CAPÍTULO XIV. BLOOD

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Seth.

Aprieto su cuello hasta que veo que sus ojos verdes se van oscureciendo por el deseo de que me la coja en estos momentos o tal vez esos son mis pensamientos. De igual manera me la voy a follar ahora mismo. Meto mi lengua en su boca cuando separa sus carnosos labios y Hell me muerde hasta hacerme sangrar. Coloco una rodilla en medio de sus piernas para separarlas mientras seguimos besándonos con una pasión enardecida.

Los huevos empiezan a apretarme por la urgencia de meterme en su coño. Hell gime en contra de mis labios y lleva sus manos hasta mi cabello. Me jala con rudeza y gruño lleno de satisfacción. Corto el beso y ella se limpia los labios para saborear la sangre que se ha quedado en su boca.

Descarada y Sanguinaria. Tal como las mujeres de la familia Sallow, pienso.

— ¿Qué estás haciendo en estas putas habitaciones, Capo? —vuelvo a preguntarle.

Una sonrisa malévola aparece en sus ya hinchados labios.

—Ya te lo he dicho, General. Esta noche he venido a divertirme —responde. Joder, esta mujer tiene el maldito poder de sacar de quicio a cualquier hombre—. ¿Y a quien estas esperando capturar esta noche?

—Esta noche no estoy en servicio, Valkyria. Vengo en calidad de Amo —miento.

Hell suelta una carcajada.

—General Myers, ¿acaso crees que soy estúpida? —Habla ella. Enarco una ceja ante sus palabras. Yo más que nadie sé que es imposible mentirle a una mujer como la que tengo de frente. Hell tira nuevamente de mi cabello con más fuerza que la anterior y sonríe triunfante cuando escucha salir un leve gemido de mis labios—. Al igual que los agentes de la CMFE también estoy totalmente entrenada por hombres de la mafia mil veces peores. No puedes engañarme, Seth. Ni hoy, ni nunca —contesta con arrogancia—. ¿Sabes por qué soy apodada la hija de la muerte?

Se una parte de su historia mientras gracias a los expedientes de la CMFE, pero que mejor que escuchar la respuesta que de la propia leyenda.

—Dime porque, Hell —espeto en voz alta.

Odio no poder ver el color real de sus ojos.

—Se me dice de esa manera no solo porque juego con la vida de las personas, sino porque me han intentado matar tantas veces, pero algo me ha salvado de morir —explica y guarda silencio por un momento para después continuar—. Desde niña he aprendido a saber cuándo alguien me miente y déjame decirte que nadie vive otro día más si lo hacen. Como lo estás haciendo tú en estos momentos.

— ¿Me estas amenazando, Valkyria? —digo entre dientes. Ejerzo más fuerza en su cuello para demostrar mi dominio sobre la Boss—. ¿Quieres que te coja aquí o vamos a una de las habitaciones?

Hell arquea una de sus perfectas cejas.

—Aquí y ahora. Para que esperamos por más tiempo —responde descaradamente.

Esas palabras son lo único que necesito para levantarla y girarla de espaldas contra la pared. Su perfecto culo me tienta y lo azoto tres veces seguidas. Masajeo su trasero y le pellizco una de sus nalgas y Hell clava su tacón sobre mis botas. Vuelvo a golpear su trasero con mayor fuerza que antes.

—Deja de luchar o te va a ir peor. Tú decides, mafiosa —le advierto. Hell vuelve a clavarme el tacón con más fuerza. La tomo por el cuello y hago su cabeza para atrás para luego estamparla contra la pared de lleno. Un jadeo sale de sus labios—. No estoy jugando, Mussollini. Cada vez que hagas algo para revelar te voy a contrarrestarlo y no te va a gustar.

Una carcajada sale de su boca. De alguna manera esa acción me molesta y tiro de su cabello con rudeza.

— ¿Es que acaso no entiendes que no puedes vencerme solo por ser hombre? —Contesta con burla—. He matado a hombres que me subestiman solo por ser mujer.

DEPRAVITY ||TABOO #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora