🐺 Capitulo 54 🐺

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Escucho un pitido lejano y con pesadez abro los ojos, la luz me cega al instante, el palpitar de mi cabeza va disminuyendo

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Escucho un pitido lejano y con pesadez abro los ojos, la luz me cega al instante, el palpitar de mi cabeza va disminuyendo.

— Marina despertaste —escucho la voz aliviada de Violet

Frunzo el ceño al ver la habitación blanca, estoy conectada a una máquina y el pitido que escuchaba eran mis pulsaciones.

— ¿Que paso? —me lastimó la garganta cuando hablo

La puerta es abierta y varios disctores entran, no paso desapercibido como todos suspiran.

— ¿Luna como se encuentra?

Miro hacia el doctor y niego con la cabeza

— No recuerdo nada

Asiente anotando algunas cosas en una tableta y se la da a una enfermera

— Va a seguir la luz —saca de su bolsillo una pequeña lampara— ¿Esta bien?

Asiento y hago lo que me dice

Después de hacer unos chequeos me da una pequeña sonrisa

— Seguiremos haciendo algunos exámenes para descartar un virus o enfermedad, su abuela ya le hizo unos estudios sobre respecto a hechizos y se descarto todo

— ¿Mi abuela?

— Vino hace unos días, ella es la única capaz de hacer tal cosa, ya que una hechicera poderosa.

— ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

— Dos semanas

Miro disimuladamente a Violet que está cruzada de brazos mirando hacia los doctores con su semblante serio

— ¿Cuando podré irme?

— Si los próximos estudios salen como ahora sería en tres días.

Asiento

— Ya casi es hora de la comida así que la dejaremos a solas.

No digo nada y veo como salen.

— ¿Que paso Violet?

Se acerca hacia donde estoy y se sienta a una lado mío

Empezaste a tener pesadillas, decías cosas sin sentido y todo en la habitación empezó a levitar y dar vueltas —suspira—, después empezaste a gritar que alguien se callara, que no podías controlarlo. De la nada todo quedó suspendido en el aire.

— ¿En el aire?

Como si le hubieras puesto pausa a una película —explica—, así te quedaste por varios minutos hasta que llegaron los guardias a tumbar la puerta.

Me quedo mirando hacia la nada.

— No recuerdo nada —echo la cabeza hacia atrás—¿Por qué me pasó eso?

Mi pequeña Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora