDAD                                         ┌Percy Jackson┐₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora