Estos días el trabajo ha estado muy tranquilo y la gente de aquí trata de ser amigable hasta que confirman que soy una Moore, ahí todo se va por la borda. Comienzan a actuar raro aunque agradezco que sigan siendo respetuosos.El sonido peculiar de la campana pegada a la puerta suena avisando que ha llegado un nuevo cliente.
Salgo de la cocina y me preparo mentalmente para que la persona que atenderé comienze a actuar raro pero me encuentro con los ojos negros e intimidantes de Iver.
—Hola pelirroja.
Se acerca y duda un poco pero termina dándome un beso en la mejilla.
—Escuché que trabajas aquí desde hace tres días.
—Así es, es divertido a excepción de que todos parecen actuar extraño cuando se enteran de mi apellido.
—Un Moore no puede pasar desapercibido.
En la cafetería no hay más que tres personas y cada una está en sus asuntos así que lo invito a sentarse, me pide doble café y doble ración de pastel de chocolate con helado.
—Que lo disfrutes. —le entrego su orden y doy media vuelta para seguir con lo mío pero su agarre en mi muñeca me lo impide.
—Pero siéntate conmigo, ¿O me vas a dejar comer solo? —con la cara de cachorro que pone me es imposible decirle que no así que dejo la bandeja en la barra y camino hacia él.
—Ten, uno es para tí.
Lo veo sorprendida y en respuesta me guiña un ojo.
—Creí que te lo comerías todo tú. La verdad yo también me lo comería y no compartiría ya que este pastel está delicioso.
—Así que te gusta el pastel de chocolate. —enarca sus cejas y se lleva un bocado a su boca sin dejar de mirarme y debo admitir que su mirada es sumamente intimidante.
—También me gustan las estrellas y salir a admirar el bosque por la noche.
La pequeña sonrisa que se estaba creando, se borró de inmediato.
—El bosque aquí es muy peligroso, escúchame bien, nunca salgas sola.
Me quedo en silencio y lo observo por un largo tiempo hasta que se mueve incómodo en su lugar y dirige su mirada a la calle.
—¿Por qué, que hay ahí?
—Nada. —se mete a la boca tres cucharadas de pastel y dos de helado.
—Pues no te creo.
Termina de masticar y le da un sorbo a su café. —¿Ves películas?
Asiento y vuelve a comer de su pastel.
—Ahí está la respuesta. —vuelve a meterse la misma cantidad de pastel.
—¡Deja de comer y dime por qué no debo de entrar al bosque!—me desespero y él comienza a reír.
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Mi pequeña Luna
Hombres LoboMarina Moore tiene una vida muy normal pero por problemas familiares decide irse a vivir con sus abuelos en un pueblo extraño muy alejado a lo que ella estaba acostumbrada, pero todo era para olvidarse de su pasado. Ethan Cooper es el Alfa de la ma...