Yoongi sintió el brusco movimiento de un sollozo mientras abrazaba a Jung.
—¿por qué lloras? Dijo un poco sorprendido tomando a Hobi de los hombros para verlo frente a frente.
—¡porque te amo! Dijo con sus ojos llenos de lágrimas pensando en la felicitación que Yoongi acababa de hacerle.
Yoongi lo observó, sus ojos brillaron al escucharlo; la persona que tenía frente a él parecía irreal por su belleza y le había dicho que lo amaba.
Min lo abrazó de nuevo, susurrando a su oído.
—mi corazón cansado de su prisión fue libre al conocerte, llenó de brillo mi cansada cabeza vacía y solitaria; eso hizo que también te amara, porque a punto de rendirme te encontré y juré que jamás te soltaría.
Sus rostros de hallaron frente a frente, Hobi lo escuchó atentamente, nunca en su vida había soñado con un amor así, se había resignado a su soledad causada por su negatividad, encerrándose en ella indolente.
Yoongi sonrió mostrando su gummy smile, algo que a Hoseok le encantaba ver; tomando la iniciativa lo besó con ternura mientras reía.
Jung sintió una calidez en su pecho extendiéndose a todo su ser cuando lo hizo; Yoongi lo tomó de la cintura y lo acercó más a su cuerpo, iniciando un beso más apasionado.
La boca de Jung encajaba perfectamente con la suya, sus delgados labios le invitaban a morderlos y chuparlos con dulzura como si de una tierna cereza se tratase. Algo que hizo de inmediato provocando un incendio.
Sus manos recorrieron la espalda de Hoseok hasta llegar al cuello; con sutileza fue haciendo hacia atrás la cabeza del contrario besando delicadamente la comisura de sus labios hasta llegar a su oreja.
Jung mantenía sus ojos cerrados, sus manos se aferraban fuertemente al cabello de su amado, metiendo sus dedos entre los cortos mechones que caían.
—Tú y mi oficina son una combinación peligrosa, dijo Yoongi en voz baja con su rostro pegado a la mejilla de Hobi.
El rostro de Jung se puso rojo y alejándose se sentó en el sofá con la mirada perdida entre sus manos.
—¡no te pongas tímido! Susurró Yoongi colocándose a la altura de Jung frente al sofá para ver su rostro. —siéntete libre de tomar la iniciativa, de ser tú; aleja tus inseguridades, así eres perfecto para mí.
—está bien Yoongi, es solo que a veces siento que todo esto es un sueño y no quiero despertar.
Min tomó las manos de Jung y les dio un tierno beso, —amar así es nuevo para mí también, pero estoy encantado, tu me vuelves esto que ves; sigue así, no te detengas.
Jung asintió mientras sonreía, valía la pena avanzar por el chico que tenía frente a él; no debía quedarse en el camino.
Esa noche mientras descansaba, pensó en los pequeños pasos que había dado y los cambios que habían provocado en su vida.
El insomnio y sus pesadillas se había ido y sonreía de verdad frente al espejo sin fingir; se criticaba menos de forma destructiva y había aprendido a cambiar algunos pensamientos negativos.
Pero había algo que lo mantenía atado aún a sus viejas costumbres causándole inestabilidad a su nueva y colorida vida, algo que debía aprender a superar, soltar y perdonar: su madre.
"las decisiones de los otros no son nuestra responsabilidad"
Así había dicho su terapeuta; aquello se quedó dando vueltas en su mente.
Su teléfono sonó de pronto, su pequeño reloj de pared anunciaba las 8:00 pm.
—¿diga?
La voz de Hoseok sonó débil.
—¿mañana? Estaré ahí, no se preocupe.
"¿ir al hospital antes de fecha?" pensó.
Eso no era normal, pero sabiendo que su madre estaba empeorando con los días, se resignó y se acomodó entre sus sábanas.Si teléfono sonó despertandolo de golpe.
—¿hobi estas bien?
La voz de Jeon sonó al otro lado de la línea.—lo lamento, olvidé llamarte anoche, debo ir al hospital hoy pero no se a qué; estaré bien, no te preocupes. Su risa resonó en el teléfono.
—¡sabes que estaré aquí esperándote! No estás solo. Aunque tengas novio ahora, siempre seré tu mejor amigo.
—gracias Jeon, llegaré contigo cuando salga de aquí para que estés tranquilo.
Jung se vistió con un traje formal gris, peinó sus cabellos dejando su frente descubierta; decidió colocar alguna sombra en sus ojos, después arregló su cuello abriendo los primeros dos botones de su camisa y colocó una pequeña gargantilla con el dije de su signo zodiacal y salió.
—¡buen día señor Jung! Saludó la enfermera de recepción poniéndose sonrojada al verlo; esas expresiones no las había notado alrededor, empezaba a darse cuenta del efecto que causaba.
—buen día, ¿dónde está la doctora de la señora Jung?
—lo espera en su oficina, puede llegar por el tercer pasillo al fondo.
Extrañado por todo el asunto se dirigió a la oficina tocando mientras abría la puerta.
—¡ah! Mi bebé, eres todo un hombre, ¡mira que galán!
Hoseok se quedó paralizado al ver a una pequeña monja abrazarlo con mucha fuerza.
—¿hermana Beth? Dijo abrazándola enseguida. —¿qué hace aquí tan lejos del orfanato?
—¡he venido en persona para pedir tu perdón por nuestras equivocaciones! ¡La divina Providencia sabe que fue un error de nuestra parte, la ignorancia y la vejez nos vuelve lentas!
La doctora sonrió al verlos juntos, —es un reencuentro bastante conmovedor, dijo con dulzura.
—así es doctora, hace siete años que no nos vemos, él es nuestro bebé aunque ya tenga 27 años, dijo riendo con nostalgia.
—aprendió muy bien nuestro arte repostero, y cuando se mudó no volvió jamás.Hoseok se sintió triste por dejar a las hermanas que lo habían criado, sin embargo regresar le era imposible, le dolía observar el pueblo donde había nacido.
—¿por qué vienes a pedirme perdón? Dijo Jung recordando el asunto principal de la conversación.
La pequeña religiosa se sentó y puso sobre la mesa una bolsa de papel.
—hace unos meses atrás, nuestra Madre Superiora mandó a limpiar la bodega del convento, a diferencia de otras ocaciones nos pidió revisar cada caja y tirar lo que ya no era de utilidad.
—Tú sabes que esa bodega es inmensa y contiene tanto papeleo que fue una tarea titanica, pero terminamos con éxito.
—la cuestión es que encontramos algo ahí que te pertenece y creemos que tu debiste haberlo tenido siempre; pero no supimos nunca que ahí estaba por eso pido perdón en nombre de todas.
La pequeña hermana se rompió y comenzó a llorar con sus manos en el rostro.
Hoseok se acercó dando pequeñas palmas en su espalda, —esta bien hermana, su tu no sabías que eso estaba ahí, no es tu culpa; ¿cómo podrían saberlo? Mejor que nadie se que ese lugar es enorme.
La religiosa lo vio a los ojos, —lo sé pequeño, es solo que tú sufriste mucho y...
Hoseok presintió que lo que había en la bolsa de papel era de su madre; intentando calmar su ansiedad pensó:
"las decisiones de los otros no son nuestra responsabilidad"
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My sweet cupcake (Sope)
FanfictionEvangeline, una dulce niña llega sin falta cada semana a la pastelería que atiende Hoseok, ella le cuenta historias de su "hermanito" que tanto la adora haciendo que Hoseok sienta felicidad y ternura por el "pequeño". Así también llega Min Yoongi...