🐺 Capítulo 14🐺

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Lobos.

Todos lo son.

Digo, es genial pero siento que no los conozco, es como si nunca me hubieran mostrado quienes son realmente, como si no conociera a mis amigos.

Escucho el crujido de una rama demasiado cerca y mis sentidos se ponen alerta.

«Porfavor no. Otra vez no»

Corro más rápido cuando siento la presencia de alguien a mi espalda pero no sirve de mucho ya que un hombre aparece detrás de un árbol y me bloquea el paso.

Miro hacia atrás y un lobo negro está en pose de ataque bloqueando el paso hacia el bosque.

Y sinceramente no creo necesitar regresar ahí.

Pero mira que tenemos aquí, una linda, bella y apetecible pelirroja.

No respondo, al contrario, busco una salida pero es inútil, de la nada me veo rodeada de lobos.

¿Que es lo que quieres? —me atrevo a hablar pero me arrepiento de inmediato cuando comienza acercarse.

De la poca iluminación que se encuentra aquí, me permito detallarlo y me sorprende lo bello que es. El cabello rubio le llega a los hombros, sus facciones son duras y definidas, tiene unos labios carnosos carmín y sus ojos verdes son impresionantes.

Aunque todo se vea opacado por la sangre que lleva sobre su ropa.

—Causar caos. Recuperar lo que se me fué arrebatado. Eso es lo que quiero. Tú, bella brujita ¿Crees poder darme lo que quiero?

Toma mi mentón con sus dedos y aprieta haciendome quejar del dolor.

—¡Me lastimas imbécil!

Tomo su brazo y este comienza a gritar del dolor, veo como humo comienza a salir de ahí y frunzo el ceño.

—¡¿Que hiciste maldita mocosa?!

—Ni yo sé.

—Vas a morir. —hace una señal y todos su lobos comienzan a aullar.

—¿Y eso que? Se ven ridículos.

Uno salta sobre mi y grito presa del miedo ya que el recuerdo del otro día  se hace presente.

Reacciono rápido y lo sostengo de la cabeza para evitar que me muerda,  veo sale el mismo humo que del sujeto rubio. Cae al suelo y comienza a quejarse mientras que otro intenta hacer lo mismo pero no alcanza a llegar a mi ya que Cristian se lanza sobre él, lo rodea con sus brazos y lo deja inconsciente en el suelo.

Katherine me jala hacia ella y me coloca a su espalda mientras que los demás se ponen al frente.

—Lárgate de aquí Eddy. — masculla Carla y este solo la mira burlón.

—¿Los mandó su alpha? Ah, si, que no tienen.

Iver se le va a los golpes y logra tirarlo al piso, la sangre se esparce por toda su cara e Iver deja de golpear hasta que su uno de los ojos de Eddy se cierra.

—No te mato solo por qué le dejaré el gusto a Ethan, ahora lárgate maldita escoria.

Sus lobos se transforman y entre todos lo levantan del suelo llevándoselo, perdiéndose en el bosque.

—¿Estás bien?— pregunta Carla.

—El olor de Eddy me llegó y supuse que te lo ibas a encontrar así que salimos todos a ver si te había hecho daño pero fue asombroso cuando quemaste el brazo del otro lobo. —habla Cristian.

Mi pequeña Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora