Todas las noches a las diez en punto Hueningkai se encierra en su habitación, agarra una caja de pañuelos y mira un programa de cámara en vivo presentado por el increíble BJ Soour.
El tímido Huening admira no solo el cuerpo bien definido de Soour...
De nuevo un silencio incomodo mientras Huening se removía con incomodidad.
—No te hagas ideas raras. Mi casa está fuera de los límites. —su tono de voz era serio, dejando en claro que la propuesta no le agradaba—.
«Ugh, sabía que no iba a aceptar tan fácilmente pero... ¡No! ¡No me puedo rendir tan rápido!» Respiró profundo y volvió a pasar saliva con nerviosismo.
—¿Pero no recuerdas lo que pasó en la sala del consejo estudiantil? —El mayor pareció incomodarse un poco—.
—De cualquier forma, al final todo salió bien.
—¡¿A qué te refieres con que "todo salió bien"? ¡Fue realmente peligroso! —cuando súbitamente levantó la voz Soobin se sorprendió y pegó un pequeño brinco en su asiento— Yo no quería hacerlo, pero me dijiste que confiara en ti, ¡así que lo hice! ¡¡Pero casi nos atrapan!! ¡Si los demás sunbaes se enteraran de esto, ¡¿Qué habrías hecho?!
El pelinegro desvió la mirada sin saber por completo cómo responder ante el comportamiento de Hueningkai, quien jugueteaba nerviosamente con sus manos.
—Entonces... Yo también quiero elegir un lugar... Justo como tú lo hiciste también. —Choi regresó su atención a él y lo miró inquisitivamente—.
—Y ese lugar... ¿Es mi casa? —tomó una bocanada de aire, recuperándose de la sorpresa inicial— Mírate soltando palabras como si fueran una tormenta, usualmente solo puedes decir algunas palabras sin tartamudear. ¿Acaso practicaste lo que ibas a decir?
El menor se quedó sin palabras, ya que en efecto, había practicado su discurso frente al espejo durante un largo rato. Al ver que el castaño paró de hablar, Soobin dejo salir un suspiro molesto.
—Ugh... —«Creí que él era otra maldita persona fácil de convencer por cómo me siguió la corriente todo este tiempo»— ¿Qué hora es?
—Son las 5:30 —respondió Kai tras sacar su celular para revisar la hora, pero lo volvió a guardar cuando vió que el mayor se colocó su cinturón de seguridad y encendió el motor del auto— ¿Soobin sunbae...?
—Vamos —dijo finalmente sin ninguna expresión en su rostro y Huening abrió ligeramente su boca de asombro—.
—¿Estamos yendo a tu casa?
—Mejor cállate antes de que cambie de opinión.
Estas últimas palabras hicieron que el menor apretara sus labios inmediatamente y se acomodara correctamente en el asiento, dando paso a un recorrido silencioso.
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HueningKai se asomó por la ventana mirando hacia arriba viendo todos los edificios, antes de entrar al estacionamiento de uno. «Whoa, este es un condominio costoso.» Sus pensamientos se detuvieron cuando escuchó al más alto bajar del coche, así que imitó su acción y avanzó detrás de él cuándo comenzó a caminar hasta un elevador al cual ingresaron juntos.
