9. Celos

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Como anti-fan de la novela, pero a la vez admirador del mundo, tenía un fuerte deseo por ver todo lo que pudiera de ese lugar. No obstante al ser hijo de una familia algo acomodada para pasar después a un cultivador dentro de una prestigiosa secta, no consiguió ir a donde quisiera, solo se le permitían paseos cortos alrededor de la secta, lugares a los que fuera encomendado a misiones y a algún pico donde realizara un encargo o una pequeña visita.

Debido a ello ese día los nervios que sentía por la locura que llevaría a cabo fueron mitigados con su emoción al conocer un pico nuevo, de los doce picos de la montaña, el pico Bai Zhan era el único que le faltaba.

Era de esperar que desde la entrada ya podía admirarse la fuerza que emanaba el lugar, al ser el pico con mejor destreza de combate no tardó en escuchar espadas chocando unas con otras.

— ¿Qué buscas? —preguntó un discípulo salido de la nada.

—Oh, es él —mencionó un joven que apareció detrás del primero—. Es el compañero de Liu Huang, ¿lo estás buscando?

Shen Yuan, asintió como respuesta, dispuesto a seguir al amable shidi, perdiéndose la mueca de enojo del primer muchacho con el que se encontró.


Como en cualquier lugar, siempre habrá escoria con la cual lidiar, personas que desean obtener poder por cualquier método a las cuales la envida los carcome como si fuera una plaga.

Lu Gao, era esa clase de basura.

Si bien, Liu Huang, mantenía cierta competencia con todos sus hermanos marciales, al final del día no era algo que lo enemistaría para siempre, más bien era un factor para motivarlos a convertirse en mejores guerreros. Claro que no era el caso de Lu Gao.

Desde su incorporación al pico solo causaba disputas entre sus hermanos, su intervención era sutil, pero si uno daba una segunda ojeada podía ver los hilos que movió para provocar alguna riña. Aunque la malicia de su corazón era clara al observar con detenimiento, pocos fueron los que abrieron los ojos, pues él era alguien bastante sociable así que mantuvo una cara cordial frente a la mayoría.

El joven alfa, no sabía por qué su maestro permitía que Lu Gao continuara en ese lugar si era consciente del daño que causaba. Por supuesto nadie podía negar que era uno de los mejores luchadores del pico, dándole de vez en cuando problemas incluso a Liu Huang, sin embargo un guerrero no solo podía ser bueno con los puños y ahí es cuando comenzaba a fallar Lu Gao.


La charla se desarrollaba animada frente a Lu Gao.

El discípulo de Qing Jing, Shen Yuan, el famoso omega de Liu "Cabeza Hueca" Huang, charlaba alegre con Zhou Kuo sobre bestias que se habían encontrado durante misiones.

No le agradaba el Cabeza Hueca, pero al ver con quién lo enlazaron, su ira incrementó casi rayando al odio. Era demasiado para Liu Huang, alguien tan refinado no podía estar junto a ese estúpido alfa, alguien como él era más apto para ser su pareja.

A pesar de estar casi al mismo nivel, hasta ese momento seguía sin ser contemplado para tener alguna pareja de cultivo. Desde que cumplió la edad adecuada, ya llevaba cuatro visitas al pico XingXing pidiendo un enlace, más nunca llegaba alguna visión. En cambio, sin que Liu Huang ni siquiera tuviera formado un núcleo dorado ya contaba con un enlace.

Por supuesto que no lo hacía por tonterías como tener "amor", sino para cosas más prácticas, por ejemplo poder acelerar su cultivo sin el peligro de alguna desviación de qi.

Estaba harto que las cosas se le dieran en bandeja de plata a Liu Huang mientras que él debía buscar distintas formas para mantenerse en el pico al no contar con una bendición, por ello decidió que adelantaría unos días su plan, aprovecharía la visita del omega para que por fin todos vieran la clase de bestia que era Liu Huang, perdiera el prestigio y de paso a su lindo compañero, tal vez incluso se lo quedara.

Más allá de una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora