🐺 Capitulo 13 🐺

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Corro rápidamente hacia la frontera, el olor a podrido me llega de inmediato al llegar

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Corro rápidamente hacia la frontera, el olor a podrido me llega de inmediato al llegar.

— También son vampiros —avisa Cristian

— Ya me di cuenta.

Los guardias se ponen en posición de ataque y guardia dejándome al centro para avanzar ya transformado.

Un lobo gris gruñe cuando me ve acercarme.

— ¿Qué quieren aquí? —les pregunto

Algunos gruñen y escucho a los Vampiros reír.

— Tu cabeza —responde el libro gris comenzando a transformarse.

Frunzo el ceño al no reconocerlo, es alto, tiene el cabello rubio y sus ojos son oscuros, su piel se ve un poco morena. Algunos tatuajes decoran su brazo derecho.

— ¿Quien eres? —le pregunto

Camina hacia mí dirección alertando a mis guardias, sonríe burlándose y les obligó por el link que bajen las armas.

— ¿Ya no me recuerdas? —hace un puchero.

Niego aún observándolo.

— Soy el ex Alpha de la manada Norte

Los recuerdos de nosotros de niños me llegan de repente, lo reconozco es Eddye, nuestros padres eran unos grandes amigos pero cuando nuestra manada creció quisieron atacarlo en nuestra casa.

Me tranformo cuando el lo hace también, nuestros lobos se igualan de tamaño y por lo que veo también lo harán en fuerza.

Gruñó y Vlad le muestra los colmillos, lo mejor es dejar que tome el mando.

Empezamos a caminar en círculos gruñiendonos mutuamente, aprovecho el tiempo para preguntarle a Carla como están pero no me responde y me pongo un poco nervioso.

Él es el primero en lanzarse sobre mi causando que tanto mis hombres como el de los suyos comienzan con las peleas, logró esquivarlo y le lanzó una mordida que lo aturde por un momento, alguien viene a mis espaldas y me hace caer.

Me doy cuenta que es un vampiro y no dudo en arrancarle la cabeza, la escupo a un lado y cinco más se me lanzan encima, algo me patea en mis Costilla y aullo del dolor. El vampiro se pone encima mio y cuando esta por enterarme algo en el corazón lo atraviesa una estaca, el vampiro se va secando poco a poco y cae muerto.

Iver me tiende la mano que debido a mi herida me tuve que volver a la normalidad.

— Lo principal es no confiarte de tu contrincante —recomienda divertido.

— No es momento para eso —ruedo los ojos—. Pero gracias.

— ¿Cómo?

— ¡Gracias Iver! —alzó la voz un poco cabreado

Mi pequeña Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora