21. Colmillos, Mordida, Nudo

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Cuando se encontraba en la cumbre de su celo, por lo general se sentía como si estuviera dentro de un lago, todo lo demás no tenía forma, su cuerpo era pesado, las palabras a veces se atoraban en su garganta; solo eran él, el calor insoportable y la necesidad por ser de alguien.

A diferencia de veces anteriores, en ese momento, en el pico de aquello que siempre le pareció una carga ahora era una bendición: gracias a ello podía sentir con mayor intensidad cada uno de los acercamientos que Liu Huang llevaba a cabo hacia su persona, ahora se encontraba en el aire, una ligera neblina cubría todo, pero ya no estaba solo.

Podía sentirlo sobre él, aunque no lo tocara; percibía el aliento cálido acercarse a su frente, seguidos de unos labios posados lo suficiente para después descender sin separarse del todo, los ligeros besos junto a la sensación cálida que arrastraba, los suspiros que de vez en cuando soltaba, eran suyos, todo era suyo.

Liu Huang, se demoró en su boca, claro que a él no le importó.

—Por favor —le dijo a su alfa al mostrarle una vez más su cuello, después de que éste comenzara su descenso.

—Todavía no —respondió.

Antes de que pudiera reprocharle Shen Yuan, Liu Huang, deslizó una vez más su lengua a un costado de ese fino cuello que pronto tendría su reclamo. Al llegar a la unión entre el cuello y el hombro, acarició con la punta de su nariz ese lugar, como si le dijera que "pronto" sería el momento.

Una mano, junto a la boca de su alfa, comenzaron a trazar cada uno de los pliegues de su cuerpo, a veces solo le sacaba ligeros gruñidos y en otras gemidos altos.

Trató de no encogerse tanto, para darle a Liu Huang un mejor acceso a su ser, sin embargo a veces le era una tarea muy difícil.

No supo en qué momento enredó sus dedos en el cabello de Liu Huang, solo lo notó al jalar algo suave después de sentir unos colmillos arrastrarse sobre su ingle.

A Shen Yuan, le gustaba que Liu Huang dejara marcas en su cuerpo, en especial en sus muslos, naturalmente jamás lo diría en voz alta; no obstante entre ellos no se necesitaban las palabras, así que después de dejar una nueva cantidad considerable de pétalos entre sus piernas, pasó a prestar atención en la hombría de su esposo y en la entrada que desde hacía tiempo rogaba por ser mimada.

Mientras Shen Yuan, sentía cómo los labios, la lengua y los dedos de su esposo lo complacían, abría sus piernas para él, para permitirle total acceso a su parte más vulnerable. No duró para llegar de nuevo al orgasmo.

Sin poder recuperar su aliento, sintió entrar de golpe el gran miembro de Liu Huang, no lo esperó a componerse para comenzar a moverse. En otras circunstancias estaría molesto, más en esa situación solo pudo recibirlo, ansioso por más.

Otro orgasmo lo hizo estallar, en un momento diferente se preguntaría cómo es que podía liberarse tan rápido, ahora solo quería recibir todo lo que pudiera de su alfa.

Liu Huang, no tardó en diseminar su semilla dentro de Shen Yuan y con ello dejar que su nudo se expandiera. En la espera de que bajara, no perdió oportunidad en unirse junto a su omega en un profundo beso que siguió incluso unos momentos después de que se redujera la hinchazón.

Una vez más, perdido en ese mar de excitación, Shen Yuan solo sintió que algo cambió cuando sintió las sábanas bajo su pecho. Al parecer, sin querer perder más tiempo, su alfa elevó su cadera lo justo para que la flor más grande y rosada en el cuerpo de Shen Yuan pudiera alinearse con su miembro una vez más.

De nuevo, no tuvo compasión en enterrarse de un solo golpe. Más tarde hablaría con él sobre ello, ahora solo quería concentrarse en la sensación de cómo esa gran parte del cuerpo de su alfa entraba y salía de él.

Un rugido a sus espaldas lo hizo temblar de pies a cabeza.

A diferencia del miedo que sintió en Bai Zhan, en ese momento ese rugido lo hizo volverse loco. ¿Qué más quería Liu Huang de él?, ¿Someterse? Ya era todo suyo, solo suyo.

Algo de ese diálogo interno pareció decirlo en voz alta, pues las feromonas del alfa comenzaron a volverse más espesas al tiempo en que las manos en su cadera se clavaron más en su piel.

Quiso girarse y ver a su esposo, pero una de las manos se soltó para mantener su cabeza en su lugar. Sin detener el vaivén comenzó a agacharse, entre tanto con la mano que antes sujetaba la cabeza de Shen Yuan apartó el cabello que cubría su nuca.

Una vez despejada, ambos se detuvieron un segundo, sin creer lo que estaba a punto de suceder.

Como siempre, Liu Huang, fue directo.

Al hundir sus colmillos en la inmaculada piel, algo dentro de ambos estalló. Una sensación sin igual se extendió en los seres que ahora eran uno solo.

Cuando el efecto comenzó a aminorar, ninguno se dio cuenta que alcanzaron una vez más el clímax, unidos ahora no solo con un nudo, sino con un enlace.

Liu Huang, no pudo evitar buscar entrelazar sus dedos con su omega y abrazarlo.

—Mío —fue lo único que pudo decir antes de caer rendido.

—Tuyo —respondió, Shen Yuan, antes de seguirle al mundo de los sueños.

Más allá de una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora