— ¿Quién eres tú? —pregunto cómo puedoComienza a reír, aunque mi vista no esté del todo bien se que tiene su cabello mejor y sus labios pintados de un rojo fuerte .
— Oh niña lo vas a saber —asegura—, pero en este momento te necesito callada y quieta.
Mis ojos se cierran hasta que caigo inconsciente.
El dolor de cabeza no cesa y solo hace que abra los ojos, la luz me cega por un momento. Gruñó cuando intento kevbatrame con algo de dolor en mis extremidades, quito la sabana de mi cuerpo y me siento en la suave cama.
Fruzo el ceño cuando caigo en cuenta que no conozco el lugar donde estoy, pisadas se escuchan fueran de la gran habitación pero no abren la puerta o hablan. La habitación es completamente blanca y todos los arreglos son muy femeninos, algunos aromatizantes y flores tan colgados por las paredes.
Veo dos puertas más en el cuarto y una gran ventana, decido ir primero por las puertas y encuentro un gran baño con algunas cosas doradas en decoración, me veo en el espejo y no noto nada raro en mi o en mi rostro, solo por la ropa que traigo puesta y reconocer que no es mía.
En la segunda puerta un gran armario con ropa tanto de hombre como de mujer es lo que encuentro, en los cajones hay algunos cepillo de dientes cerrados y cepillo o cosas de higuiene personal.
Veo en la gran ventana y abro los ojos con lo que encuentro, un gran jardín lleno de girasoles está siendo regado, hay algunas personas cortando algunos arbustos y otras cargando mangueras. Una gran muralla está rodeando la casa y unas puertas con rejas dejan entrar a varias camionetas.
Miro hacia la mesa donde encuentro mis pertenecías, quiero ocupar mi celular pero este no prende y llego a la conclusión que se le acabo la pila, la pulcera que me dio mi abuela la guardo en uno de los bolsillo del pans gris que llevo puesto.
Cuando salgo de la habitación escucho algunas voces y voy hacia las escaleras, bajo poco a poco y una risa me hace fruncir el ceño, encuentro la sala vacía y camino hacia lo que me imagino es la cocina.
Ethan se encuentra sentado con un plato enfrente de él, a su derecha hay alguien sentado. Su cabello está atado a una perfecta coleta sin dejar caer ni una sola hebra, su maquillaje es sutil pero un delineado decora sus ojos miel, sus labios son pintados por un rojo intenso. Por un momento me sie ti fachosa de cómo estoy vestida.
Dos pares de ojos me miran, él completamente serio y ella con una sonrisa de suficiencia.
— Iba a pedir que te subieran el desayuno —habla ella.
Su voz es algo dulce pero también autoritaria.
— ¿En donde estamos? —miró a Ethan
Este toma un trago del vaso de naranja pero no me responde.
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Mi pequeña Luna
Loup-garouMarina Moore tiene una vida muy normal pero por problemas familiares decide irse a vivir con sus abuelos en un pueblo extraño muy alejado a lo que ella estaba acostumbrada, pero todo era para olvidarse de su pasado. Ethan Cooper es el Alfa de la ma...