Todas las noches a las diez en punto Hueningkai se encierra en su habitación, agarra una caja de pañuelos y mira un programa de cámara en vivo presentado por el increíble BJ Soour.
El tímido Huening admira no solo el cuerpo bien definido de Soour...
Kai se quedó parado justo frente a la puerta sin moverse, escuchando pequeños murmullos por lo bajo, entonces decidió que era buena idea pegar su oído a la madera para escuchar mejor.
«¡Wow es increíble! Pero... es cierto, el usualmente transmite a esta hora.» Bajó la mirada y se acercó más a la puerta para intentar prestar más atención. «¿Me pregunto que estará diciendo? Es muy difícil escuchar.»
De pronto y sin previo aviso la puerta se abrió de golpe, estrellándose en con fuerza en la cara del más bajo, quien solo pudo soltar un corto ruido de dolor antes de cubrir su nariz con ambas manos para tratar disminuir el dolor.
—¡Hey! ¡¿Qué demonios?! ¡¿Qué carajos hacías ahí parado?! —el pelinegro no supo que hacer, así que solo observó al castaño ponerse en cuclillas mientras sujetaba ahora parte de su cabeza—.
—Ouch... Eso dolió —Huening miró hacia arriba sobando su frente— ¿Ya terminaste tu transmisión...? Tu atuendo de hoy se ve genial...
—Hmmm... Ajá. Acabo de apagar la cámara. ¿Tú te acabas de despertar? Diablos, dormiste mucho tiempo. —Soobin soltó un suspiro cansado y aflojó el nudo de la corbata que llevaba puesta mientras miraba con desdén al menor— Bueno, entonces es momento de que te vayas.
—Uhmm es cierto. —se levantó lentamente— Sunbae, acaso tu... ¿Me limpiaste mientras dormía?
El castaño podía sentir su corazón latir sin control en espera de una respuesta. Parecía algo sin sentido, pero para Hueningkai era algo importante.
—Oh... Acerca de eso... —Choi lo miró y en un segundo su expresión cambió drásticamente mientras empezó a empujarlo con su mochila en dirección a la puerta— ¡¿Quién más si no?! ¡Claro que yo te limpié! ¡Estabas hecho un desastre, todo cubierto de sudor y semen! ¿Qué esperabas? ¿Qué dejara que ensuciaras aún más mis sábanas? De ninguna jodida manera ¡Maldición, ahora tengo que lavar todo!
Le abrió la puerta y lo movió nuevamente hasta que lo dejó en el pasillo.
—Apresúrate y vete a tu casa —puso su mano en la puerta comenzando a cerrarla—.
—Pero ya es tarde... El metro ya no está en funcionamiento...
—Más te vale marcharte cuando aún lo estoy pidiendo de buena forma... Toma un maldito taxi o algo.
Sin darle a tempo a responder cerró la puerta con fuerza causándole un pequeño sobresalto al menor. Tras un momento se dió la vuelta y comenzo a caminar.
«¿Eso es...todo?»
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Huening estaba comiendo papas fritas de una bolsa mientras usaba su computadora cuando algo llamó su atención.
—¡¿Que?! —se inclinó hacia adelante y soltó la papita que estaba sosteniendo—.
