A Dark Children's Story

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"había una vez una reina que dio a luz un niño en una mansión encantada...

La reina lo llevaba a todas partes en la mansión, iban de habitación en habitación descubriendo tesoros escondidos en tierras lejanas.
 
Ambos eran muy felices, aquel niño aún no podía caminar solo, ni hablar, pero su corazón se sentía amado; su madre le contaba que su padre era un mago maravilloso que volvería un día a la mansión y todo estaría perfecto.

Pero un día de pronto, la casa oscureció, todo rastro de luz huyó, algo malo había llegado a ellos.

También huyeron las arañitas que adornaban las paredes y también huyeron los tesoros mágicos de cada habitación.

La mansión encantada se volvió tenebrosa y embrujada.

El mago maravilloso llegó malvado, mostrando su verdadera cara; lo primero que hizo fue sacar cada cosa buena que ahí había, las paredes se tornaron sucias y apagadas.

El niño jamás lo había visto a pesar  de que la reina decía que ese mago era el dueño de aquella casa encantada, le temía solo de escuchar sus pasos cerca de su habitación.

La primera noche que lo vio, el mago llegó a la cena, la reina al verlo le saludó tomándolo de la mano, pero el mago le lanzó un hechizo volviendola una pequeña y callada musaraña, —¡no me toques sin avisar! Había dicho.

El niño no comprendía por qué el mago la convertía en eso cada noche; a él sin embargo solo lo veía como algo insignificante.

Cuando el mago se ausentaba, el embrujo de la casa se debilitaba, la reina tomaba su forma real y llevaba al niño por todos lados.

Así creció un poquito más comenzando a caminar y hablar por si mismo.

Cuando el mago volvió, convirtió de nuevo a su madre en una musaraña, luego se dirigió a él.

—en esta ocación te regalaré un objeto mágico.

El niño se alegró pero su decepción fue grande al recibir una máscara oscura y fea.

Le dijo el mago a aquel niño: —si nadie ve tu cara real, nadie te molestará, no hables, no expreses nada, la máscara hará todo el trabajo.

El niño odió eso, su regalo era un objeto maldito que usaba solo cuando el mago aparecía; pero su mala suerte quizo que su padre lo descubriera.

Furioso lanzó hechizos contra su madre, haciendo que gritara y se retorciera en el piso con cada rayo que lanzaba.

El niño entendió que no debía desobedecer, si no quería ver a su madre llorar y decaer.

La siguiente vez que volvió, el mago se acercó al niño y lo tomó fuertemente de sus pequeños brazos, su rostro denotaba su maldad. —tengo un segundo obsequio para ti, dijo mostrándole sus dientes retorcidos. —si le dices a tu madre, el hechizo de tortura será para ella, lo sabes.

El mago puso en sus manos un dije de un candado, colgado de una fina cadena.

Si lo colocas en tu cuello, no sentirás dolor, miedo, angustia ni te heriran jamás, ¿te gustaría vivir sin miedo? ¡Serias el más fuerte! ¡Entonces yo podría enseñarte mi magia para que seas como yo!

El niño observó a su madre aparecer tras de la puerta convertida en musaraña, esta negaba y susurraba —¡no! ¡No aceptes!

El mago la descubrió y lanzó otro hechizo que la dejó sin capacidad de hablar. —¡te dije! ¡Ustedes solo deben obedecer! ¿Tan difícil es?

My sweet cupcake (Sope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora